En su peregrinaje a la India, Yatra, camino sagrado a lo divino, Gopala, profesor de Yoga Sivananda, en esta ocasión nos cuenta cómo van surgiendo ante sus ojos las maravillas de Rudraprayag, la tierra de Shiva…
Sacerdotisa en el templo Chamunda Devi
En Rudraprayag, como os dije en el artículo anterior, cerca de la confluencia las dos fuentes del Ganges, el Alakananda y el Bhagirathi, se percibe la energía de Shiva, esa destrucción constante y transformadora de la naturaleza. Y eso se traslada a la observación de lo que me rodea: río turbulento, laderas escarpadas.
Por fin llega la hora de descanso. Dormir en horizontal me sienta muy bien, tras la aventura del autobús. Maravilloso. Me levanto a la hora en la que ya la meditación de la mañana había comenzado, escucho los cantos de los que es ese mismo lugar están realizando su curso inicial de formación de profesores de yoga. Había silenciado mi alarma conscientemente, para dejar que el cuerpo descansara lo necesario.
Contacto con el Alakananda
La mañana está fresca. Un chai caliente y la observación de la gran uve que forman las laderas de las montañas que descienden hacia el Alakananda. Allí está el rio, allí me encamino, descendiendo, bordeando la preciosa plataforma en la que se imparte la clase de ásanas de la mañana.
Estamos en el ashram en el que se convierte un hotel de peregrinos, el Monal Resort de Rudraprayag (Uttarakhand). Necesito la soledad del gath cercano, las escaleras que te acercan a las aguas. Allí hay una plataforma alargada, a pie de orilla, que barrida por las arenas del río, te permiten meditar y sumergirte en los ásanas como si estuviera encima del río sagrado.
Dibujo, escribo y medito
Me siento a escribir algunas de las impresiones que comparto contigo, a hacer pequeños dibujos en mi cuaderno de viaje para acompañar las palabras, por eso de que una imagen vale más que mil palabras y no todo es fotografía digital y pantalla. Igual comparto alguno de los dibujos con vosotros más adelante. De momento me da algo de vergüenza.
Dibujo, escribo y luego medito. A unos metros otros tres yoguis practican en soledad. La música del río es tan poderosa que si no les veo, no les percibo. Me sumerjo, con el río de banda sonora, en cuidar el cuerpo con asanas y pranayama, nada mejor en este instante de calma en la transformación constante del entorno.
Es peligroso bañarse. La corriente del río en peligrosa en esa zona. Está prohibido bañarse en esa zona para estudiantes y yatris. Una mala experiencia de una estudiante española, a la sazón socorrista, que cayó hace unos años al río mientras tocaba sus aguas y que fue arrastrada un kilómetro por las aguas está en mi recuerdo. Mejor no tocar el agua en ese lugar.
Esta mañana toca caminar desde el ashram hacia el templo de Koteshwar, en una cueva. Hay una senda que nos lleva cruzando el río por un puente sencillo; al lado queda el último que se llevó en río y la tormenta en su reciente bravuconada. Lo hago en silencio, es tiempo de observar. Tomo alguna foto para mostraros la belleza a la que no llego con mis palabras. Media hora de andadura para disfrutar de varios encuentros sorpresa.
En la zona es preceptivo caminar sin zapatos, los dejamos en la entrada del templo.
La cueva de Shiva
En primer lugar llego a una cueva donde la leyenda dice que meditó el mismo Shiva cuando por allí pasó camino de Kadarnath. Lugar de peregrinaje. Dos o tres lingams de piedra dentro de la angosta cueva, el agua se filtra. Oficiantes de ceremonias sagradas y sinceras. Sencillez en las miradas de los peregrinos. Me siento vivo en su interior. Palpo la humedad del aire, escucho el tintineo de las gotas de agua al chocar con la piedra del suelo.
El gaht en calma
Luego está un precioso gath que encamina a un meandro del río, donde sus aguas se calman. Como os he contado, los ghats son las escalinatas que bajan hacia el río, utilizadas para fines sagrados, baños rituales o abluciones. Este ghat es precioso, con poca afluencia y muy silencioso. Toca mojar los pies, las rodillas, los muslos… sentir el frescor del agua transformadora, una delicia.
Templo de la sacerdotisa
El templo Chamunda Devi siempre está regentado por sacerdotisas. No es habitual, pero es precioso escuchar a una sacerdotisa cuidar su lugar sagrado, dedicado Chamunda, el aspecto shakti (femenino) de Shiva. Es embriagador atender sus narraciones, recibir su sonrisa generosa y percibir su canto. No me lo pierdo…
Ahora la madre Ganga se llama Ganges
La confluencia del Alakananda y el Bhagirathi, las dos fuentes del Ganges, es un lugar mágico. Sus aguas parece que se remansan en ese punto, al menos en este momento hídrico en el que contemplo las dos corrientes. Ahora le llamamos Ganga. Dos almas que se hacen una, como todos los ríos que finalmente se hacen océanos. Sus aguas me regalan la contemplación de la unidad de la naturaleza. Me disuelvo con ellas.
Mira aqui el nacimiento del río sagrado
Escuela Védica
Cerca del templo hay una escuela donde los Vedas se estudian en formato clásico, repitiéndolos desde niños, memorizándolos y cantándolos. Me sumerjo en sus voces esmeradas y en su imponente presencia. Nos enseñan cómo aprenden. Nos ofrecen su mejor regalo, su voz.
No me canso de escucharlas. ¿Quieres hacerlo tú? Mira aquí
Nos invitan a unas pakoras, empanadillas de verduras envueltas en harina de garbanzos. Siempre con chai, no falta.
Compartiendo música y comida sagradas, nada mejor.
Te seguiré contando…
https://youtu.be/iv4asj_2CjQ?si=3o9CnKTGvmzWQ2HT
Gopala es profesor de los Centros de Yoga Sivananda Vedanta.
La peregrinación: Para celebrar mi jubilación como gerente del Consejo general del Poder Judicial, he decidido sumergirme en un peregrinaje a la India del Norte con swamis, profesores y estudiantes de los Centros de Yoga Sivananda Vedanta. Por el mero gusto de compartir te lo iré contando, no como un diario narrativo del viaje, sino como un surgir de experiencias personales. Así nace “Impresiones de un peregrinaje a la India”. Gracias a YogaenRed por hacértelo llegar.
www.sivananda.es
www.gopala.es
Puedes ver los detalles de los lugares del peregrinaje en https://www.sivananda.at/es/sivananda-yoga-yatra/