El pasado fin de semana, Madrid acogió la primera edición del Festival Yoga Noroeste (FYN). Después de años consolidándose en La Coruña, donde nació este proyecto, dar el salto a una ciudad como la madrileña representó un desafío emocionante y una oportunidad para expandir nuestra visión: acercar el yoga a la mayor cantidad de personas posible. Escribe Segundo Rego.
Uniendo tradiciones, conectando almas. Así nació esta idea: Yoga para todos.
Cuando se fundó el FYN en La Coruña, se hizo con la firme convicción de que el yoga debía ser una herramienta accesible para todos. No se trataba de dividir estilos, métodos o tradiciones, sino de unirlos. Ningún estilo es mejor que otro; cada uno tiene su riqueza y puede ofrecer algo único a quienes lo practican. Este espíritu inclusivo ha sido nuestra brújula desde el principio, y en Madrid quisimos mantener esa esencia.
El yoga no es solo una práctica física, es un camino hacia el bienestar integral, y nuestro objetivo es que cada persona encuentre en el FYN un espacio para conectar consigo misma y con los demás. Queremos romper barreras, tanto geográficas como conceptuales, para demostrar que el yoga es para todos, sin importar edad, nivel o experiencia.
La primera edición en Madrid
El festival acogió a centenas de practicantes, desde principiantes curiosos que incluso ojeaban desde la barrera, hasta yoguis experimentados, todos compartiendo un mismo espacio de aprendizaje, conexión y transformación. Durante tres días, se ofrecieron clases magistrales y conferencias e incluso dos baños de sonido, que fueron muy bien recibidos. Todo esto en un ambiente de respeto y curiosidad mutua, con profesores nacionales e internacionales compartiendo sus conocimientos y experiencias. Un aspecto a destacar fue el apoyo de la Embajada de la India que también estuvo presente en esta primera edición del FYN en Madrid.
Otro de los pilares fundamentales del Festival Yoga Noroeste es la creación de una comunidad de practicantes. En un mundo donde la desconexión está tan presente, creemos firmemente que el yoga puede ser un puente para unir a las personas. El festival busca ser un lugar de encuentro, donde cada asistente sienta que forma parte de algo más grande.
La acogida en Madrid no pudo ser mejor. Ver cómo los asistentes conectaban entre sí, compartían experiencias y se sentían inspirados por las distintas tradiciones yoguicas fue un recordatorio del impacto positivo que este evento puede generar.
Queremos agradecer de corazón a todos los profesores, colaboradores, voluntarios y asistentes que hicieron posible este evento. También, a BioCultura y a Madrid, por abrirnos sus puertas y acogernos con tanto entusiasmo.
Gracias por ser parte de esta comunidad.
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Segundo Rego es director y fundador del Festival Yoga Noroeste.