El sedentarismo perjudica gravemente la salud, sobre todo en edades avanzadas. Nuestro propósito hoy es divulgar y promover un estilo de vida saludable basado en la práctica de un yoga muy suave, cuidadoso, meditativo y delicado, apto para las personas mayores. Escribe Elsa Beatriz Acevedo.
Desde aquí hacemos un llamamiento motivacional para que las personas mayores puedan vivir plenamente a través del movimiento equilibrado mente-cuerpo, como la mejor fórmula para contrarrestar los efectos de un mundo en total desequilibrio que afecta de manera especial tanto a su salud física como mental y emocional.
¿Qué lugar ocupa el ejercicio en la vida y en la salud integral, física, mental y emocional de las personas mayores? Con seguridad surgirán numerosas respuestas, en correspondencia con el interés, formación, información, nivel de compromiso de cada persona mayor con respecto a su salud integral. Pero tampoco será nada extraño escuchar respuestas de rechazo total. La evitación del movimiento y las prácticas físicas suele provenir de temores e incluso de sentimientos de kinesiofobia (fobia al movimiento), por miedo a perder el equilibrio y caer, con sus consecuencias de lesiones graves y la muy temida pérdida de independencia.
Lo cierto es que la inmovilidad y el sedentarismo nos pueden dejar atrapados en nuestro propio cuerpo, y, lo que es peor, en nuestra mente.
Para nuestra fortuna, cada cuerpo posee su inteligencia propia, siendo capaz de avisarnos sobre sus debilidades y desde luego sobre sus inmensas fortalezas, capaces de ser potencializadas a través de un movimiento suave, propio de un estilo de yoga reconciliador y sanador, como el Yin Yoga. Su práctica nos ayuda a desarrollar una mayor confianza no solo a nivel corporal sino mental, muy especialmente frente al inevitable envejecimiento muscular y articular.
Dos aclaraciones importantes
→Primera: Con el fin de alejar temores, la persona mayor debe saber que la práctica del yoga no representa una competencia de algo riesgo, ni está llena de acrobacias, ni implica una serie de ejercicios de mucho esfuerzo y resistencia, ni es una modalidad de gimnasia artística. Se trata de una hermosa práctica meditativa, profundamente reenergizante a través del movimiento tanto físico como mental y emocional, especialmente reconfortante e indicado para las personas mayores.
→Segunda: El profesor, maestro, instructor o guía de yoga no es un médico, ni fisioterapeuta geriátrico, ni psicólogo, ni sanador, y mucho menos un iluminado por encima de todos los mortales. Se trata de un ser humano con capacidad de entrega, estudios, investigaciones y conocimientos sobre una de las disciplinas más delicadas para la salud física, mental y emocional de las personas mayores, como es la práctica de este estilo de yoga especial, el Yin Yoga, dirigido desde un enfoque interdisciplinario y orientado a obtener un estilo de vida sano de manera integral.
Cómo llega el yoga a los mayores
Existe un cuadro de múltiples posibilidades; veamos algunas de ellas:
1.Por recomendación médica para casos específicos. El facultativo tiene muy en cuenta no solo el estado físico de su paciente sino su estado mental y emocional. Con frecuencia descubre casos de estrés agudo, crónico, episodios de ansiedad, angustia, miedos, soledad y otros. Esto implica vaciar viejos contenidos mentales a través de un estilo de yoga especialmente para cada caso y cada parte del cuerpo.
En este sentido el Yin Yoga es muy recomendable para el sistema nervioso, cardiovascular y respiratorio, pero también dedica un capítulo especial al sistema digestivo, con el fin de fortalecer el eje intestino-cerebro, al cual muchos yoguis denominan el espejo del alma, y que como todo el delicado cinturón digestivo es gran centro de emociones acumuladas.
2. Por propia elección del adulto mayor, interesado en elevar y sostener su calidad de vida, con todo lo que ello implica, lo cual denota gran interés por los temas de salud integral. Definitivamente todos buscamos estabilidad, fuerza, salud y movilidad.
3. Puede llegar también descubrir el yoga como mecanismo para afrontar, manejar, superar y liberar las crisis propias del proceso de envejecimiento. Aquí es importante tener en cuenta un tema especialmente delicado: la aceptación de la imagen corporal con el paso de los años.
4. Finalmente, también puede llegar al yoga por recomendación de la propia familia, tratando de apoyar a la persona mayor a transitar las vicisitudes tanto físicas como mentales y emocionales que surgen a medida que la edad avanza.
Estilos de yoga para para personas mayores
En este aspecto vale la pena tener muy en cuenta el estado de cada persona, su nivel de equilibrio, elasticidad, rango de movimiento, tolerancia articular, facilidad tanto para entrar como para salir de cada posición. Hablamos de la pertinencia de un yoga meditativo que sea especialmente relajante y tranquilizante; en este sentido el Yin Yoga es una versión muy adecuada de la familia del yoga Nidra y el yoga restaurativo.
Resumiendo, lo más indicado para las personas mayores es optar por un estilo caracterizado por una entrega profunda, suavidad, relajación, capaz de convertir cada sesión en una bella ceremonia de vida, guiada por una respiración suave, lenta calmada especialmente sanadora y liberadora.
Algo muy hermoso es que el cuerpo en cada ásana siente prácticamente que se desvanece sobre la esterilla igual que un castillo de arena, iniciando un viaje a través del silencio meditativo liberador, mientras cuidamos con esmero tanto la forma de entrar en cada posición y muy especialmente la salida de la misma, extremando la precaución y sin violentar nuestros propios límites, para evitar colapsar.
Y todo esto sucede mientras el yoga actúa en el plano, físico, mental, emocional, espiritual a través de una profunda armonización integral.
Además de lo anterior, experimentamos un fenómeno muy interesante. Al principio enseñamos y orientamos al cuerpo en cada movimiento a seguir con las debidas precauciones, pero con el tiempo sucede algo verdaderamente asombroso: es el mismo cuerpo quien nos guía experimentando nuevas sensaciones en su equilibrio, movilidad y elasticidad. Es en ese momento cuando entramos en un mundo de emociones muy profundas.
Precauciones
Hay que escuchar las recomendaciones del médico, si bien el Yin Yoga es un yoga muy personalizado que cuida especialmente las lesiones articulares previas, las cirugías recientes, los posibles mareos o vértigos, las afecciones cardiovasculares, con gran respeto por el rango de movimiento, para evitar colapsos musculares, articulares y de todo tipo.
Es cierto que entre las personas mayores es normal que existan miedos, inseguridades y algunos temores concretos. Entre ellos, a las limitaciones de la propia edad, a las lesiones o a perder el equilibrio, con el riesgo de caídas y sus posibles complicaciones. También puede asustarles mantener la inmovilidad por largo rato, el silencio profundo y, algo curioso, tener cerrados los ojos frente al mundo exterior para entrar en el propio espacio interior de calma y quietud, una experiencia quizás desconocida en muchos casos.
Conclusión
Además de la importancia de consumir alimentos sanos, los ejercicios recomendados por un médico como caminar, practicar danza libre, hacer taichi o chi kung, el descanso relajante, el sueño reparador y la mente positiva, la práctica del Yin Yoga aporta energía, fortalece y abre nuevas posibilidades. Cuando lo practicamos, encendemos una luz que jamás se apaga a través de un movimiento profundamente energético, de grandes beneficios para la salud integral en el proceso de envejecimiento.
Elsa Beatriz Acevedo Pineda. Investigadora sobre los beneficios del yoga en el envejecimiento.
Asociaciòn Colombiana de Periodismo Cientìfico