Llamamos geometría sagrada al conjunto de formas y patrones geométricos que se encuentran presentes en la naturaleza y en el diseño de ciertos lugares u objetos considerados sagrados. Dichas formas tienen significados simbólicos y esotéricos que se les atribuyen basándose en sus cualidades. Escribe Pedro López Pereda.
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Llamamos chakras primarios a Muladhara, Manipura y Vishuddha, cuyas tonalidades se corresponden con los colores primarios: rojo, amarillo y azul.
Las figuras geométricas que se corresponden con los chakras primarios son el cuadrado, el triángulo y el círculo.
Poseen un fuerte contenido simbólico y profundas cualidades físicas y espirituales.
→El cuadrado, Muladhara y la energía
Se corresponde con el número 4. Cualidad: la energía. El cuadrado es la figura geométrica con cuatro lados iguales y cuatro ángulos rectos.
Su chakra es Muladhara, en cuyo símbolo vemos representado un cuadrado.
Significados del cuadrado:
- El cuadrado es estabilidad.
- Representa orden y estructura.
- Sus cuatro ángulos rectos simbolizan materialidad, estabilidad y equilibrio.
- Su elemento es la tierra.
Extensión con apoyo (Uttanasana con apoyo)
Uttanasana representa lo tamásico. En su postura sin apoyo vemos cómo las plantas de los pies se mantienen firmes sobre el suelo a la vez que la cabeza baja hasta situarse por debajo de las rodillas, buscando el elemento tierra, nutriente de la vida.
Uttanasana nos une con los aspectos más primarios y naturales que representan el sostén de la vida.
Realización de Uttanasana
Nos colocamos de pie, con las piernas separadas al ancho de las caderas. Elevamos los brazos bien estirados y aprovechamos la exhalación para flexionar el tronco hasta que las manos se coloquen sobre una repisa o soporte que esté a la altura de las caderas. Las piernas y el tronco se mantienen firmes. Sostenemos la postura durante 60 segundos.
(Ver ilustración de arriba)
→El triángulo, Manipura y la capacidad de sentir
Se corresponde con el número 3. Cualidad: la sensibilidad.
El triángulo es la figura geométrica resultante de la unión de tres puntos por medio de tres líneas rectas. Su nombre proviene del latín “triangulus”, que significa tres ángulos.
Su chakra es Manipura, en el que vemos, representado en el interior de su símbolo, un triángulo invertido.
El triángulo invertido equilátero aparece en los símbolos de cuatro de los siete chakras:
- El triángulo equilátero invertido representa la armonización de la frecuencia vibratoria de este chakra con las fluctuaciones mentales.
- Encontramos dos triángulos equiláteros, uno de pie y otro invertido, que representan cómo el amor tiene la capacidad de armonizar las alteraciones de la mente.
- Su símbolo es un círculo dentro de un triángulo invertido. El círculo nos indica discernimiento y el triángulo invertido representa la capacidad para reducir las fluctuaciones mentales.
- En su símbolo encontramos la figura del mantra Om en el interior de un triángulo invertido, lo que simboliza cómo la meditación restringe la inestabilidad de nuestra mente.
Recordemos el principal aforismo de los Yoga Sutras de Patanjali: “citta vritti nirodha”, que define el yoga como la restricción de las fluctuaciones de la mente.
Significados del Triángulo
- El triángulo equilátero (el que tiene los tres lados iguales) simboliza la armonía, la estabilidad.
- Un triángulo isósceles (el que tiene dos lados de igual longitud), apoyado en su lado desigual y más pequeño, representa la ascensión y el crecimiento. También simboliza la conexión entre el cielo y la tierra.
- El triángulo escaleno (el que tiene todos sus lados de longitudes diferente), simboliza la tríada: el cuerpo, la mente y el Ser.
- El triángulo invertido (apoyado sobre un vértice) representa al agua, no solo porque tenga forma de gota al caer, sino porque el agua es el símbolo universal de los sentimientos y las emociones. En su forma percibimos movimiento, equilibrio inestable, símbolo de la inestabilidad emocional y de las consecuentes fluctuaciones mentales.
El Triángulo extendido (Utthita Trikonasana)
Utthita Trikonasana representa lo rajásico y su elemento es el agua.
Esta figura geométrica queda conformada por las dos piernas del yogui o yoguini apoyadas con firmeza sobre el suelo, formando un triángulo isósceles que nos une a la tierra y que representa la ascensión y el crecimiento.
La postura se completa con una línea recta paralela al suelo, formada por el eje del cuerpo, que empieza en la base de la cabeza (orientada hacia el cielo) y termina en la base de la columna vertebral. Con la práctica regular, esta figura de geometría sagrada nos permite alcanzar un grado de desarrollo que nos abre a experimentar la conexión entre lo denso y lo sutil, lo físico y lo espiritual, el cielo y la tierra.
Realización de Utthita Trikonasana
Nos situamos en Tadasana en un extremo de la esterilla. De un paso amplio, de aproximadamente un metro, colocamos las piernas abiertas y los brazos en forma de cruz, con las palmas de las manos hacia abajo (ver dibujo).
Giramos el pie derecho 90° hacia la derecha y el pie izquierdo unos 20° hacia dentro. El talón del pie derecho debe quedar en línea con el puente del pie izquierdo.
Estiramos y bajamos el tronco hacia la derecha, bajando la mano derecha para colocar su palma en la esterilla hasta que el eje del tronco quede paralelo al suelo y el eje de los brazos perpendicular. Sin mover los pies, los muslos tienen que girar hacia el exterior. Posiblemente, cuando nos iniciamos en el ásana, necesitemos un soporte con cierta altura para apoyar la mano.
En la figura todo es geometría sagrada, por lo que debemos tomar conciencia de todos los lados y ángulos del triángulo. Estiramos la columna y el cuello y giramos la cabeza hacia la mano izquierda, que queda arriba. Mantenemos esta postura unos 20 segundos. Con la práctica se irá aumentando el tiempo hasta llegar a los 60 segundos.
Para deshacer la postura, elevamos el tronco con los brazos en forma de cruz. Situamos los pies paralelos entre sí, bajamos brazos a los lados y juntamos las piernas. Repetimos por el otro lado.
→El círculo, Vishuddha y la inteligencia
Cualidad: la inteligencia.
El círculo es la figura geométrica que no tiene ni principio ni fin, la que más se acerca al concepto de infinito. Los maestros la vinculan a la idea de plenitud y perfección. De hecho, ninguna de las otras figuras geométricas que hemos visto en los ásanas anteriores tiene proporciones tan perfectas, por lo que es considerada una forma muy cercana a Dios.
El círculo resume en su sencillez el dinamismo, el movimiento de la realidad y el paso del tiempo que envuelve el misterio de la creación.
La imagen de los mandalas circulares, los discos que llamamos chakras, así como la rueda del samsara, expresan el camino de la liberación que se busca en diferentes culturas y en la práctica del yoga.
Significados del círculo
Todos los puntos de una circunferencia (el contorno del círculo) equidistan del centro. Esta figura está relacionada simbólicamente con el sentido de la vida humana.
El círculo representa el límite de la materia indiferenciada.
- Representa la conexión con lo divino
- Su centro representa dos significados importantes: 1. es el origen, la unidad de donde todo surge mediante irradiación. 2. es también el eje inmóvil de la rotación del ser humano, el Ser.
- Su circunferencia representa la protección, la contención, la manifestación, la pluralidad, la materia y lo temporal.
- El círculo simboliza el Espíritu, la eternidad, la Conciencia, la Unidad.
- Recapitulando, centro-círculo-circunferencia forman una tríada: el centro se corresponde con el origen de la evolución y con el Ser; la circunferencia representa a las envolturas materiales del Ser y el círculo es el Todo.
El Rey de la danza (Natarajasana)
Nataraja o Natarash, cuya traducción en sánscrito es rey de la danza (nata: danza o baile y rash: rey), es uno de los nombres atribuidos al dios Shiva.
Una conocida leyenda narra uno de los episodios más conocidos de la vida de este dios hindú. Se trata del enfrentamiento que tuvo con un grupo de sadhus (penitentes) que vivían en un bosque por el que Shiva solía pasear. Como los sadhus no querían ser molestados, trataron de ahuyentarle enviándole un feroz tigre, pero el dios acabó con su vida y se vistió con su piel. Más tarde le enviaron una cobra, que él convirtió en su collar. Así que por último utilizaron toda su magia para crear al demonio Apasmara (el diablo del olvido), que tampoco consiguió atemorizar a Shiva, sino que acabó aplastado bajo sus pies. En ese momento el dios comenzó a bailar sobre el cuerpo del demonio con un ritmo tan perfecto que todos los dioses del cielo quisieron contemplar la “danza de la felicidad” (Ananda-Tandava).
Entonces los sadhus se rindieron al poder de Shiva, que desde entonces fue conocido como Nataraja (Señor de la danza), cuyo baile simboliza la creación, el pulso vital del Universo.
La imagen de Nataraja danzando es una de las representaciones más conocidas de la iconografía hindú y está considerada como uno de los más ricos y elegantes símbolos del hinduismo. Dicha imagen representa a Shiva suspendido en el aire, en perfecto equilibrio, dentro de una rueda de fuego en el momento que baila sobre el diablo, que simboliza la ignorancia humana. La figura del Nataraja simboliza la fuente del movimiento dentro del cosmos, representado éste por un círculo de llamas.
La danza de Nataraja queda plasmada en este ásana que lleva su nombre, donde la posición que adoptan el brazo y la pierna imita el círculo de fuego que simboliza el Samsara o rueda de la vida.
Realización de Natarajasana
Nos colocamos de pie, con los pies juntos, en postura de Tadasana.
Levantamos la pierna derecha hacia atrás, llevando el talón hacia el glúteo, y sujetamos el empeine con la mano derecha, soportando el peso del cuerpo sobre la pierna izquierda. Todo ásana requiere un proceso temporal para su ejecución; el talón irá ganando altura con la práctica.
Elevamos el brazo izquierdo y flexionamos el tronco desde las caderas, distanciando ahora el talón del glúteo y proyectando el pie derecho hacia atrás y el brazo izquierdo hacia el frente.
Mantenemos la posición durante 20 segundos. Poco a poco podemos ir aumentando el tiempo en la postura hasta llegar a los 60 segundos.
Deshacemos despacio y repetimos la postura para el lado contrario.
(El próximo lunes la tercera entrega de esta tabla)
Pedro López Pereda. Creador del centro Namaskar de yoga y autorrealización en la línea de Antonio Blay. Presidente de la Fundación Yoga y de la Asociación Yoga Meditativo. Miembro de la Asociación Nacional de Profesores de Yoga. Maestro de Reiki.
Ha publicado, entre otros libros: El mandala oculto (2017), El cuenco vacío (2018) y Las leyendas del Yoga. El origen mitológico de la meditación, el pranayama y las posturas de yoga (2021).