Los antiguos maestros descubrieron las cualidades superiores de los animales y las materializaron en unas posturas que, al practicarlas, nos las transmiten y nos vuelven a integrar con la naturaleza, nos enseñan a conocer y comprender nuestra propia mente y nos hacen más íntegros y conscientes. Escribe esta serie de artículos Pedro López Pereda.
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El Lagarto (Utthan Pristhasana)
Los lagartos simbolizan la capacidad de adaptación y regeneración. Al observarlos, los maestros descubrieron su habilidad para superar obstáculos. La capacidad de regenerar su cola perdida fue interpretada como un ejemplo de creatividad y la flexibilidad de su cuerpo les hizo verlos como un modelo de transformación para poder acceder a los planos superiores.
Realización del ásana
Desde la postura de inicio, damos un paso hacia adelante con la pierna izquierda para situar el pie por fuera de la mano izquierda, dejando la rodilla en línea con el hombro.
Vamos trasladando hacia atrás la rodilla derecha, hasta dejar la pierna estirada apoyando el empeine, y dejamos que cada espiración nos ayude a bajar el muslo derecho al suelo, notando cómo desciende la pelvis.
Si es posible, los codos se flexionan, quizá hasta apoyar los antebrazos (pueden colocarse sobre un soporte). Tratamos de llevar la mirada hacia el frente, manteniendo el pecho abierto. La espalda se mantiene bien estirada.
Mantenemos la postura durante 30 segundos y después la repetimos por el lado contrario.
El Perro Boca Abajo (Adho Mukha Svanasana)
El simbolismo del perro tiene que ver con la lealtad, la protección y la intuición. Pero lo que más destaca en los perros es su gran sensibilidad. Otra cualidad es su capacidad para acompañar al ser humano hasta el momento de su muerte en este plano y en el plano superior.
Realización del ásana del Perro boca abajo
De nuevo partimos de la postura de cuatro apoyos.
Adelantamos las manos unos 30 cm (lo ajustaremos según nuestra altura), con los dedos abiertos sobre el suelo.
Empujando el suelo con las manos, elevamos la pelvis desplazando el peso del cuerpo hacia atrás hasta dejar los brazos estirados. En un principio, las rodillas pueden quedar algo flexionadas y los talones levantados pero con la práctica, es fundamental que las corvas estén bien estiradas y poco a poco hay que llevar las plantas de los pies al suelo.
Las ingles se convierten en el vértice de un triángulo perfecto y la cabeza está relajada, siguiendo la línea de la columna.
Mantenemos la postura al menos durante 30 segundos. Salimos del ásana llevando las rodillas al suelo.
El Perro Boca Arriba (Urdhuva Mukha Svanasana)
El perro, además de los valores ya mencionados anteriormente, es también un claro símbolo, como vemos en esta postura, de esfuerzo evolutivo y elevación hacia estados superiores del ser.
Realización del ásana del perro boca arriba
En esta ocasión nos tumbaremos boca abajo, con las piernas separadas al ancho de las caderas.
Apoyamos las manos firmes, con los dedos bien abiertos, a la altura de las costillas. Inspirando y estirando los brazos elevamos el cuerpo (tronco y pelvis), dejando apoyados solamente los empeines. Debemos tener muy tónicos los muslos y las piernas para separarnos ligeramente del suelo.
Los hombros deben quedarse relajados, rotando hacia atrás y los codos también deben apuntan hacia atrás.
Abrimos el pecho y dirigimos la mirada hacia la punta de la nariz.
Hay que formar una curva orgánica (llamamos diseño orgánico al que utiliza formas redondeadas con líneas suaves sin cambios bruscos), como vemos en la imagen de la postura.
Después de 15 segundos salimos despacio del asana.
(Esta serie continuará el próximo lunes)
Pedro López Pereda. Creador del centro Namaskar de yoga y autorrealización en la línea de Antonio Blay. Presidente de la Fundación Yoga y de la Asociación Yoga Meditativo. Miembro de la Asociación Nacional de Profesores de Yoga. Maestro de Reiki.
Ha publicado, entre otros libros: El mandala oculto (2017), El cuenco vacío (2018) y Las leyendas del Yoga. El origen mitológico de la meditación, el pranayama y las posturas de yoga (2021).