Atención centrada en la persona y la práctica terapéutica del Yoga

2024-10-03

Hoy se dice: “El cuerpo es invisible hasta que tienes un problema”. Al yoga llegan personas poca movilidad, elasticidad, problemas músculo esqueléticos, estrés, dilemas emocionales… Olvidaron que el cuerpo es el centro. Como enseñantes de yoga hemos sido preparados para servir con las mejores herramientas al conocimiento de la alianza entre cuerpo, mente y emociones. Escribe Keilla Dias.

Atención

Foto de Audrey Badin

A menudo esas personas vienen con recomendaciones médicas para que hagan yoga como tratamiento coadyuvante de sus problemas. Esperan que de alguna forma el yoga pueda resolverlos.

En el último Congreso Mundial de Fascia en 2023 destacó un tema común: el cuidado centrado en la persona. Ese concepto aparece también en varias publicaciones y se está convirtiendo como en un «valor añadido», lo cual no debería ser así, ya que es algo evidente y necesario. Pero parece ser que ahora es cuando tomamos conciencia de ello, a pesar de haber surgido en la década de 50 como un concepto establecido en el área de la medicina.

¿Cómo podemos trabajar con este concepto del cuidado centrado en la persona en yoga y terapias complementarias? Hace 12 años en mi formación de yoga para niñ@s en la Escuela Om Shree Om, la maestra Christine McArdle nos enseñó que sí es posible y necesario. Durante el año de formación nos inculcó y preparó en el cuidado centrado en las necesidades de cada niña y niño. Y si eso es posible en una clase de yoga para niños, ya tenemos el reto superado.

Desequilibrios y salud

Las personas somos diferentes y cada una vivimos en un contexto diferente. Diferentes necesidades, diferentes inquietudes, diferentes formas de pensar y actuar, diferentes culturas… Es normal que el contexto individual tenga importancia cuando valoramos el paciente/alumn@ para proponer una forma de recuperación.

En otro artículo, “Fascia, el nuevo cambio de paradigma en el movimiento”, hablo de un cambio sin precedentes en el entorno del movimiento, de pensar en el cuerpo como algo integrado, indivisible, y no en partes separadas. En el artículo de hoy quiero hablarte de otro cambio de paradigma hacia un modelo biopsicosocial que interviene directamente en la salud física y mental abarcando aspectos multidimensionales.

La salud física y la salud mental no se separan. Se hace visible primero un cuadro de enfermedad física, pero que puede haber sido generado por un cuadro psicosomático mal gestionado. El contexto social (socio-económico, cultural, interpersonal) y psicológico (autoestima, autoconcepto, familia, trabajo y habilidades sociales) se suman y se interrelacionan interfiriendo directamente en los procesos fisiológicos del cuerpo y mente.

“La enfermedad puede ser entendida como la manifestación corporal para compensar el estado de desequilibrio”, ha dicho Cristiano Guimarães, fisioterapeuta y maestro en ciencias de la rehabilitación. ¿Y dónde entramos como profesores de yoga en todo eso?

Conocer mejor a la persona

Podemos ir más allá del tratamiento local y expandir hacia el global, considerando diversos factores que influencian y deben ser considerados, como las experiencias previas, las expectativas, la relación profesor/a-alumnos/as y todo el contexto biopsicosocial, así poder abordar desde diversos niveles y perspectivas terapéuticas.

Como profesores debemos tener en consideración habilidades importantes para relacionarnos con nuestros/as alumnos/as, como la forma de comunicación (no sólo con la palabra como también el contacto y la mirada), la escucha y la forma de enseñar. La suma de esas habilidades con el entorno biopsicosocial de este profesor/a es lo que define a cada uno de forma individual, y por ello no existe dos profes iguales.

Los profesionales del yoga de la rama terapéutica deben tomarse un tiempo con el alumno/a para conversar, conocerle mejor, entenderle como persona e informarse de sus expectativas. Esta es una forma de generar una alianza terapéutica para tratar la persona y no su problema o enfermedad. Ese vínculo, además de proporcionar un espacio para la recuperación más satisfactoria, genera conexiones significativas donde las personas se sienten vistas, apreciadas y escuchadas, aunque estén en una clase grupal.

En un artículo de Nathan Hutting de 2022, titulado «Atención centrada en la persona para el dolor musculoesquelético», habla de tres fases importantes a tener en cuenta en una relación colaborativa:

1. Identificación y establecimiento de objetivos, involucrando ideas, expectativas, creencias y experiencias del alumno/paciente.

En esta parte se incluye una buena comunicación entre alumno/profesor para una anamnesis (historial aportado por el paciente) integral y completa y así poder entender las prioridades para trabajar los patrones que causan los desequilibrios.

2. Asesoramiento para autogestión, involucrando habilidades generales de autocuidado.

Dar autonomía para que el alumno pueda continuar su proceso de autocuidado fuera de la esterilla: respiración, posturas y movimientos, ejercicios somáticos y sensoriales, automasajes…

3. Evaluación, incluyendo revaluación, reflexión y un plan de seguimiento.

Aunque pueda parecer una misión imposible, este contexto puede ser aplicado en una clase de grupo reducido. Comprender la importancia de esa alianza terapéutica nos permite ser creativos para dar a cada uno lo que necesita en ese momento. Sintonizar con el grupo es una forma de poder adaptarse en cada situación para atender las necesidades individuales. Los/las alumnos/as lo valoran y se sienten acogidos y agradecidos.

Otra consideración importante es tener la capacidad y conocimiento para poder derivar un alumno a otros profesionales para complementar nuestro trabajo de forma holística y que su recuperación sea más rápida. Es importante rodearte de buenos profesionales para hacer recomendaciones seguras y así crear una red colaborativa entre profesionales que complementan nuestro trabajo.

La Inmersión en Fascia aplicada al movimiento puede ayudarte a desarrollar habilidades y conocimientos para trabajar desde una perspectiva terapéutica, global e integral.

Keilla Dias es profesora de yoga desde 2010, autora de herramientas pedayóguicas y desde 2014 viene especializándose en el Sistema Fascial sumando más de 500hrs certificadas en este tema. Ha desarrollado su propia metodología holística interdisciplinar llamada Fascintegrity que trabaja con la perspectiva de la fisiología y anatomía fascial aplicada al movimiento y al alineamiento postural. Actualmente imparte cursos a profesionales y clases a alumn@s que quieran practicar y desarrollar habilidades para auto gestionarse en el cuidado de su cuerpo de manera integrada: cuerpo-mente-emociones.

Contacto: keilladias.com / Whatsapp: 608 488 621 @keilladias_bienestarintegral / @fascintegrity