Lecciones eternas para un mundo moderno

2024-09-12

Conversación entre Juan Carlos Ramchandani, Krishna Kripa Dasa, en torno a su nuevo libro Lecciones del camino eterno. El Sanatana Dharma, entre la materia y el espíritu, y el yogui Joaquín G. Weil.

Juan Carlos Ramchandani

Con mi vieja bici voy a recibir a Juan Carlos Ramchandani a la estación de ferrocarriles María Zambrano en Málaga. Juan Carlos se encuentra viajando por medio de trenes, aviones o helicópteros, de camino entre un encuentro interreligioso y la celebración de una boda hindú. En una cafetería cercana a la estación nos paramos un rato a bebernos un rico masala chai y a charlar sobre su reciente libro, que considero una obra madura y lograda, de gran utilidad para el público en general y, de modo específico, para aquellas personas interesadas en el yoga. En él se examinan historias apasionantes y aleccionadoras a la luz de las milenarias enseñanzas de la sabiduría hindú.

Un buscador de tesoros en los desiertos de Rajastán, a punto de morir deshidratado, encuentra una botella de agua junto a una bomba manual de agua, duda entre beberse la botella o verterla sobre el émbolo de la bomba para poder extraer más agua, tal como una nota junto a la botella aconseja. Amancio Ortega le entrega un cheque por un millón a un empresario arruinado que, animado por este gesto de generosidad y, sin hacer uso de él, recupera su fortuna y su confianza en sí mismo y en la humanidad.

Joaquín G. Weil: Te lo habrán preguntado más veces, porque estas historias son sorprendentes, un tanto a caballo entre los cuentos de la ruta de la seda y los testimonios personales de autoayuda. ¿De dónde proceden estas interesantes y aleccionadoras historias que se plasman en tu libro?

Juan Carlos Ramchandani: Algunas de estas historias son parte de la sabiduría hindú popular; lo único, las he adaptado a nuestro entorno occidental contemporáneo.

J. G. W.: De hecho, podemos considerar que la sabiduría tradicional se asimila cuando somos capaces de plasmarla en nuestro día a día. ¿Cómo se explica que la sabiduría milenaria del Sanatana Dharma y, en particular la Bhagavad Gita, siga siendo válida y aplicable en nuestro mundo actual?

J. C. R.: Es un conocimiento perenne y de aplicación universal que, aunque tiene sus raíces en la espiritualidad hindú, es útil y aplicable en la vida práctica de todas las personas. Sé que algunas personas tienen una visión un tanto limitada de la tradición como algo antiguo o casi museístico, si bien yo concibo las sabidurías milenarias como un conjunto de símbolos y de claves útiles, y una fuente constante de inspiración para los muchos dilemas que se presentan en nuestros días, para solventar y superar las dificultades y potenciar nuestras cualidades, nuestras posibilidades y transformar nuestras vidas en más dichosas y plenas.

J. G. W.: Precisamente uno de los rasgos distintivos de esta sabiduría perenne encarnada en el Sanatana Dharma es su carácter práctico y, diría, casi psicológico, plasmado en la conversación entre Krishna y Arjuna antes de la batalla de Kurukshetra.

J. C. R.: Arjuna representa la humanidad sufriente plagada de dudas, apegos y emociones arrebatadoras, que la sumen en la confusión. Entonces Krishna (avatar de la divinidad, encarnada en la Tierra) da respuestas magistrales que, aún habiendo transcurrido miles de años, siguen vigentes. Por lo cual es un texto esencial para los practicantes serios de yoga.

J. G. W.: ¿Podríamos decir que constituye una clave espiritual para resolver nuestros asuntos cotidianos, que desde la propia materialidad parecieran casi irresolubles?

J. C. R.: Sí, en este libro he querido recoger la sabiduría hindú tradicional y, en particular, de la Bhagavad Gita y, a través de historias, compartir una serie de enseñanzas sobre los valores inherentes a toda personas: el amor, el agradecimiento, la lealtad, el perdón, la paciencia, el trabajo en equipo, etc. En este libro cito más de 18 cualidades, que están dentro de cada persona y son importantes recursos que, una vez descubiertos, son herramientas para solventar nuestros asuntos cotidianos y alcanzar una vida más feliz y plena.

J. G. W.: A propósito de lo que afirmas, y sin quitar mérito a los manuales de autoayuda, algunos de los cuales considero interesantes, tu libro, sin embargo, difiere de ellos.

J. C. R.: Así es, no es un típico libro de autoayuda, sino que se trata de una enseñanza vital, más allá de las ocurrencias o inspiraciones de diversos autores. Una tradición milenaria, transmitida de maestros a discípulos durante siglos, y de la cual me considero un humilde continuador. Algunas personas cercanas a mí, que me conocen bien, me consideran un obrero o “currante” del dharma.

J. G. W.: Doy fe, porque tienes una agenda vertiginosa y repleta de viajes y tareas, en particular en el ámbito de los encuentros interreligiosos, y también la celebración de los “momentos cumbres” en la vida de las personas, pues oficias, bodas y funerales y ceremonias de nacimiento.

J. C. R.: Pertenezco a una familia mixta, hindúes por parte de padre y católicos por parte de madre. Lo cual era hasta divertido y conveniente para los niños que éramos entonces, pues recibíamos regalos por las celebraciones de ambos credos. En 1984 me decanté por el hinduismo. Por estas circunstancias vitales y por haberme educado en Ceuta, donde están presentes varias culturas y tradiciones, para mí ha sido habitual tratar con personas de diversas creencias y conceptos del mundo. El diálogo interreligioso ha sido para mí algo biográfico y habitual. Si bien, por mis múltiples viajes a la India para visitar a mi familia paterna y mis largas estancias en este país, he tenido ocasión de profundizar más en esta tradición. En 1994 fui ordenado purohita, o sacerdote, por lo que comencé a oficiar las celebraciones más importantes de la vida. Aclarar que, conforme a la tradición, soy una persona casada y padre de familia. De momento soy el único registrado en España como ministro de culto hindú.

J. G. W.: En un mundo desmoralizado, en el doble sentido de la palabra, tanto desorientado en cuanto a la ética como  desanimado, ¿habrá personas procedentes de diversos ámbitos que te conozcan por tus libros, que acudan a tu consejo espiritual y ético, y a tu función como oficiante de celebraciones?

J .C. R.: Sí, hay personas no necesariamente de origen indio, algunas de las cuales practicantes de yoga, que me llaman por un lado para hacerme consultas, que suelo responder para beneficio de todos en vídeos para mi canal de YouTube. Y también hay familias que me requieren para oficiar ceremonias en momentos de sus vidas profesionales o familiares que consideran importantes, como bendecir sus comercios o sus centros de yoga, celebrar bodas, etc. Estos rituales constituyen una necesidad universal que se expresa de diversos modos en las diferentes tradiciones existentes en el mundo. Humildemente trabajo para representar una de estas tradiciones y así darle un marco ritual y conceptual a eso que los antropólogos llaman los “momentos cumbre” en la vida de las personas.

J. G. W.:  Sé que, además y de modo paralelo a tu trabajo dentro de la tradición hindú o Sanatana Dharma, tienes un profundo vínculo de años con la práctica y la enseñanza del yoga. ¿Cuáles consideras son las principales aportaciones del Sanatana Dharma al yoga?

J. C. R.: Durante años he sido profesor de hatha yoga, pues estudié con célebres profesores de India. Llegué a impartir clases de hatha yoga en mi propio centro en Ceuta, y también en otros diversos ámbitos sociales, incluso a los más desfavorecidos, como son los internos de una cárcel. Si bien siempre procuré complementar el componente físico con historias y enseñanzas de la sabiduría tradicional. Pues se entiende que, tras los beneficios para la salud y la energía corporal, en el yoga debería estar presente una apertura a la conciencia y a otros aspectos de la tradición que precisamente están comprendidos en libros como los Yoga sutras y la Bhagavad Gita. Considero que para los profesores y practicantes de yoga puede ser refrescante e inspirador para su práctica conocer esta perspectiva contemporánea de una sabiduría eterna que procuro humildemente ofrecer en mi libro.

Joaquín G. Weil es profesor de yoga y presidente del Instituto Andaluz de Yoga.

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