Yoga en la infancia 2/ 10 claves para preperar tus clases de yoga infantil

2024-08-14

Un nuevo capítulo de esta nueva sección de ‘Yoga en la infancia’, que reunirá los 10 más brillantes artículos ya publicados en YogaenRed por prestigiosos especialistas en yoga dirigido a la infancia y aplicado a la educación integral de niños y niñas. En esta ocasión le corresponde a la Escuela de Yoga Mahashakti.

¿Enseñas a te gustaría enseñar yoga a los niños? Estas clases para los chicos y chicas de corta edad tienen sus propias características. Compartimos 10 tips para que las tuyas consigan su propósito y sean todo un éxito…

1º: Antes de empezar ten claro lo que para ti es el Yoga y lo que quieres transmitir. Márcate unos objetivos y unos contenidos para todo el curso, y procura ser concreto/a, mejor cosas pequeñas y alcanzables que grandes finalidades utópicas. A veces ayuda tomar un cuaderno y empezar la hoja en blanco con: Quiero que mis niños y niñas sean capaces de…

  • Mejorar su equilibrio y fuerza, manteniendo las posturas al menos tres respiraciones.
  • Prestar atención a los cuentos, mostrando interés por el lenguaje escrito y por las fábulas.
  • Contar respiraciones, tomando consciencia de todo el proceso de la inhalación y todo el proceso de la exhalación.
  • Reconocer sus emociones básicas, expresándolas con los diferentes lenguajes: plástico, verbal, corporal, musical…
  • Identificar situaciones de angustia, estrés o tensión, poniendo en práctica estrategias del Yoga para calmarse.

¿Cuáles serían los contenidos en este caso? Mantenimiento de las posturas al menos tres respiraciones; interés y curiosidad por los cuentos; capacidad para contar respiraciones; diferenciación de emociones básicas; expresión de los estados emocionales principales, etc.

2º: Ya tienes tus objetivos y contenidos. Ahora pregúntate: ¿a través de qué propuestas o actividades voy a conseguirlos? Aquí algunas ideas:

  • Tablas de ásana adaptadas a su edad.
  • Meditaciones y dinámicas pensadas especialmente para niños y niñas: el juego de los sentidos, masajes relajantes, visualizar el Jardín Interior…
  • Juegos cooperativos.
  • Pranayamas como la respiración de la abeja.

Intenta encuadrar todas estas actividades dentro de una estructura fija. Por ejemplo: nada más empezar la clase puedes hacer un pequeño ejercicio de activación, después el Saludo al sol seguido de la tabla, a continuación, una relajación o visualización… Cada sesión de Yoga Infantil será diferente por la variedad de las actividades, pero será idéntica en estructura. Esto dará orden a los chavales y les permitirá organizarse, sosegarse y sentirse más tranquilas/os.

3º: Bien, no podemos continuar sin preguntarnos por la metodología que vamos a emplear y la evaluación. Cuando pienses en la metodología plantéate: ¿Cómo quiero enseñar todo esto? ¿Voy a intentar llevar yo el ritmo en todo momento o voy a dejar huecos para la participación? ¿Voy a pedirles que aporten cuentos, ideas, propuestas de juegos, sueños…?

En relación al proceso evaluativo habría que definir cómo vamos a valorar si nuestro alumnado está consiguiendo los objetivos marcados y si está adquiriendo los contenidos. Para esto lo mejor es preguntarles directamente y de forma habitual, para conocer lo que van interiorizando y lo que todavía les cuesta. La observación y las asambleas son también momentos ideales para la evaluación continua.

4º: Ahora ya tienes tu planificación base: los objetivos, contenidos, actividades, metodología y evaluación. Esto te dará muchísima seguridad, aunque debes estar dispuesto/a a cambiar algunos detalles sobre la marcha, para adaptarte a las necesidades del grupo. Una vez que ya has programado sobre el papel, llega la hora de la verdad: te llega el grupo de niños y niñas, cada cual de su padre y de su madre, unos perdidos, otros con necesidad de empezar a moverse ya, las familias y sus historias… Aquí lo aconsejable es que dediques un tiempo a conocer a tus alumnas/os. Pregúntales por qué se han apuntado a clases de yoga, ¿qué es el yoga para ellos?, ¿y la meditación? Indaga en sus intereses, sus preocupaciones, habla con las familias para conocer también qué expectativas hay detrás. Esta primera toma de contacto te dará información muy útil a la hora de abordar las sesiones y manejar al grupo.

5º: Al principio del curso es fundamental establecer entre todos las normas de convivencia. Es bueno que participen activamente para que se involucren más en recordarlas y respetarlas. En este punto conviene incitarlos a que las vayan diciendo ellos: ¿está bien darle una patada o arañar a un compañero si estamos jugando?, si estamos con los ojos cerrados, intentando concentrarnos, ¿creéis que es el momento de hablar, cantar o gritar?, etc.

6º: Si algo maravilloso e inquietante tienen los niños es que son espontáneos y creativos por naturaleza. No esperes que sigan todas tus indicaciones, no creas que vas a dar una clase modelo como con los adultos, no busques la perfección. Adáptate a sus ritmos y necesidades, dales cierto margen de libertad, pero establece límites claros, fijos, que nadie pueda romper. No te pliegues sobre ti misma, no les pases la responsabilidad dirigir la clase, asume tu papel y ten muy claro a dónde quieres llevarlos.

7º: Aprovecha cualquier imprevisto para trabajar la educación en valores. ¿Que surge un conflicto entre dos niños? Enséñales a que se expresen por separado y se escuchen los unos a los otros. ¿Que alguien boicotea la clase? No le hagas sentir mal, pídele que asuma el compromiso con el grupo. ¿Que alguien se ríe de otro niño? Háblales de lo importante que es respetar las diferencias y abrir nuestra mentalidad.

8º: Programa siempre más actividades de las que, en principio, te daría tiempo a hacer. Ten guardados varios ases en la manga porque a los más pequeños no siempre les engancharán tus propuestas o ejercicios. Verás cómo habrá días en los que no conecten con lo que les estás planteando, si no tienes un banco de actividades extra la clase puede quedar un poco pobre.

9º: Informa a las familias de lo que estáis haciendo en clase, de qué objetivos estáis trabajando. Mantén un lazo fuerte con ellos, deben sentirse partícipes a lo largo del curso, ir ganando confianza en ti y ver claramente que sabes lo que haces. Puedes pedirles participación en momentos puntuales, sin abusar, habrá quienes estén encantados. Que pueda venir un día la madre de Martín, por ejemplo, a contarnos una situación muy estresante que vivió en un atasco de tráfico y que los niños y niñas puedan pensar y expresar posibles formas de abordar esa circunstancia de manera calmada.

10º: Recuerda que serás un modelo para ellos, alguien de referencia. Cuida tu forma de hablar, tu lenguaje corporal, la forma en que te comunicas con ellos y contigo. Se estarán fijando en todo lo que haces y tratarán de imitarlo, así que debes intentar ser lo más coherente posible. Difícilmente podrás enseñar la importancia de tolerar la frustración si te frustras a la mínima cuando un niño no hace lo que estás indicando. Sostente, mantente firme en tu práctica personal y sé humilde, a ellos les encanta que reconozcamos nuestros errores.

Escuela de Yoga Mahashakti