Un nuevo capítulo de esta nueva sección de ‘Yoga en la infancia’, que reunirá los 10 más brillantes artículos ya publicados en YogaenRed por prestigiosos especialistas en yoga dirigido a la infancia y aplicado a la educación integral de niños y niñas. En esta ocasión le corresponde a la especialista Isabel Cervantes.
¿Te imaginas a niños sentados, quietos, con los ojos cerrados y respirando con suavidad? Cuesta, ¿verdad? Pues es sorprendente la facilidad con la que conectan con sus espacios interiores. Y una vez que lo han hecho, son los mejores alumnos que cualquier profesor pudiera imaginar…
Desde el primer momento en el que el niño comienza a practicar yoga, se le ha de explicar con claridad que el yoga no es una práctica competitiva, que no hay mejores o peores, ganadores o perdedores, que en la sala de yoga todos somos iguales, que jugamos practicando las posturas con el objetivo de sentirnos mejor; que no duela la espalda por la mala postura en la escuela o por cargar con la pesada mochila, que aprendan a relajarse, que disfruten de respirar profundo y ver lo bien que les hace sentir…
Los niños deben de sentirse libres de expresarse, sin la presión de tener que ser los mejores o de buscar un premio por esforzarse; deben de sentirse libres de críticas o juicios y entender que nadie espera de ellos nada que no sean capaces de hacer disfrutando, sonriendo ante los retos, respirando y conectándose con una sensación de calma y autoestima. Y por otro lado, aprender a aceptar las críticas/sugerencias constructivas que les ayuden a conocerse mejor y crecer fuertes y sanos.
Algunos días vendrán malhumorados o cansados, habrán vivido alguna situación con papá o con mamá, o quizás con algún profesor o compañero de la escuela, a lo mejor habrán tenido un examen y vendrán con la sensación de sentirse frustrados o muy excitados. Es en esos momentos cuando el profesor/a ayudará al niño a respirar esas emociones, a canalizarlas y a calmarse.
Hay ocasiones en las que es conveniente aprovechar el entorno de la sala de yoga para que algún niño, si hay tenido un día difícil, comparta la experiencia y al hacerlo se sienta más cómodo con sus emociones y por supuesto con el apoyo y respeto del profesor y del grupo de niños.
En cualquier caso, el profesor/a de yoga deberá estar atento y sensible a las circunstancias personales de los niños, para poder valorar en cada momento la mejor acción a realizar.
Las posturas de yoga ayudan a los niños no sólo a canalizar lo que viven en el día a día, sino a desarrollar y potenciar la concentración, la estabilidad, la fuerza y flexibilidad... Como la práctica de estiramientos y posturas de yoga va siempre sincronizada a la respiración, aumenta la sensibilidad y conciencia respiratoria, lo que produce un efecto calmante que les ayuda a fácilmente liberar tensiones de origen mental y emocional así como a reconectar con sus cuerpos.
Meditación para niños
Un complemento natural de la práctica de yoga es la meditación.Enseñar a los niños a meditar es ofrecerles la semilla de una vida más sana y satisfactoria. Con la práctica del yoga y la meditación acercamos a los niños valores como la tolerancia, la empatía, la capacidad de autosuperación, la honestidad, la confianza, la paciencia, el sentido del humor…
La meditación regula el latido del corazón y la respiración, produce un estado de sosiego y de calma. La mente se serena y se acerca a un estado de paz en el que las situaciones cotidianas se pueden observar desde una perspectiva mucho más amplia.
Meditar ayuda a niños y a las personas en general a conectarse con sentimientos de amor, aceptación de uno mismo y de los demás. La meditación educa la mente, volviéndola más abierta, comprensiva y lúcida.Meditar ayuda a los niños a relacionarse mejor, en casa, en el colegio, con los amigos… y, lo más importante, ¡con ellos mismos!
Los ejercicios de meditación y concentración en niños suelen tener una duración más corta que en los adultos. Pero en cualquier caso hay siempre que observar la atmósfera del día y ser sensibles a sus necesidades. Puede que un día la meditación dure apenas unos minutos y otro día se alargue fácilmente.
Una cualidad importante que ha de desarrollar un buen profesor de yoga para niños es la de observación. Mantener la mente relajada y observarles… Ya estén agitados, cansados, malhumorados o muy excitados, observar nos permite ser creativos y desde la intuición ofrecer en cada momento lo que sentimos les va a ayudar más.
Asimismo, el hecho de observar nos aporta el espacio de objetividad necesaria para comprenderles y fluir con ellos. Habrá días en los que nos sintamos cansados o enfermos y cueste mantener la objetividad y la neutralidad, pero en mi opinión es una cuestión de entrenamiento el aprender a soltarse uno mismo y vibrar con los niños, dejando a un lado las propias tensiones.
Como la meditación puede ser muy creativa, es importante ofrecer a los niños variedad de experiencias que mantengan y estimulen su interés. Desde simplemente cerrar los ojos y observar la respiración en el abdomen, contar la respiración por la nariz… a concentrarse en la llama de una vela, en la punta de la nariz, recitar un mantra o entrar en espacios de visualización, a través de los que les guiaremos hacia lugares que evoquen la cualidad o actitud que deseamos que experimenten. Y si están inquietos para quedarse sentados, podremos trabajar la meditación dinámica caminando por la sala.
Aunque parezca difícil imaginar a niños sentados, quietos, con los ojos cerrados y respirando con suavidad por su naturaleza activa, alegre y expansiva, es sorprendente la facilidad con la que conectan con espacios interiores. Una vez que lo han hecho, son los mejores alumnos que cualquier profesor pudiera imaginar, ¡pues les encanta la sensación de paz que experimentan!
El yoga y la meditación deben estimular a los niños a desarrollar una mayor consciencia de sus cuerpos y mentes, del mundo que les rodea, de sus emociones y procesos mentales. Deben ayudarles a aprender a tranquilizarse, a confiar en ellos mismos y a enriquecer su creatividad e imaginación. Y es así como conseguiremos que nuestro mundo sea un mundo más pacífico, ayudando a los niños, que son semillas de pura potencialidad, a desarrollarse desde, para y por el Corazón.
Isabel Cervantes es directora de la escuela de yoga Kaivalya. Profesora de Hatha Yoga por la AEPY. Formadora de Profesores de Yoga por la European Yoga Alliance. Formadora de Profesores de Yoga para Niños Método Surya Kiranam. Maestra en Canto Védico por la Krishnamacharya Yoga Mandiram. Cantante y compositora de mantras, grupo de música Adawis.