Yoga es una disciplina que involucra profundamente conciencia, movimiento y liberación de tensiones. El trabajo introspectivo en yoga permite encontrar los puntos de cuerpo y mente que nos ayudan a aprender y superar. Si se repiten las mismas molestias en los mismos ejercicios, es decisivo prestar atención. Los dolores a menudo comienzan como desequilibrios energéticos derivados del estado emocional y mental, y a largo plazo se manifiestan en el cuerpo físico. Escribe Pablo Rego.
Cuando estamos preocupados o tenemos una gran actividad mental, gastamos una cantidad excesiva de energía. Mantener el equilibrio a nivel físico se vuelve difícil, lo que puede llevarnos a enfermarnos. Situaciones como tomar frío pueden afectarnos más cuando nuestro cuerpo ya está debilitado por estos desequilibrios. Creamos condiciones internas que bajan nuestras defensas o que enfocan demasiada energía en resolver problemas mentales o emocionales, dejando nuestro cuerpo menos preparado para afrontar enfermedades o desequilibrios físicos.
Identificar y trabajar en nuestros puntos débiles
Todos tenemos un punto débil en el cuerpo, un lugar que requiere más trabajo y donde se manifiesta nuestro mayor aprendizaje. Si siempre nos genera molestias o dificultades, las soluciones superficiales como tomar pastillas o realizar intervenciones quirúrgicas no resolverán el problema subyacente. Es esencial identificar el desequilibrio energético y emocional que está detrás de estos síntomas físicos. Profesionales de yoga, asesores de ayurveda, biodecodificadores u otro tipo de terapeutas pueden ayudar en este proceso, ofreciendo métodos para trabajar en estos puntos de forma efectiva.
Los problemas físicos que enfrentamos hoy pueden ser el resultado de experiencias y desequilibrios derivados de meses atrás. A menudo, estos desequilibrios se manifiestan físicamente después de que hemos ignorado señales previas. La falta de atención o la dificultad para aprender de ciertas experiencias pueden llevarnos a tener problemas recurrentes en áreas específicas de nuestro cuerpo. Es vital entender que la sanación no solo implica el cuerpo, sino también la mente y las emociones.
En la práctica de yoga consciente (es decir, muy enfocado en la atención), se enfatiza la importancia de activar y mantener todo el cuerpo, no solo el área que presenta problemas. Si tenemos un dolor en el hombro, por ejemplo, el resto del cuerpo no debería someterse a esa limitación. Es crucial no permitir que nuestra enfermedad o dolor se conviertan en la única manifestación de nuestro ser. Mantener una actitud positiva y enfocarse en el 98% del cuerpo que está en buenas condiciones aumenta la probabilidad de recuperación del área afectada.
La visión holística de la salud en yoga
Un problema común en la medicina tradicional es que se enfoca únicamente en la enfermedad, descuidando el resto del cuerpo que puede estar en perfectas condiciones. Practicar yoga, incluso con problemas físicos, ayuda a mantener el resto del organismo en equilibrio y saludable. Es esencial no arrastrar el potencial del cuerpo a una situación que no podemos resolver. Debemos ver nuestro cuerpo como un bosque y el problema como un árbol que nos impide ver el conjunto. Mantener esta perspectiva nos permite aprovechar las posibilidades de sanación y equilibrio que nuestro cuerpo posee naturalmente.
La realización de un yoga consciente nos enseña a prestar atención a nuestros desequilibrios físicos, energéticos y emocionales, trabajando de manera holística para sanar y equilibrar nuestro ser.
Mantener una actitud positiva y enfocarnos en la salud general del cuerpo, en lugar de solo en los problemas, es fundamental para una vida equilibrada y saludable.
Practicar yoga no solo mejora nuestra flexibilidad y fuerza física, sino que también nos ofrece herramientas para una introspección profunda y un crecimiento personal integral.
Pablo Rego. Profesor de Yoga. Escritor. Masajista-Terapeuta holístico. Diplomado en Ayurveda