Cerrar los ojos. Alinearse con la tierra y observar. Escuchar, vaciar, volver a observar. Sentir, sentir el cuerpo; sentir el espacio que ocupa el cuerpo; sentir cómo se mece con cada respiración. Seguir observando. Escribe José Manuel Vázquez.
Ralentizar la salida del aire. Vaciar. Pausar. Calmar. Vaciar. Dejar. Soltar. Vaciar y descansar. Esperar a que el aire entre. Abrir. Sentir. Dejarse sentir. La piel… el aire exterior… el espacio interior. El silencio reverberando en las oscuras dimensiones del cuerpo. Sumergirse en ellas. Mantener la atención en el eco respiratorio. Suave, lento, ligero, oportuno. Los huesos se aligeran. El silencio esponja los sentidos. Diluirse. Encontrarse. Una y otra vez. Entender, entenderse y entender al otro. Cuidarse. Amarse. Aceptar y aceptarse.
El yoga es meditativo, ordenado y visionario. Cuando el cuerpo se alinea sucede el milagro: los pies y las piernas amortiguan la gravedad; la pelvis, el tronco y la cabeza dialogan a través de la columna; los brazos dibujan un horizonte de ida y vuelta. La atención sostenida regresa una y otra vez al núcleo respiratorio. El origen del yoga no ha cambiado con el tiempo. El asana es un espejo donde reencontrarse, una y otra vez. No importa cuántas veces nos hayamos perdido, no existe otro lugar al que poder regresar.
Descubrimos una extraña alegría al retomar un tiempo interior regido por los ciclos del cuerpo y las estaciones. La poesía oculta de nuestro pasado imperfecto nos trae al presente. Recordar, rememorar, reexperimentar lo que sentimos las primeras veces que hicimos yoga reintegra la misma idea, el mismo espacio, la misma confrontación, el mismo diálogo, el mismo interés, la misma llamada, la misma fascinación que nos magnetizaba entonces.
Cerrar los ojos. Reencontrase en medio del bosque. Escuchar el canto de los pájaros o el sonido del mar o los latidos del corazón. Compartir con cada célula del cuerpo la experiencia. Regresar a un lugar sin miedo. Dar las gracias. Sentirse acompañado. Sin prisa, muy despacio; separar un poco los párpados. Vislumbrar que ahí afuera todo parece seguir en su sitio. Abrir los ojos.
José Manuel Vázquez preside la Asociación Shiva-Shakti de Yoga Integral. Es profesor y formador de profesores certificado por la Yoga Alliance. Desde 2001 dirige su propia escuela de yoga, Yoga Orgánico, donde dirige una formación de profesores. Es autor de Manual de yoga para occidentales y Yoga Orgánico. Salud, dignidad y rascendencia del cuerpo (Alianza Editorial).