Suelen ser frustrantes, ya lo sé, pero se habla tanto de los beneficios de las posturas de equilibrio que no queda otra que intentar una y otra vez. Al final, se trata de llevar la práctica a la vida diaria; es por eso que en este artículo quiero hablarte de las posturas de equilibrio dinámico… y de cómo intervienen las fascias. Escribe Keilla Dias.
Las posturas de equilibrio practicadas de manera regular nos proporcionan el balance entre cuerpo, mente y emociones:
• A nivel mental esas posturas nos brindan la oportunidad de actuar de manera consciente y presente en cada nueva experiencia, en cada acción que utilizamos para su construcción. Nos aportan consciencia corporal, mejoran la concentración y nos permiten percibir nuestro cuerpo.
• A nivel físico nos aportan fuerza y equilibrio, además de ser beneficiosas para mantener huesos sanos, ayudan a tonificar los músculos y, si logramos hacerlas desde un equilibrio dinámico, mejoran la flexibilidad articular y la elasticidad. También interfieren en los sistemas visual, vestibular y somato-sensorial.
• A nivel emocional nos ayudan a controlar nuestro sistema nervioso autónomo, induciendo a trabajar más desde el parasimpático, preparando el cuerpo para sentir y percibir la postura en su totalidad, sin estrés y sin miedo.
Las posturas de equilibrio pueden ser sostenidas tanto de manera estática como de manera dinámica a través del movimiento.
Ahora te pregunto: ¿Qué sabes sobre equilibrio dinámico? ¿Qué se te viene a la cabeza? ¿Movimiento? ¿Inestabilidad?
El equilibrio dinámico se caracteriza por emplear el movimiento, la pulsación y la expansión, pero eso no necesariamente está relacionado con la inestabilidad, porque justamente atiende a los principios básicos de la biotensegridad: cómo el cuerpo puede recibir fuerzas en constante cambio y distribuir estas fuerzas por todo el organismo, proporcionando un cuerpo con más estabilidad, elasticidad e integración globalizada.
Si aplicas solamente las pautas para el equilibrio estático, difícilmente lograrás el equilibrio dinámico. Para ello, sólo tienes que seguir algunos pasos importantes…
Pero cómo sostenerlas?
Están los consejos tradicionales de siempre para las posturas de equilibrio estático:
- Utilizar una plataforma estable.
- Establecer las bases con los puntos de apoyos de los pies y manos.
- Mirar hacia un punto en concreto.
- Activar los músculos abdominales.
- Tomar consciencia de la respiración.
¡Pero hoy te enseñaré algo más! Te invito a pensar fuera de la norma…
El mundo del movimiento está asombrosamente transformándose con las nuevas investigaciones sobre fascias y de cómo relacionarnos con esta maravillosa red interna. Los/as profesionales del movimiento actualizados ya están trabajando con este conocimiento introduciendo pautas más orgánicas, más respetuosas y más globalizadas, trabajando no sólo con el sistema músculo-esquelético sino también con el sistema fascial desde la fisiología.
En este artículo, quiero compartir contigo algunas pautas a tener en cuenta para sostener las posturas de equilibrio de manera más eficiente y sin frustraciones.
Consejos prácticos
Hay una serie de pasos que trabajan con los principios del entrenamiento miofascial y que pueden ser aplicados tanto en yoga como en pilates. Si sigues este orden tendrás más éxitos cuando lo hagas tú misma/o cuando propongas a tus alumnas/os el reto de las posturas de equilibrio Generalmente, esos consejos son trabajados de forma habitual en las clases y el alumnado ya los tiene integrados como pautas habituales para realizar posturas y movimientos de forma dinámica, orgánica e integrada.
Estas son las 6 pautas o consejos a tener en cuenta:
1.Nuestro cuerpo tiene una enorme cantidad de receptores sensoriales que atienden a diversos estímulos. Algunos están localizados en puntos estratégicos en el cuerpo:
- Planta de los pies (fascia plantar)
- Fosa poplítea
- Lumbares (fascia toracolumbar)
- Serrato anterior
- Cuello y cervicales
- Ojos (fascia de Ténon)
Esos puntos pueden ser trabajados con autoliberación miofascial, masajes, vibración, percusión o movimientos orientados.
2. Activación de los retináculos de las muñecas y tobillos. Esas zonas son muy ricas en propioceptores y nos ayudan a guiar el movimiento. Movimientos orientados y masajes son ideales para esas zonas.
3. Centrado articular: mantener las articulaciones desbloqueadas y libres nos permitirá sostener mejor las posturas de equilibrio dinámico. Aquí viene bien trabajar con ejercicios propioceptivos que aporten información sensorial de la posición de nuestro cuerpo en el espacio.
4. Pulsación elástica dinámica: todo el cuerpo pulsa continuamente y la respiración nos ayudará a mantener el ritmo constante, invitando al cuerpo a buscar límites de manera segura.
5. La activación y organización del cuerpo debe partir de las extremidades hacia el centro para trabajar el tono uniforme y el core miofascial. En este paso es importante activar el bracing abdominal, que aporta estabilidad en la zona abdominal y es una forma más orgánica y funcional de proteger la columna, dado que trabaja a nivel global activando desde la musculatura interna hacia la externa, trabajando la parte anterior, costados y parte posterior a la vez, generando una tonificación uniforme en toda esa zona. Importante: Evitar llevar tensión en el abdomen, por tanto, no llevar el ombligo hacia la espalda (hollowing).
6. Buscar integridad funcional trabajando la globalidad del cuerpo, o sea, todas las partes cooperan entre sí para distribuir mejor la fuerza. Estas fuerzas trabajan en nuestro cuerpo de manera polarizada de la cabeza hacia abajo, de los pies hacia arriba y de la pelvis hacia los lados… generando sinergia de fuerzas complementarias. De esta manera, el centro estará fuerte y se notará la sensación de seguridad.
Pueden parecer muchos pasos complicados, pero cuando practicas con estos principios comprendes mucho más sobre ti misma/o, sobre la esencia de tu cuerpo y a largo plazo tendrás un cuerpo mucho más saludable y funcional, ¡incluso para hacer las posturas de equilibrio!
Posturas básicas
Si sigues esos consejos mencionados anteriormente y utilizas una práctica más orgánica, podrás trabajar varias posturas estáticas de yoga de forma dinámica:
- Postura del árbol o Vrksasana
- Postura del Guerrero III o Virabhadrasana III
- Postura del águila o Garudasana
- Postura del Bailarín o Natarajasana
- Postura de la silla o Eka Pada Utkatasana
- Postura apertura lateral o Utthita Hasta Padangustasana
Ahora te invito a sentir el poder transformador de las posturas de equilibrio dinámico.
Si quieres aprender más sobre este tema o como dar un enfoque miofascial en tu práctica a través del conocimiento y credibilidad científica y poder explorar nuevas habilidades, no dudes en seguir aprendiendo y explorando este nuevo cambio de paradigma con el Curso de especialización en Fascia, Yoga & movimiento o en las clases regulares con Keilla Dias – Escuela de Yoga y Movimiento.
Keilla Dias es profesora de yoga desde 2010, autora de herramientas pedayóguicas y desde 2014 viene especializándose en el Sistema Fascial con más de 400hrs certificadas. Ha desarrollado su propia metodología holística interdisciplinar llamada Fascintegrity que trabaja con la perspectiva de la fisiología y anatomía fascial aplicada al movimiento y al alineamiento postural. Actualmente imparte cursos a profesionales y clases a alumn@s que quieran practicar y desarrollar habilidades para auto gestionarse en el cuidado de su cuerpo de manera integrada: cuerpo-mente-emociones.
www.keilladias.com / keilla@keilladias.com / Whatsapp: 608-488621 / @keilladias_bienestarintegral / @fascintegrity