El Yoga humano, la cohesión de todas las dimensiones de tu ser (y II)

2024-04-18

El Yoga humano, conocer las dimensiones del ser humano y cómo utilizarlas, debería ser prioritario en la educación de ser humano, porque solo así entendemos nuestra vida y nuestro ser, nuestro objetivo en la vida –libre de condicionamientos– y cómo alcanzarlo, y tomamos las riendas para vivir y ser como queremos, y caminar, aprendiendo y disfrutando de verdad. Escribe David Rodrigo.

 

Ver parte I del artículo AQUÍ

      • Buddhi, el intelecto:

La inteligencia, el discernimiento, la capacidad de evaluar y decidir, la determinación, la decisión, la fuerza de voluntad. Es quien toma decisiones –certeras o equivocadas– y guía tu persona: tu entendimiento, valoración; decide actuar de una determinada manera, y, como consecuencia de ello, tienes tus experiencias resultantes.

Tu intelecto no trabajado juzga desde tu ego (tu idea equivocada de yo y lo mío) y del contenido de tus impresiones mentales (experiencias, ideas, miedos, deseos, etc.) y se equivoca a menudo y, aún acertando, es limitado y, por tanto, equivocado y así alimenta indefinidamente la confusión y su efecto, el dolor, para uno mismo y para los demás, con nuestras acciones egoístas.

Pero si conectas con la parte más elevada de tu intelecto a través de la respiración, la calma, la comprensión y la meditación, descubres en ti la parte pura de tu intelecto, tu intuición o conocimiento directo, tu voz interior siempre presente pero descuidada e ignorada bajo toneladas de confusión, apego y agitación. La naturaleza de la parte más elevada de tu órgano interno o mente es claridad, paz, determinación y fortaleza interior, más allá de las motivaciones del ego y de tus impresiones mentales.

La esencia de tu razón, seas quien seas, es sáttvica: luz, paz, felicidad. Si aprendes a conectar con ella en meditación, interiorización profunda, con paz y luz, tendrás acceso a tu consejero interior, tu intuición directa y clara, que no se equivoca.

Aquí ya no hay egos, confusión, dolor ni mal.

Y cuando conectes con tu intelecto puro, escúchale y síguele con el resto de tu persona (mente-corazón, habla, acción): diciendo y haciendo lo que sientes y piensas, desde la parte más elevada de tu órgano interno.

Y así dejarás de estar roto y vivirás en coherencia y unificación. Y volviendo a tu intelecto puro con tu práctica, motivación y disciplina, alimentas tu poder interior, tu luz y tu amor. Y así podrás hacer con tu vida lo que quieras. Podrás vivir en verdad, amor y felicidad.

La naturaleza del resto de la manifestación –por debajo del intelecto puro– es una combinación cambiante de los tres atributos ‘gunas’ de la Naturaleza: sattva (luz, paz, felicidad), rajas (ansia, dolor, acción) y tamas (oscuridad, inercia, estancamiento). Por eso la vida es así, una combinación de placer y dolor, luz y oscuridad, calma y ansiedad, en constante cambio.

Karma es acción y resultado. La ley del karma significa que quien lleva a cabo una acción (tu cuerpo sutil, con tu idea de yo y lo mío y, por tanto, con acciones, medios y experiencias) experimenta sus resultados, inmediatamente, en esta misma vida o en otra.

Una acción buena, virtuosa, es aquella que te da paz, felicidad, luz. Una acción mala, un pecado, es aquella que te da ansiedad, dolor, oscuridad. Una acción mixta (parcialmente buena y mala) te da estos resultados mixtos.

Toda percepción, acción –de cuerpo, habla y mente-corazón– y experiencia deja una impronta en tu mente consciente y/o subconsciente.

Si tú eres quien actúas, tú eres también quien experimenta el resultado de tu acción; causa-efecto; agente de la acción y del resultado, tu experiencia de placer o dolor, de luz u oscuridad. Tenlo bien presente y decide bien tus acciones (con el cuerpo, el habla y la mente-corazón), no reacciones siguiendo hábitos de oscuridad y dolor, para ti y para los demás, y te excuses o resignes porque «yo soy así «. Tú no eres así, sino que tú vives así y decides seguir viviendo así, no haces nada para mejorar.

    • Mente subconsciente
      • Parte activa
      • Parte latente

Todas las impresiones mentales por nuestras percepciones, ideas, sentimientos, acciones, experiencias, se almacenan en nuestra mente subconsciente. Una parte de ellas está activa y condiciona nuestra menta consciente, la que utilizamos para entender la vida, a nosotros mismos y vivir, más acertada o equivocadamente.

Cuando decimos «yo soy así» estamos confundiendo nuestros hábitos de pensamiento, sentimiento y acción, que se basan en nuestras impresiones mentales presentes en nuestra mente consciente y subconsciente, con nuestro ser. Los hábitos de pensamiento, sentimiento y comportamiento generan nuevas impresiones mentales. No es que «seas así» y no tengas remedio, sino que sigues reproduciendo y alimentando tus mismos hábitos en una rueda que solo puede romperse si decides cambiar de hábitos de pensamiento-emoción-comportamiento.

Y vas a decidir cambiar de hábitos con comprensión y claridad: «Esta forma de pensar-sentir-reaccionar no soy yo. Son mis hábitos. Y yo puedo cambiarlos. Analizo mis hábitos y veo claramente los que son malos, porque me hacen daño, me limitan, y reproduzco ese dolor y oscuridad en mis relaciones, en mi vida. Voy a cambiar esos hábitos por estos otros, que me dan luz, salud, paz, conexión conmigo mismo, con los demás y con la vida, felicidad, fortaleza interior».

Y vas a hacer el esfuerzo para realmente cambiarlos, que no es sencillo, con tu motivación clara, disciplina férrea y tu práctica correcta. Y al hacer tu práctica de autotransformación con disciplina, vas a lograr más claridad, autoconfianza y fortaleza interior para seguir tu camino, crear tu vida, vivir de verdad, no como zombies programados por dentro y por fuera.

¿Sabes esas paredes que separan dos WC pero que dejan un hueco entre la pared y el techo? Así es la parte más elevada de tu intelecto, seas quien seas, santo o cruel, inteligente o necio. Tu intelecto ve ambas partes: el resto de tu persona (ego, mente, cuerpo) y el Ser, pura Consciencia, Existencia, Felicidad, de donde el intelecto recibe su luz y su paz para guiarte, y adonde finalmente, en algún momento, se entrega para saber, ser, gozar.

Entendiendo de este modo todas las dimensiones de tu ser y sus funciones y con tu práctica correcta y tu disciplina férrea, te escucharás con claridad y hallarás en ti las respuestas de la vida: ¿Quién soy? ¿Cómo debo vivir? ¿Cuál es el sentido de la vida? Y serás maestro de tu cuerpo-mente para ser y vivir siendo.

Y cuando decaiga tu disciplina y abandones tu práctica, háblate con cariño y claridad, y retómalas con pasión renovada. Te va la vida en ello. Tienes todo el tempo del mundo, pero ahora puedes y a saber cuándo volverás a una situación como esta.

 

David Rodrigo, maestro tradicional de Advaita Vedanta y Meditación; Sabiduría Universal antigua adaptada a nuestro tiempo y sociedad.
Estudió y practicó tradicionalmente en Rishikesh, India (2008-14), donde empezó a transmitir. Cofundador en España de la Escuela de la Vida Plena, que ofrece 
Radical Glory, un itinerario definitivo de Conocimiento completo de tu Yo Real y de la Vida. Para todo aquel que quiere mejorar como persona y vivir con sentido y plenitud: Sabiduría / Meditación / Coaching

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