Esencia del Vedanta, por Swami Sivananda (IV)

2024-03-14

Continuamos publicando las reflexiones y enseñanzas de Swami Sivananda contenidas en su libro Esencia del Vedanta, recientemente publicada una cuidada edición por Librería Argentina con ocasión del 50 Aniversario de la fundación del Centro Sivananda Vedanta en España.

Krishnananda and Sivananda 1945

Krishnananda y Sivananda, 1945

Conexión de enlace

Si niegas la existencia de cualquier elemento espiritual en el objeto percibido, deberías admitir que nuestra conciencia es, también, de naturaleza física. Eso significa que tu ser físico entra en contacto con el objeto físico. No estas físicamente en contacto con quien ves en absoluto, y sin embargo eres consciente de su presencia. Se trata de una relación de carácter no físico que aun así te permite estar al tanto de la existencia del otro. Debe aceptarse que hay una relación no física en el conocimiento. Esta relación no física es psicológica, empírica, pero, finalmente espiritual.

Incluso desde el punto de vista empírico, tenemos que definir la palabra “psicológico” ¿Qué se entiende por “relación psicológica”? Podríamos decir “relación mental” ¿Y cuál es la naturaleza de la mente? ¿Es física? Si es física debe ser inerte, y no podría ser entonces consciente de la existencia del mundo exterior. La mente debe estar dotada de una naturaleza inteligente.

Aquí solo nos ocupamos de la naturaleza inteligente de la persona, ya que toda percepción se refiere a un inteligencia. Esta inteligencia es responsable de la percepción del mundo exterior. La naturaleza inteligente también deber estar presente en el objeto; de lo contrario, nuestra naturaleza inteligente no podría estar en contacto con ella y podríamos no ser consciente de la existencia del mundo exterior.

Ahora surgiría la pregunta: dando por hecho que también hay un elemento espiritual o inteligente en el objeto exterior, ¿dónde está la necesidad de plantear una relación entre el que ve y lo que se ve? La necesidad se siente cuando tomamos conciencia del hecho de que la percepción es imposible sin una relación, y si la percepción es un hecho, la relación es un hecho, y si la relación es un hecho, debe ser inteligente, espiritual.

Cuando vemos objetos en el mundo entendemos que parece haber una relación espiritual entre el experimentador y lo experimentado. Pero ¿cómo es esta relación? ¿Pertenece solo a unos pocos o a todos, o no pertenece a nadie? Ahora, si no pertenece a nadie, debe estar colgando, por así decirlo, vagamente en el espacio. Y si está colgando libremente, no estará en contacto ni con uno ni con otro. Entonces, se debe traer una tercera relación para conectar esa relación con uno mismo, el sujeto. Significa, entonces, que la relación espiritual entre uno y otro no está desconectada de uno o del otro, sino que es homogénea con ambos. Está en uno mismo, está en el otro, y está entre ambos. De lo contrario no habría conciencia objetiva.

Esta explicación de la naturaleza de la percepción da una clave para la comprensión de la naturaleza del mundo entero en sí, porque el mundo está formado por experimentadores y objetos que son experimentados, y nada más que estos dos, y si la relación entre estos dos es de carácter espiritual, entonces hay una relación espiritual que subsiste en todas partes del mundo. En otras palabras, hay un Espíritu presente en todas las partes del mundo. Sin eso, la experiencia es imposible. Este análisis se realiza en el estado de vigilia. Hay una conciencia espiritual presente en todos y no se limita a los órganos de los sentidos, porque los órganos de los sentidos están allí incluso en ese estado de sueño, cuando no funcionan, y uno es consciente de la propia existencia incluso entonces.

PRINCIPIO INDEPENDIENTE

Esto significa decir que la conciencia que es quien percibe y quien experimenta es un principio independiente, diferente de estos órganos carnosos que se ven afuera. Hay lo que se llama “mirada en blanco”. Los ojos estarán abiertos, pero uno no verá nada. En Shambhavi Mudra es posible retirar la conciencia de los objetos externos y, a la vez, mantener los ojos abiertos. Aquí nos encontramos con que la conciencia está separada de los ojos. La experiencia difiere de los órganos por medio de los cuales se percibe y experimenta los objetos externos.

Ahora bien, esta explicación también es válida en el estado de sueño, porque en lo que respecta a la estructura de la experiencia, no hay diferencia entre la vigilia y el sueño, aunque hay diferencia en la calidad de esta, porque una tiene una conciencia clara y purificada, en el estado de vigilia, y hay una conciencia opaca y nebulosa en el estado de sueño. Aparte de este hecho, la estructura es la misma. Hay espacio, tiempo y objetos en el sueño. Existe la diferencia entre el que ve y lo visto. Cada cosa bendita que uno experimenta en el estado de vigilia se experimenta también en el sueño.

De modo que la pregunta de la relación entre el que ve y lo visto que ha sido contestada en relación con el estado de vigilia es también aplicable al sueño. Existe una entidad espiritual, si es que puede llamársela entidad, que existe en todas partes del universo, en todos los objetos, en el que ve y en lo visto, tanto en el estado de vigilia como en el del sueño. ¿Cuántos estados experimenta uno diariamente? Podríamos decir que todo el mundo está despierto, soñando o durmiendo ¿en qué otro estado puede estar uno? El desmayo o la insensibilidad no son un estado especial de conciencia. Se dice que son un estado a medio camino entre el despertar y la muerte. Si uno entiende la naturaleza de los tres estados de experiencia, uno habrá respondido a una gran pregunta sobre la vida misma.

CONTINUIDAD DE LA EXISTENCIA

¿Qué es la vida? Esta pregunta puede responderse contestando a la pregunta relacionada con los tres estados de conciencia. Cuando uno entiende la naturaleza de los tres estados, uno habría entendido todas las formas de experiencia. La vida despierta manifiesta el Espíritu Eterno en sus fases. Lo mismo ocurre con el sueño que es similar en forma a la experiencia de vigilia. Ahora, ¿qué pasa en el estado de dormir? Cuando dormimos uno no tiene conciencia en absoluto. No hay ni vidente ni objetos vistos. Es una oscuridad en blanco, estática, inerte, nada más que esto. Pero uno existe en el sueño profundo. Uno lo sabe porque uno se despierta a la mañana siguiente y se da cuenta de su experiencia previa. Somos conscientes de la supervivencia de la misma individualidad. Cuando uno se levanta y dice: “Ayer dormí, hoy me doy cuenta de ello”, significa que no me olvido de la continuidad de mi personalidad.

Significa, por lo tanto, que existí en el estado de sueño profundo. Una pregunta más queda por responder: el problema de la naturaleza de la experiencia en el sueño profundo. Hemos examinado anteriormente que cuando estamos despiertos, estamos en un mundo espiritual; cuando soñamos estamos otra vez en un mundo espiritual, porque la existencia es imposible sin la existencia de una conexión espiritual cósmica. ¿Este ser espiritual existe durante el sueño profundo? No sabemos. No tenemos conciencia en absoluto, en ese momento. Pero cuando nos despertamos del sueño, ¿recordamos dormir?: Sí. Ahora ¿qué es el recuerdo?. El recuerdo siempre sigue a una experiencia. Tenemos memoria de lo que hemos previamente experimentado. Si no hubiera ninguna experiencia en absoluto, no habría memoria.

La memoria siempre debe ser precedida por la experiencia, y no hay experiencia a menos que se logre con la conciencia. Uno no tiene experiencia “inconsciente”. Si hay experiencia, debe haber conciencia asistiéndola. Si no hubo experiencia; no habría memoria. Por lo tanto, debe haber experiencia incluso cuando se duerme. Pero ¿cuál es el motivo de la incapacidad de uno para experimentar la propia conciencia durante el sueño? Esta incapacidad para experimentar la existencia de la conciencia de uno mientras se duerme es un factor que solo puede conocerse y eliminarse mediante la práctica del Yoga.

Este es el principio fundamental, la enseñanza de todos los Yoga, la eliminación del principio obstructivo, algo que cubre la conciencia que no permite que uno tenga ninguna experiencia en absoluto. El elemento obstructivo se llama Avarana, falta de conocimiento, ignorancia y la presencia de esta ignorancia es lo que hace que uno sea incapaz de cualquier tipo de experiencia en el sueño profundo. Pero es seguro que debería haber habido una conciencia; solo a causa de la presencia de este Avarana, uno no tiene la oportunidad de verificarlo mientras duerme. La presencia del elemento espiritual en los tres estados se convierte, sin embargo, en un hecho establecido.

INSTRUMENTO DE PERCEPCIÓN

La ignorancia se da en el estado de sueño profundo. En el estado de sueño no existe claridad de la conciencia. Por lo tanto, uno puede entender por qué uno no está consciente de Sí mismo en esos estados, pero ¿por qué se está también ignorante de uno mismo en el estado de vigilia? Se podría concluir lógicamente que habría una entidad espiritual en todas partes del mundo, pero este conocimiento lógico no es suficiente. Aunque este análisis haya llevado a esta conclusión, uno no tiene ningún conocimiento directo de ello.

¿Por qué es esto así entonces? La razón es esta: percibimos este mundo a través de la mente y los sentidos. La mente y los sentidos son los instrumentos de nuestro conocimiento. Sin estos instrumentos no podemos experimentar nada en este mundo. Y cada instrumento tiene una composición, una estructura, una forma. La mente también tiene una forma. Los sentidos también se componen de ciertas formas. Todo tiene una manera de funcionar. Hay un pequeño ejemplo para ilustrar el condicionamiento del conocimiento.

Si mantenemos una lente delante del ojo, convexa o cóncava, pero no de vidrio simple, cuando miremos los objetos a través de las lentes, veremos una distorsión de estos. No veremos el objeto propiamente porque la lente juega un papel en su percepción. La constitución de la lente es responsable de la percepción distorsionada de una forma al otro lado. Si usamos un cristal plano sí que veremos el objeto tal como es. Así, hay algún tipo de construcción especial del instrumento a través del cual vemos; la naturaleza del objeto se verá muy influenciada por la constitución del instrumento.

La constitución de la mente y de los sentidos influye mucho en la naturaleza del objeto que experimentamos fuera. Uno puede conocer a otro como ser existente solo en la medida en que esa existencia es un contenido de la conciencia mental de uno. En la medida en que la mente le permite a uno tener conciencia, uno puede conocer a otro. No podrá conocer más allá de eso. La mente tiene una constitución, una composición especial. ¿Qué es esa constitución? Puede conocer cosas solo en el espacio y el tiempo, y relacionar un objeto con otro en una serie causal. Vemos que una cosa es causada por otra cosa. Esto se debe a las categorías de espacio, tiempo y causalidad. Estas tres son las características del marco de trabajo de nuestra percepción mental.

CORRECCIÓN DE ERROR EN LA PERCEPCIÓN

No podemos saber nada sin suponer que los objetos existen en el espacio y en el tiempo. Cerremos los ojos y pensemos en un objeto. Está en el espacio. Está en el tiempo. Es uno entre los muchos objetos. Está fuera de nosotros. Estas ideas vienen incluso si cerramos todos los sentidos. Esta es la causa de la percepción finita del hombre. La mente es obligada a experimentar las cosas solo de una manera particular. Esta particular constitución especializada de la mente y los sentidos está limitando nuestra percepción. Tenemos que pulir las lentes de esta mente y dejarla limpia, como un cristal plano, para que pueda haber una percepción correcta del objeto externo.

¿Por qué debería uno experimentar los objetos en el tiempo y el espacio? Si existe una relación espiritual entre el sujeto y el objeto, ¿por qué nadie puede verlo? Por la intervención del espacio y del tiempo. El tiempo y el espacio son factores importantes para crear un abismo entre uno y otro. Así, hay un error en la percepción. Una inteligencia y una conciencia más internas nos dice que existe un principio unitario que penetra en el mundo sin el cual la percepción es imposible, pero nuestra percepción sensorial no lo admite. Hay una división para los sentidos. Esa división es causada por una peculiar constitución de la mente.

Es por el proceso del Yoga que uno tiene que trascender estas limitaciones impuestas sobre uno por el espacio y el tiempo, y por las formas de la mente misma. La incapacidad de la mente para percibir las cosas tal como son es causada por la intervención del espacio y el tiempo en la percepción. El Yoga da la técnica para pulir la mente, hacerla muy limpia y permitir en ella un reflejo claro, una imagen de las cosas tal como son, objetos en su verdadera esencia. La percepción real de los objetos reales se puede tener, por lo tanto, solo cuando el instrumento se perfecciona. El instrumento es la mente, que funciona con la ayuda de los sentidos. El Yoga, por lo tanto, es una técnica para entrenar esta mente, pulir este instrumento hacia la perfección.

Patanjali, el autor de Raja Yoga, en su Segundo Sutra dice, Yogas-chittavritti-nirodhah. El Yoga es el proceso de la inhibición de las funciones del material mental, es decir, cocinar la materia prima de los órganos psicológicos. La mente, el intelecto, el principio del egoísmo, la mente subconsciente, todos éstos están incluidos en lo que se llama la sustancia mental. Y esto debe ser purificado. Esta purificación de la sustancia mental es la primera y última cosa que debe hacerse en la práctica del Yoga. Esta purificación es realmente el cese de la mente como la mente; su destrucción.

En el estado de Suddha Sattva, que es la pureza en sí misma, la mente se vuelve absolutamente transparente, y entonces hay una percepción clara de las cosas. Ahora tenemos una percepción ictérica de las cosas. No vemos las cosas en su verdadero estado. No vemos las cosas de su verdadero color. El verdadero color de las cosas, su verdad, es espiritual. Pero ahora vemos su existencia dislocada. Cuando la sustancia mental se purifique, existirá la percepción de la unidad, y entonces no será necesaria la ayuda de un instrumento limitado de percepción. Entonces, la diferencia entre el que ve y lo visto no obstaculizará el conocimiento. La división es causada por la intervención del espacio y el tiempo. Cuando se elimine el defecto, la relación espacio-temporal no existirá en absoluto. Entonces habrá una comunicación inmediata del objeto y la esencia espiritual