Muchas veces sabemos de los festivales de yoga que se están organizando, pero menos de los que en ellos sucede. Por eso queremos contarte lo que pasó en el que se celebró en Ávila los días 10 a 11 de noviembre de este año, y del que esta revista se hizo eco. Merece la pena enterarnos. Escribe Devta Singh Khalsa.
Un Festival de Yoga y Meditación, que ha sido todo un éxito y un regalo. Y queremos compartir la alegría y profundidad de reunirnos y aprender juntos, siendo uno, y diversos.
Ha sido una iniciativa de algunas de las escuelas tradicionales de yoga establecidas en España, y que nos ha permitido traer a un conjunto de ponentes de buen nivel, y reconocimiento. Y sobre todo muy humanos.
¿Quiénes nos reunimos inicialmente?
- Yug Yoga y RedGFU
- Bhakti Vedanta Hare Krishna
- Sivananda Yoga Vedanta
- Yoga Kundalini
- Escuela Mahashakti de Yoga Integral
- Escuela Padmashala de Vedanta de Córdoba
- Naad Yoga
Y conseguimos reunir a los siguientes ponentes:
- Jose Planes Martínez (Yug yoga y COIPYYY)
- Guru Nello Tonetto (RedGFU)
- Swami Yadunandana (Hare Krishna)
- Mahajan Das (Hare Krishna)
- Nataraj (Escuela Vedanta Padmashala de Córdoba)
- Manjeet Kaur Khalsa (Naad Yoga y evento lúdico artístico)
- Alejandro Torrealba (Meditación Budista)
- Gopala (Sivananda Yoga Vedanta)
- Jose María Vigar (discípulo de BKS Iyengar)
- Devta Singh Khalsa (Yoga Kundalini)
- Radha Chand Kaur (Gong en evento lúdico artístico)
- Y Flory Feced (RedGFU) haciendo de maestra de ceremonias.
Han sido nueve meses de un largo proceso de preparación, desde lo más sutil como el enfoque, a los detalles más específicos la de alimentación de esos días o el tortuoso proceso de poner en marcha la página web y el sistema de reservas. Empezó a tomar forma con los carteles que hizo Manjeet y que comenzaron a distribuirse.
Fue tomando cuerpo, y las personas mostraron su interés, comenzaron a llegar las primeras inscripciones, y también los nervios ¿seremos suficientes? Pero finalmente llegó el evento: comenzó.
Recibir a las personas, con una sonrisa enorme, cada uno con sus expectativas y su deseo de aprender y compartir.
Una presentación general del evento y ponentes y para saber quiénes eran los participantes y de dónde venían.
Ya se veía la alegría de todos por poder compartir. Especialmente la de los asistentes de Ávila que veían como en su tierra, lugar de santos y en especial de Santa Teresa de Jesús, se reunían tantas personas, ahí en su casa, en la Universidad de la Mística, para meditar y crecer.
Escuelas diferentes.
Caminos diferentes,
destinos compartidos.
El primer paso cumplido, cena y a descansar.
El sábado fue una explosión de diversidad. Cuatro talleres simultáneos en cuatro espacios adecuados y suficientes, algunos ellos muy hermosos, y originales como la sala de meditación, circular.
Los ponentes empezaron a desplegar su experiencia y bajo la atención y participación de los asistentes, comenzó la magia. Es lo que tiene el yoga, en cada aspecto de nuestro ser, nos aporta unidad, coherencia y profundidad. Y combinándolo con las otras visiones, vamos completando nuestro puzle y mapa mental del mundo y de quienes somos.
Poco a poco fuimos completándonos, aprendiendo de unos y de otros, disfrutando en las pausas, las comidas con desconocidos, que se volvieron entrañables y acabaron siendo amigos y contactos valiosos.
A todos se nos abrió el horizonte mental, al tiempo que el arcoíris en nuestro corazón nos mostró la delicadeza de las distintas formas, que en toda su fuerza se desplegaron en los distintos talleres que se celebraron.
Y, sí, se celebraron porque realmente fueron disfrutados por unos y por otros.
Compartidos, enseñados, disfrutados.
Nunca se aprende mejor que cuando se disfruta.
Nunca se enseña mejor que ante la entrega y la curiosidad.
A veces a través de la experiencia propia, sentida en la musculatura y la estructura de nuestro cuerpo, otras veces a través de la meditación profunda. En ocasiones a través del humor y las más profundas a través de la devoción y la alegría.
Linajes ancestrales, técnicas antiguas, como la humanidad misma, desgranadas sin abuso de las palabras y con abundancia en la experiencia.
Pudimos tener unas pinceladas del arte, de cada uno de esos pintores de corazones, que se echaron encima, a un grupo maravilloso de amigos que no lo sabían. Aparecieron relaciones, grupos y se plantaron semillas para seguir el crecimiento.
Todos disfrutamos muchísimo de la compañía y del trabajo y generosidad de los demás, y finalmente fue un evento de crecimiento total, espiritual, mental y emocional –y muy sanador– y físico. Así que con nuestros músculos con algunas agujetas, y con ideas nuevas en nuestras mentes, comenzamos la tarea de compartir lo que sentimos y aprendimos, para poder cambiar nuestros entornos y nuestro mundo.
El lema del festival decía así: Traer el Cielo a la Tierra. Experimenta el Yoga en medio de la vida.
Y así fue. Una explosión de vida, un mar de yoga, en el que afortunadamente el Cielo se Manifestó para nosotros en la Tierra de la Santa, Teresa de Jesús, en Ávila.
Solo recordar el magnífico trabajo de las personas que nos hospedaron y sostuvieron esos días, gracias a todos.
Gracias a las escuelas que lo hicieron posible y a los ponentes que lo hicieron realidad.
Vivamos así, conquistemos nuestra postura y nuestra actitud, para obtener nuestra mente y el contacto con nuestro infinito.
Que el yoga te regale el cielo, para que puedas disfrutarlo en la tierra, aquí en la Tierra.
Compartimos la galería de fotos, que seguro disfrutareis:
https://photos.app.goo.gl/hm2hgWootCCqjKJw8
Y os esperamos en la próxima edición en 2024. Un gran abrazo a todos.
Devta Singh Khalsa y el equipo organizador,