Hay un popular cuento taoísta donde se narra cómo un cortesano criticó a Hui, consejero del emperador, por utilizar excesivas comparaciones en forma de metáforas, parábolas e imágenes para ilustrar sus reflexiones. Así que el soberano le pidió al anciano que hiciera un esfuerzo en sus disertaciones para expresase sin tantos rodeos. Escribe Pedro López Pereda.
—Majestad, permitidme que os haga una pregunta —manifestó Hui—. Si tengo que explicar a alguien cómo es una ballesta, ya que en su vida nunca las ha visto ni ha oído hablar de ellas, y le explico lacónicamente que su forma se asemeja a la de una ballesta, ¿comprenderá algo?
—Ciertamente no —contestó el soberano.
—Pero si le digo que una ballesta se asemeja a un arco pequeño, en cuyo centro tiene una guía con cuerdas de bambú que tensan las pequeñas flechas para que sea más precisa… ¿comprenderá ahora mejor mi interlocutor de qué se trata?
—¡Evidentemente! —exclamó el emperador.
—Del mismo modo —continuó Hui—, si quiero que mi interlocutor entienda mi enseñanza, debo recurrir a imágenes, metáforas o ejemplos que él conozca y que le hagan accesibles y comprensibles las ideas o conceptos sutiles que no tienen una correlación tangible.
Hay conceptos que son difíciles de entender y complicados de explicar de forma literal, como el que hoy planteamos. Por este motivo, aprendiendo del sabio Hui, vamos a utilizar un ejemplo que nos ayude a explicar qué son las herramientas del yoga, el conocimiento supremo y el samadhi. Y lo vamos a hacer comparando estos tres procesos con los que necesitaría un aprendiz de escultor para llegar a crear una obra de arte.
Esculpir requiere dominar todas las etapas de la creación de una obra. Estas etapas varían considerablemente en función del tipo de material utilizado, así que nos vamos a centrar solamente en la madera.
Primera etapa
En la primera etapa el alumno necesitará conocer y utilizar correctamente todas las herramientas que se necesitan para tallar la madera. La talla es la técnica que consiste en quitar material a un tronco para darle una forma determinada, y para conseguirlo necesitamos diversas herramientas como las gubias, formones, limas, sierras, mazos…
→Las herramientas del yoga
Los yoguis partimos, como los escultores, de un bloque físico (los cinco koshas, especialmente el cuerpo y la mente) que envuelve nuestro Ser y con el que vamos a trabajar durante toda nuestra vida. Nuestro trabajo consiste en modelar ese bloque para convertir esa “tosca madera” en una obra sutil llena belleza, quitando lastre a la mente y creando contenido en el cuerpo y los chakras. Para conseguirlo tenemos que llegar a dominar nuestras herramientas y utilizarlas de forma precisa. Las principales herramientas del yoga son la práctica de la meditación, el pranayama, ásanas, mudras, nyasas …
Segunda etapa
Cuando el aprendiz de escultor domina el uso de las herramientas, comenzará con el aprendizaje que le va a permitir pasar de ser un buen artesano a convertirse en un verdadero artista. Para lograrlo tendrá que estudiar la historia de la escultura, los movimientos artísticos, su evolución y los principios de la estética. Porque, aunque el escultor prefiera un estilo concreto de escultura, no debe obviar a los artistas y escultores que han dejado huella en el mundo del arte, comenzando por la Antigua Grecia hasta llegar a las vanguardias artísticas.
Una vez que lo consiga, podrá crear una obra única, nueva (en esta etapa ya no sirven las copias), bella y armoniosa que aporte a la historia de la escultura un nuevo escalón en su elevado repertorio.
→El conocimiento supremo del yoga
De la misma forma que el futuro escultor, los yoguis tenemos que buscar el conocimiento supremo del yoga.
El Bhagavad Gita refleja claramente esta cuestión en el capítulo siete, cuando Krishna le dice a Arjuna: “Los ignorantes, lo más bajo entre los hombres, no buscan refugio en Mí; porque carentes de discernimiento, ellos están privados de conocimiento y siguen el camino del mal”.
Posteriormente, en el capítulo catorce, le habla de la sabiduría suprema que transciende todo conocimiento y mediante la cual los sabios alcanzan la Perfección:
“Ahora te explicaré otra vez el más alto y mejor de todos los conocimientos, sabiendo lo cual todos los Sabios alcanzaron la más alta perfección.
Entregándose a este conocimiento (cómo transcender las gunas), ellos llegaron a unirse a Mí y no necesitan volver a nacer (…)
Si el Ser encarnado llega a su fin cuando prevalece Sattva (lo sáttvico se manifiesta como pureza, inteligencia, conocimiento y armonía), entonces va a los mundos de los conocedores de lo Supremo”.
Tercera etapa
Si el objetivo de nuestro aprendiz de escultor es convertirse en un artista profesional y vivir plenamente la escultura, aunque haya invertido mucho tiempo y esfuerzo en su formación, durante los primeros años ha de perseverar en la práctica creativa. Así que cuando acabe su Grado Oficial de Bellas Artes tendrá que comenzar su nuevo camino, creará su taller y empezará una vida diferente, donde la práctica y el desarrollo de su sensibilidad, su percepción y su inteligencia creativa serán para él lo más importante y a lo que dedicará su tiempo y esfuerzo.
En la escultura, como en cualquier campo del arte, lo importante es crear un estilo propio y la mejor manera de conseguirlo es con el trabajo diario, la constancia y la observación de nuestro entorno.
→El samadhi: La obra del yoga
El proceso del yogui es muy parecido al del aprendiz de escultor, pues tendrá que alcanzar su propio estilo o camino que le lleve a concluir la experiencia por la que ha venido a este plano.
Para lograrlo tendrá que trascender las gunas, desarrollando de forma coherente y armoniosa su energía, su sensibilidad y su inteligencia intrapersonal. Esta trascendencia es el complejo y maravilloso proceso por el que convertimos en Luz lo que viene de la Luz (las gunas).
El yogui ha de considerar esta transformación en su vida como lo más importante y a lo que dedicará más tiempo y esfuerzo.
El término Samadhi procede del sánscrito y está formado por las palabras sam, que se puede traducir por “junto con”, “completamente”; a, que significa “cerca de” y dha, que sería “colocar”. Una traducción lógica sería: colocar completamente cerca. Por tanto, podemos considerar Samadhi como una experiencia que nos lleva a alcanzar la última condición, la interiorización profunda. Es el proceso de colocar o asentar nuestra obra de vida y los frutos conseguidos en el lugar donde se ubica el Ser, es decir, en Sahasrara.
La base del crecimiento espiritual es ascender nuestro desarrollo interior hasta lo más elevado, al plano trascendente de Sahasrara. Una vez que lo consigamos, podremos tener una obra única, bella y armoniosa que aporte al plano espiritual un nuevo “peldaño” en su excelso e infinito catálogo.
Pedro López Pereda. Creador del centro Namaskar de yoga y autorrealización en la línea de Antonio Blay. Presidente de la Fundación Yoga y de la Asociación Yoga Meditativo. Miembro de la Asociación Nacional de Profesores de Yoga. Maestro de Reiki.
Ha publicado, entre otros libros: El mandala oculto (2017), El cuenco vacío (2018) y Las leyendas del Yoga. El origen mitológico de la meditación, el pranayama y las posturas de yoga (2021).