¿De qué manera empleamos los seres humanos nuestras facultades intelectivas? La verdad es que no creo ni que nos tomemos la molestia de hacerlo, puesto que estamos demasiado inmersos en la irracionalidad más animalística de las guerras, luchas fraticidas, disputas y caos permanentes, tanto en nuestro propio interior, como su reflejo externo, que es la sociedad. Escribe Mádhana Agulla.
En la foto, Mádhana Agulla en Rishikesh.
Incapaces de encontrar aquí en esta vida la perfección y dicha que buscamos denodadamente, trasladamos nuestro deseo de plenitud y inmortalidad hacia una supuesta existencia eterna, donde disfrutaremos de lo que llamamos Dios, quien aguarda como juez, pendiente de acogernos en su seno o bien de rechazarnos por razones que solo conocen aquellos que se ponen en el lugar de Dios, explicando sus misteriosos designios y legislando en su nombre.
Si somos medianamente observadores, comprobaremos que la palabra «Dios» es el vocablo más usado y, sin duda, el menos comprendido. Se utiliza en todo tipo de razonamientos y argumentos, sin caer en la cuenta de que el Dios del que el ser humano habla está hecho a imagen y semejanza de la proyección de sus deseos, pensamientos, conveniencias, temores y esperanzas, estando así mismo aprisionado en la estrechez de su individualidad y de su ego.
Distintos dignatarios iluminados de diversas iglesias en el mundo creen tener el “privilegio de Dios “, haciéndose pasar por sus representantes, como si tuvieran acceso directo a lo divino –posiblemente sin entender que la divinidad está en todo–, pensando ellos en su cortedad mental que tal Dios está de su lado, regulando así en su nombre conductas, erigiéndose al mismo tiempo en conocedores de una dimensión Superior y Cósmica que a todos se nos escapa aquí y ahí, colocando a su Dios en los límites más absurdos del partidismo humano, sin reparar en el sentido común, de que Omnipresencia impregna toda la creación y todo lo creado –y no meramente una mancha diminuta en el vasto océano espacial que llamamos Tierra– sin que tenga que verse limitado a un sinfín de creencias de ese lugar en el cielo o bien a una iglesia, templo, mezquita o sinagoga.
Dios, tan partidista Él, ignorando el resto de su creación, les concede el privilegio de ser sus elegidos, como un padre caprichoso, y deshereda tanto en esta vida como en el más allá a los que no sean considerados sus súbditos o fieles.
Hacer de un símbolo una barrera
¡Dios mío! ¡Tanta irracionalidad dentro del razonamiento de Dios, para colocarlo de un lado u otro, de acuerdo con nuestro limitado, fanático y sectario entender! Exceptuando posiblemente a los buscadores profundos de la Verdad inmutable, ¿nos damos cuenta de que los seres humanos, lo seres comunes con poco discernimiento, creamos un Dios similar a nuestra forma de pensar? ¿Reparamos acaso que las ideas que poseemos son el producto de las creencias trasladadas a nosotros a base de modelos preconcebidos y de acuerdo con ellos configuramos una fe u otra?
Los musulmanes creen en Alá y su profeta Mahoma; los hindúes en Krishna o Rama; los católicos en el Padre y Jesús. Naturalmente que todas las religiones tienen su filosofía de búsqueda y hablan de la existencia de un solo Dios, aún cuando la forma de referir referirse a Él pueda cambiar. Sin embargo, entre ellas se disputan la Verdad Universal, confundiendo los medios con el fin y creando conflicto, división y enemistad, ya bien sea dentro de sus propias fes o fuera de ellas.
¿Podemos reflexionar, al menos con cierto desapasionamiento, lo que significa la frase “creo en Dios»? ¿No es esto una idea creada admitida por nuestra mente? Cuando visitamos una iglesia y nos arrodillamos a rezar, en realidad estamos adorando o rezando a algo que ha creado el pensamiento, lo cual significa de modo muy sutil que nos estamos adorando a nosotros mismos en la forma de la idea o concepto que tenemos de Dios. Podrá parecer esto una afirmación sacrílega, pero es un hecho evidente. El pensamiento crea el símbolo con todos los atributos de ese símbolo, sea este romántico, o lógico y sensato. Habiendo creado el símbolo, nos aferramos a él, le profesamos amor y nos volvemos intolerantes hacia cualquier otra cosa. Haciéndome eco de las palabras del gran pensador Krishnamurti: “Creamos entonces la barrera de ‘mi creencia’ y ‘mi religión’, en desacuerdo con ‘su creencia’ y ‘su religión’, sin considerar que tanto en un caso como en otro, es la fabricación del pensamiento…».
La experiencia directa es el privilegio
Cuando un grupo de personas comulga con unas ideas o creencias, se configura algo así como ‘nuestra religión’, formándose una conciencia colectiva, con mayor o menor convicción grupal. Empiezan a colocarse etiquetas diversas y resulta que, sin darnos cuenta, Dios viene a ser un cúmulo de ideas, sin llegar nunca a su experiencia directa, trascendiendo la dimensión del pensamiento, tiempo y espacio.
Dios no concede privilegios a unos cuantos, ni nadie puede arrogarse su patrimonio o monopolio, puesto que, de ser así, habría que pedirles responsabilidades aquellos que se consideran sus representantes en la tierra, por todo lo que aquí sucede.
Dios tiene que dejar de ser una idea, un pensamiento, una creencia, una etiqueta, una imposición, para transformarse en una experiencia directa en cualquier ser humano, sin distinción de raza, cultura, sexo o religión.
El privilegio de Dios se hace patente en los que sumergen en su propio interior y descubren su verdadera dimensión infinita. Y si no, que se lo pregunten a quienes lo buscaron, no en el cielo o en los templos, y sí en su propio corazón: San Juan de la Cruz, Santa Teresa, Ramakrishna, Ib Arabi y todos los sabios de todas las tradiciones sin excepción.
Que la rana sepa, que aparte de su pozo limitado, existe el océano del infinito.
Manuel Agulla, Mádhana. Fundador de Centro de Yoga Yogasananda. Uno de los pioneros del yoga en España e introductor del yoga en Galicia, quien dirige Cursos de Formación de Yoga y Filosofía así como simposios, encuentros y seminarios de naturaleza yóguica, científica, filosófica y educativa. Miembro de la Medical and Scientific Network con sede en Inglaterra.
Organizador de ‘Yoga, Meditación, Neurociencia contemplativa, Filosofía de Oriente y Occidente, Medicina Mente-Cuerpo y Salud Integral’. Conferencias, clases de yoga y meditación, del 20 al 22 de octubre 2023 en Vigo. Con especialistas de gran reconocimiento como Mark Singleton, Vicente Merlo, Juan Arnau, Raquel Ferrández Formoso, Javier Ruiz Calderón, Agustín Paniker y Westley Eckhardt.