Uno de los temas que generan inquietud, dudas y ansiedad entre muchos practicantes es la extensión de las rodillas en los asanas. No es algo meramente físico, sino que hay componentes emocionales y mentales que influyen en ello. En este artículo, exploraremos el significado profundo que las rodillas tienen en la práctica de yoga. Escribe Pablo Rego.
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La biodescodificación, la somática, la medicina tradicional china, el ayurveda o la homeopatía, entre otras ciencias que estudian la relación entre el cuerpo y las actitudes emocionales y mentales, sugieren que el dolor o las lesiones en las rodillas a menudo reflejan una dificultad para adaptarnos a situaciones nuevas en la vida.
Este problema puede estar relacionado con una mentalidad arraigada y con el orgullo. El orgullo, en este contexto, se refiere a una estructura mental que reside en la mente y se manifiesta a través del el ego impidiéndonos soltar ciertas ideas y creencias. Esta resistencia mental puede manifestarse como dificultad para flexionar o relajar las rodillas, lo que a su vez puede contribuir a problemas físicos en estas articulaciones o en diferentes partes del cuerpo que se desarmonizan a partir de unas rodillas desarmonizadas.
La importancia de la flexibilidad mental
En la práctica de yoga, a menudo encontramos personas que luchan por estirar sus rodillas en posturas como Paschimottanasana o la Pinza, postura típica en la que desean alcanzar su máxima flexión. Este deseo de estirar las rodillas puede estar influenciado no solo por una búsqueda estética, sino también por una mentalidad exigente. Aquí es donde entra en juego el orgullo. Las personas con convicciones firmes pueden resistirse a la corrección de flexionar las rodillas, lo que puede obstaculizar su progreso en la práctica de yoga.
Es esencial comprender que en la práctica de yoga la flexibilidad mental es tan importante como la flexibilidad física. La resistencia obstinada a flexionar las rodillas puede ser un reflejo de nuestra rigidez mental en la vida cotidiana. Esto puede afectar no solo nuestra práctica de yoga, sino también nuestra capacidad para adaptarnos a nuevas situaciones y desafíos en la vida.
Conviene diferenciar entre trabajar el estiramiento de las rodillas y el abordar una postura entendiendo que las rodillas son solo una parte integrante de la misma. En lugar de forzar la extensión de las rodillas hasta bloquearlas, es preferible enfocarse en relajarlas y permitir que el cuerpo se alargue o estire de manera natural. Esto se traducirá en una práctica de yoga más relajada y profunda, donde las rodillas se beneficiarán de una atención más compasiva.
Las rodillas, en la práctica de yoga, son más que simplemente un punto de flexión física; representan la relación entre nuestra mentalidad, nuestro ego y nuestro cuerpo. Comprender cómo el orgullo y la rigidez mental pueden manifestarse en ese punto del cuerpo nos permite abordar estos problemas de manera más efectiva. Al adoptar una mentalidad más flexible en la práctica de yoga y en la vida cotidiana, podemos liberar nuestras rodillas de la tensión innecesaria y disfrutar de una práctica más profunda y significativa.
Pablo Rego. Profesor de Yoga. Escritor. Terapeuta holístico. Diplomado en Medicina Ayurveda
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