El poder del prana

2023-09-15

En el yoga utilizamos el término prana para designar a la energía o fuerza vital. Las fuentes de prana son muy diversas y hay que atenderlas de manera adecuada, pues de ese modo nos harán vivirnos más plenos en todos los sentidos e incluso facilitarán la práctica de la meditación, que en sí misma es un manantial de prana. Escribe Ramiro Calle.

prana

Foto de shu lei

Esta energía, conocida en el yoga como prana, va de lo más burdo a lo más sutil y rige tanto el cuerpo y sus funciones como la mente y las emociones. El tono vital depende mucho de esta energía, que el yogui, desde muy antaño, aprendió a estimular, canalizar y acumular.

Prana fluye por todo el organismo y alimenta el cuerpo energético además del puramente físico y que es la contraparte del mismo. Aunque el ser humano tiene un buen reservorio de vitalidad, ésta no es inagotable y hay que aprender a no diseminarla o malgastarla inutilmente con tensiones innecesarias, preocupaciones y disgustos, modos perjudiciales de vida, estrés o descuido.

Las principales fuentes de prana son la alimentación, la respiración, el sueño, el descanso, el ejercicio inteligente, la mente sosegada, la relajación consciente y profunda, el ánimo equilibrado y el contacto con la naturaleza. También lo son la práctica del hatha-yoga, el cultivo de las emociones positivas –que son como vitaminas para el alma–, saber relativizar y no reaccionar desmesurada y neuróticamente, la buena y empática relación con las otras criaturas, y una actitud constructiva y cooperante. El cuerpo y la mente son los vehículos para transitar por este planeta, por lo que mientras sea posible merece la pena cuidarlos, pero sin obsesión ni aferramiento. Lo que nos ha sido dado, nos será arrebatado.

La energía de la quietud y la ecuanimidad es una de las más esenciales y enriquecedoras. Ni que decir tiene que la de la compasión y el amor no tienen igual. Desde hace siglos, los yoguis (convertidos a ellos mismos en laboratorio viviente) descubrieron el mapa energético del ser humano. Los órganos sensoriales funcionan gracias a la energía, y gracias a ésta late el corazón y funciona el cerebro, pero en un plano mucho más sutil; también las operaciones mentales y emocionales son gracias a prana. Hay un antiguo adagio yóguico que reza: «Incluso Shiva sin su Shakti (energía) es un cadáver».

Desde hace milenios, el yoga ha procurado herramientas muy fiables y solventes para poder otorgarle vitalidad (prana) al vehículo psicosomático. Un sabio chino aseveraba que sin dicha energía no se podría levantar ni un dedo en el aire. Todas las técnicas del hatha-yoga (asanas, pranayama, mudras, bandhas y satkarmas) intervienen sobre el cuerpo energético y lo reorganizan. La mente unificada (ekagrata) y no dispersa es otro manantial de prana, y mediante actitudes como el sosiego y la ecuanimidad evitamos dispersar negligentemente la energía, por otro lado tan necesaria en la senda de la autorrealización.

Ramiro Calle es pionero de la enseñanza del yoga en España, disciplina que imparte desde hace más de 30 años en el centro de Yoga Y Orientalismo «Shadak». Es el más importante escritor orientalista de este país y uno de los más importantes de toda Europa. Autor de numerosas obras, ha estudiado en profundidad los efectos terapéuticos de las psicologias orientales y de los aportes de la meditación al psicoanálisis, la psicoterapia y la neurociencia.  Ver su canal en Youtube.

Todos sus libros en la Biblioteca Ramiro Calle de Editorial Mandala:
https://www.mandalaediciones.com/autores/ramiro-calle.asp