Practicando Shunya mudra puedes obtener claridad mental y sabiduría, curar problemas de oído y mejorar la audición. Pero el mejor beneficio que se produce con la práctica es la apertura de la conciencia.
Con ambas manos, dobla el dedo medio hasta que roce el nacimiento del pulgar y presiónalo con el pulgar ligeramente hacia abajo. Los otros dedos permanecen extendidos.
Practícalo según lo necesites o como cura, tres veces al día durante 15 minutos.
Se trata de un ejercicio especialmente indicado para paliar problemas de oído y de audición. El Shunya mudra puede curar con rapidez dolores de oído y, si se practica durante cierto tiempo, casi todas las afecciones de este órgano.
Los problemas de oído siempre tienen algo que ver con no poder oír o también con no querer escuchar. Esto puede ser a la vez una bendición y una maldición. Ser duro de oído nos protege a veces de tener que oír ruidos desagradables o incluso molestos o la información con que se nos bombardea continuamente, pero también nos deja sordos ante las cosas bonitas. No querer oír es fruto, en muchas ocasiones, de una tozudez que puede llegar a ser fatal. Por lo tanto, preguntarnos el motivo de nuestros problemas de oído puede llevarnos, si nuestra predisposición es buena, a dar un paso más allá para enriquecer nuestra vida.
Al dedo medio se le asigna el cielo (éter). El punto donde se encuentra el acceso a dimensiones más altas, la puerta del cielo. En los mitos antiguos se dice que si se quiere ir al cielo, antes hay que purificarse a fondo. Por eso, lo más indicado quizá sea un recogimiento silencioso en uno mismo y la rectificación de viejos errores. Aveces se hace muy difícil perdonar a alguien; pero el perdón suele abrir puertas nuevas —auténticos portones— que conducen a la luz y a una vida sin lastres a partir de ese momento. Es como si nos libráramos de viejas cargas y pudiéramos continuar nuestro camino ligeros de equipaje