Siddharta era como cualquier otro ser humano, con una mente sumida en la ignorancia, la avidez, el odio y otras tendencias perjudiciales para uno mismo y para los demás, o sea y en cierto modo, una mente enferma y, desde luego, dormida y falta de un claro discernimiento que conlleve lucidez y compasión. Escribe Ramiro Calle.
Pero no se resignó a su ofuscación mental ni a su consciencia empañada, y dio comienzo a una aventura interior que casi le costó la vida en su frenético afán por comprender y comprenderse. Encontró la senda directa hacia la sabiduría en la meditación y tras no pocos esfuerzos y mucha e inquebrantable motivación, consiguió la sabiduría liberadora y confesó: «Con relación a ideas desconocidas por mí anteriormente, surgió el entendimiento, surgió la sabiduría, surgió el conocimiento y surgió la luz».
Había despertado a un superior estado de consciencia que él denominó Nirvana y del que dijo: «Eso es paz, eso es sublimidad, el fin de todo lo constituido, el abandono de los fundamentos de la existencia, el aniquilamiento del deseo, el desvaimiento y la cesación».
Supo desde su despertar cuán pocas serían las personas que tendrían la capacidad de seguir sus enseñanzas, pero se dijo que algunos no tendrían la consciencia tan sumamente empañada como para no poder hacerlo. Y así comenzó a predicar incansablemente la Doctrina, esa de la que mucha gente habla pero nunca sigue, en una sociedad sociedad ofuscada y brutal donde se utiliza su nombre para ponérselo a discotecas, bares, objetos de lo más diversos y productos alimenticios.
Como tantos otros grandes iniciados, el Buda fue traicionado en sus enseñanzas incluso por sus propios seguidores, que la han tergiversado, adulterado y pervertido. Yogui de yoguis, fue un gran médico de la mente, diagnosticando las causas del sufrimiento y ofreciendo medicamentos para mitigarlo o superarlo. Ofreció como un medicamento eficiente y de gran alcance, la meditación, capaz de lograr que los velos de la mente se vayan disipando y sobrevenga el entendimiento superior que libera.
Tras llevar cincuenta años indagando en la genuina enseñanza de Buda y haber entrevistado a un gran número de maestros fiables, he escrito el libro La sonrisa de Buda, cuyo subtítulo es intencionadamente provocativo: «Aunque todos hablen de él y nadie le siga». Pero aunque muy pocos realmente le sigan y muchos le den la espalda o perviertan sus preciosas enseñanzas, él no pierde su apacible y ecuánime sonrisa. Es la sonrisa hermosa y confortadora de aquel que ha ido más allá de la ofuscación, la avaricia y el odio; o sea, del miedo.
Ramiro Calle es pionero de la enseñanza del yoga en España, disciplina que imparte desde hace más de 30 años en el centro de Yoga Y Orientalismo «Shadak». Es el más importante escritor orientalista de este país y uno de los más importantes de toda Europa. Autor de numerosas obras, ha estudiado en profundidad los efectos terapéuticos de las psicologias orientales y de los aportes de la meditación al psicoanálisis, la psicoterapia y la neurociencia. https://www.youtube.com/results?search_query=ramiro+calle
Todos sus libros en la Biblioteca Ramiro Calle de Editorial Mandala:
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