El yoga como filosofía y práctica nos lleva a observar todos los aspectos de nuestra vida y a tomar conciencia gradualmente de que las soluciones a nuestros problemas físicos y mentales se encuentran dentro de nosotros mismos. Escribe Mili Lazcano.
Vivimos en una época en la que todos estamos bajo mucho estrés y presión del sistema, rápido y exigente. Nos concentramos en las ciudades y nos alejamos de la naturaleza, lo que nos está llevando al dualismo y es la base de muchas enfermedades. Aunque parecemos muy conectados a través de la tecnología, nos sentimos solos y muy concentrados en nuestras mentes, con lo que estamos perdiendo la capacidad de comunicarnos, que es una de las mejores y únicas cualidades del ser humano.
En la tradición védica se habla de cómo nuestro habla es lo que nos hace ser criaturas conscientes y diferentes. Es por esto que cualquier enfermedad debe ser tratada también desde un enfoque espiritual. El avance de la ciencia ha combatido muchas enfermedades pero seguimos enfermándonos mental y físicamente, lo cual tiene que ser una señal para despertar y darnos cuenta de que no somos solo un cuerpo y de que necesitamos sanar mirándonos con integridad y plenitud.
El dolor puede ser un despertar llamado a sanar cuerpo, mente y alma, una oportunidad para empezar a mirar todos los aspectos que influyen en una persona para estar en equilibrio y tener una vida alegre. Krishnamacharya solía decir: ¨Gracias a Dios por mi dolor, porque me ha permitido practicar¨. Lo llamó el ¨motivo ineludible para practicar¨ que nos mueve a dar los pasos prácticos para disfrutar la vida. Mi maestro Mark Whitwell, discípulo directo de Krishnamacharya, comparte esta sabiduría con nosotros.
La respiración no miente
El primer paso para la curación es ser ¨vidente», es decir, capaz de mirar dentro y reconocer nuestra propia realidad para ver si hay algo que no funciona, no se siente bien, una sensación de estar bloqueado en uno o más aspectos. Eso significaría que el prana no está fluyendo correctamente. Pero en lugar de ignorarlo o distraernos para no ver lo que está pasando, respiraremos y lo acogeremos, permitiendo así encontrar el camino y el apoyo para sanar. Ese es el primer paso de comunicación íntima con nuestro corazón a través de la respiración, que siempre nos va a decir la verdad.
La mente puede engañarnos, pero la respiración siempre nos presentará la realidad tal como es, y si la escuchamos, podremos hacernos cargo y comenzar nuestra sanación. Solo siendo honestos con nosotros mismos dará comienzo nuestro viaje para estar bien y recuperar nuestra alegría de vivir. Es así como se inicia la práctica del yoga, desde esta realidad.
El yoga como filosofía y práctica nos lleva a mirar los muchos aspectos de nuestra vida y a tomar conciencia gradualmente de que las soluciones a nuestros problemas físicos y mentales se encuentran dentro de nosotros.
Un yoga para cada persona
Krishnamacharya reiteraba en sus enseñanzas que ¨Mientras puedas respirar puedes hacer yoga¨ y ¨Hay un yoga para cada persona». Estas dos ideas son la base para comprender que el yoga es para todos. Hoy en día existe una concepción errónea de quién puede practicar yoga debido a la popularidad que ha tomado y cómo se ha convertido en un negocio en muchos aspectos. Es positivo que se haya expandido por todo el mundo pero es nuestra responsabilidad como profesores no olvidar los principios del yoga y transmitirlos con respeto y conciencia. Esto es muy importante para abrir el camino del yoga a todo aquel que quiera empezar a practicar. Todo el mundo de cualquier edad y condición, cultura u origen puede beneficiarse del yoga si se enseña de una manera adecuada e individualizada.
Como docente, os comparto cómo me gusta trabajar. Tengo alumnos de todas las edades, antecedentes y con diferentes retos físicos y mentales. Suelo comenzar estableciendo una relación de comunicación abierta que me permita conocer más sobre la persona, pues de lo contrario sería difícil crear una práctica útil y adecuada a sus condiciones y problema. Es muy importante relacionarse con el alumno de esta manera, pues así puedo enfocar y diseñar una práctica de yoga específica, que incluye pranayama, a veces visualización y mantras, para ayudar en la sanación. Si el caso particular necesita que me ponga en contacto con otros terapeutas que tratan a mi alumno a fin de para comprender mejor su situación, lo hago. Es muy importante tener una visión clara de todos los aspectos del problema. El primer requisito para ser profesor es que nos guste la gente y estemos disponibles.
El yoga no es magia, tiene que haber un compromiso entre el alumno y la práctica siempre guiado por el profesor; requiere constancia sin obsesión, haciendo la práctica diariamente de una manera suave, amorosa y consciente. Esta es la forma de recibir los beneficios del yoga, convirtiéndonos en propios testigos de cómo el flujo del prana se mueve a través de nosotros y nos libera del dolor, la confusión, el miedo… Mantengamos el prana en movimiento pase lo que pase.
“La vida es un equilibrio entre sostener y soltar”. Rumi
Mili Lazcano, profesora y terapeuta del yoga. Profesora de Heart of Yoga Vinyasa tradicional del linaje Krishnamacharya.
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