Desde que nacemos, los seres humanos desarrollamos fuerza, percepciones e inteligencia a través de estados sucesivos que denominamos ‘crecimiento’. En cambio, la conciencia o consciencia (la facultad por la que un sujeto se percibe a sí mismo en el mundo y se da cuenta de que lo está haciendo) no se desarrolla sino que se expande como los rayos de luz procedentes de un foco luminoso que se propaga en todas direcciones. Escribe Pedro López Pereda.
Con el fin de responder a esta cuestión de la forma más sencilla y comprensible, parece necesario empezar con un ejemplo, una metáfora que nos va a servir para profundizar algo más en esta materia.
Las metáforas son figuras que nos ayudan a comprender una realidad inabordable al compararla con otra realidad distinta que previamente conocemos. En nuestro caso nos atrevemos a comparar la Conciencia (con mayúscula: la Luz, la Totalidad, que son diferentes formas de llamar al Absoluto) con una realidad cotidiana como es Internet (por su intangibilidad, por su posibilidad de expansión…). En los últimos años, la red Internet ha crecido de forma exponencial y en el plano superior, también la Conciencia se sigue expandiendo con los contenidos de los procesos de crecimiento que hemos alcanzado durante nuestra estancia en diferentes planos.
Para empezar, vamos a describir las semejanzas entre los elementos que necesitamos para crear un sitio web y los que se requieren para crecer en este plano y expandir en primer lugar nuestra conciencia individual:
1. Para realizar un sitio web necesitamos una computadora, que guarda una clara relación de semejanza con nuestro cuerpo físico, en sánscrito, Annamaya.
2. La energía con la que funciona la computadora equivaldría a nuestra energía corporal y a Pranamaya (los campos electromagnéticos que configuran los chakras, que son fundamentales en este proceso).
3. Los programas informáticos para hacer páginas web guardan similitud con los programas que configuran la mente humana; en sánscrito, Manomaya.
4. El puesto del informático que diseña el sitio web se asemeja al puesto donde se ubica el Ser en nuestro cuerpo: Vijnanamaya.
5. Y la conexión a la red es similar a Anandamaya, la conexión con el plano superior.
Hay también una relación de semejanza entre las condiciones que tendrían que cumplir los sitios web para ser publicados y las condiciones que tienen que cumplir los contenidos de nuestro crecimiento interior para formar parte del proceso de expansión de la Conciencia en el plano superior, que son:
1. La novedad
El Ser se ha encarnado en un cuerpo tangible para crear un “sitio web” nuevo, un “sitio” original. Las copias no tienen cabida en el plano superior. Aunque existen programas en la mente humana con diferentes modos de vida y muchos automatismos, estos solo sirven para practicar y adquirir experiencia, pero no pueden trascender al plano superior.
2. La armonía
Cualquier diseñador de sitios web respeta los principios básicos de la estética buscando unas páginas armoniosas. En nuestro caso, los ladrillos con los que creamos nuestro propio “sitio web” están formados por tres cualidades superiores que se han de unir en proporción y armonía para convertirse en conciencia (en esencia inmaterial) y pasar al plano superior, son: la creatividad, el amor y la sabiduría. Para conseguirlo tenemos que saber que:
Los seres humanos crecemos en creatividad cuando vivimos nuestra vida con sensibilidad, potenciando nuestra intuición y desarrollando la facultad de representar imágenes que llamamos imaginación.
Crecemos en amor cuando desarrollamos nuestra empatía con todos los seres del universo, cuando reducimos nuestro ego y nuestros apegos y cuando aumentamos nuestros sentimientos puros y lúcidos.
Y crecemos en sabiduría cuando en nuestras experiencias cotidianas utilizamos nuestra inteligencia y nuestros conocimientos con discernimiento, de forma juiciosa y con decisiones apropiadas.
3. La flexibilidad
Nuestro “sito web” tiene que permitir que se puedan ampliar sus contenidos con trabajos posteriores.
En el capítulo XIV, 3 del Bahagavad Gita, Krishna nos dice: “Mi matriz es Prakriti, en la cual deposito la semilla (las gunas) que da origen a todos los seres”. En el desarrollo de su vida, el ser humano puede trabajar los frutos de esa semilla con creatividad, amor y sabiduría, para encontrar en este plano una experiencia nueva y armoniosa que le permita participar en el extraordinario proyecto de la expansión de la Conciencia.
Pedro Mª López Pereda. Creador del centro Namaskar de yoga y autorrealización en la línea de Antonio Blay. Presidente de la Fundación Yoga y de la Asociación Yoga Meditativo. Miembro de la Asociación Nacional de Profesores de Yoga. Maestro de Reiki.
Ha publicado: Diseñando un Ser Consciente (2001), Manual de instrucciones del Ser Humano (2006), El nacimiento del Yoga (2008), El origen de los ásanas (2009), Viyoga, la técnica que forjó a los seres libres (2010), Viaje hacia el Ser (2013), Cómo poner la mente en blanco (2014), Los planos del crecimiento espiritual (2015), ¿Y yo? ¿Estoy muerto? (2016), El mandala oculto (2017), El cuenco vacío (2018) y Las leyendas del Yoga. El origen mitológico de la meditación, el pranayama y las posturas de yoga (2021).