En muchas tradiciones, los dulces simbolizan mejor que cualquier otra comida la gracia divina. El alimento, vehículo del amor, se ofrece primero a Dios para que lo bendiga y, después de este gesto simbólico es agradecido y consumido por los participantes.
Los plátanos resultan especialmente indicados para los practicantes de yoga porque potencian la tranquilidad y la calma.
Ingredientes:
- 200 g de copos de avena
- 175 g de harina de trigo integral
- 1 cucharada de miel o jarabe de dátiles
- 150 ml de aceite
- 200 g de pipas de girasol
- Agua para mezclar
Relleno:
- 200 g de anacardos
- 150g de dátiles deshuesados
- 1 l de agua
- 2 cucharadas de arrurruz
- 1 cucharadita de corteza de naranja rallada
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 2 plátanos más unas rodajas para decorar
- 200 g de nueces picadas.
Preparación
1. Precalentar el horno a 200ºC. Untar de aceite un molde redondo de 23 cm de diámetro con fondo suelto. Para preparar la envoltura, mezclar todos los ingredientes añadiendo agua para ligarlos.
2. Forrar el molde con la mezcla extendiéndola con la mano de manera uniforme por el fondo y las paredes. Hornear 10-15 minutos hasta que se dore. Dejar enfriar completamente antes de desmoldar.
3. Para el relleno, reducir a puré todos los ingredientes, salvo los plátanos y las nueces. Trasladar la mezcla a una cazuela y cocer a fuego lento hasta que se espese. Retirar del fuego y dejar enfriar. Poner los plátanos cortados en rodajas en la envoltura de la tarta. Verter la mezcla fría encima y decorar con rodajas de plátano y nueces picadas. Mantener en la nevera hasta el momento de servir.