El método Terapia Cognitiva basada en Mindfulness (MBCT) se está desarrollando con mucho éxito en todo el mundo para abordar la depresión y, sobre todo, para aprender a no dejarnos arrastrar por esas espirales de tristeza y ánimo abatido tan propias de las preocupaciones de la época que nos toca vivir.
Los trastornos mentales o del ánimo están teniendo un crecimiento alarmante. A medida que recibimos impactos del exterior (guerra, pandemia, crisis económica, calentamiento global…) y se suman a problemas personales directos, las posibilidades de caer en estados depresivos severos y desórdenes psicológicos son mayores… Y de forma paralela aumenta exponencialmente el consumo de psicofármacos.
La tristeza es una emoción profundamente humana que en parte se alimenta de la memoria (el recuerdo, por ejemplo, de un ser querido fallecido). Pero investigadores estadounidenses han descubierto que los pensamientos tristes cuando son extremadamente recurrentes pueden acabar desencadenando depresión o recaídas recurrentes en ella.
Varios investigadores de dos abordamientos psicoterapéuticos ya clásicos, la Terapia cognitiva y el Mindfulness, se han unido para promover el desarrollo de un método que aúna lo mejor de ambos tratamientos, y lo han llamado Terapia Cognitiva basada en Mindfuless (MBCT).
El objetivo de la MBCT no es eliminar los pensamientos tristes, que son sanos e inevitables, sino enseñarnos a relacionarnos de modo diferente con ellos. Y ahí es donde interviene el mindfulness o atención plena, que es esa forma de consciencia que surge en la mente cuando prestamos atención a algo en el momento presente y sin juzgarlo.
Esa atención o consciencia plena permite enfocarnos directamente en lo que está pasando en una parte de nosotros mismos. La práctica del método MBCT nos enseña a relacionarnos de otro modo con el sufrimiento o con los pensamientos negativos para que nos pasen por encima sin desestabilizarnos completamente ni arrastrar a nuestra mente a un torbellino de más asociaciones negativas. En lugar de ello, nos permite situarnos en otro espacio más amplio para poder observar, afrontar esos pensamientos y poder elegir qué respuesta darles.
En la actualidad, más de mil pacientes en todo el mundo han sido evaluados a través de siete estudios con este sistema de Terapia Cognitiva basada en Mindfulness (MBCT), hallándose que ha reducido un 43% la recaída en pacientes de depresión, un porcentaje de protección similar al que se consigue utilizando antidepresivos a largo plazo. Pero además se logró que muchas de esas personas experimentaran sensaciones muy positivas respecto a su curación e incluso el sentimiento de haber dejado atrás definitivamente la depresión. Y es que este método de ofrece a los practicantes una herramienta en la que confiar que les empodera para autoayudarse cuando lo necesitan.
La mayoría de la gente que aprende a practicar mindfulness como parte de un tratamiento de varios meses para curar una depresión o un desorden, siguen practicándolo a lo largo de sus vidas. La razón es que han encontrado en esta práctica un modo de vivir más conscientemente, una vía de conexión directa con sus recursos interiores y un método de autocuidado para sentirse más sanos, más plenos y más preparados para saborear los momentos valiosos de sus vidas.
Esta información ha sido elaborada por YogaenRed con información de la página MBCT.com