El yoga es partidario de una simplicidad de vida para vivir más saludablemente. En este artículo vamos a repasar los elementos que son más importantes, además de éste, para mantener una salud estable resistente y una vida más larga y equilibrada. Escribe Julián Peragón (Arjuna)
Durante el último siglo, la esperanza de vida ha aumentado notablemente debido a las mejores condiciones sanitarias, de alimentación y de habitabilidad. Sin embargo, vivir más no significa necesariamente vivir mejor. Si las condiciones de vida fueran óptimas, nuestra genética podría superar con creces los ciento veinte años con pocos trastornos de salud. Vivir saludablemente es empezar a conocer la vida a fondo y recrear las condiciones adecuadas para su expresión.
Sabemos de zonas azules en el planeta donde hay una mayor proporción de personas centenarias. Muchas de esas zonas son islas pequeñas que conservan un ritmo más pacífico que las personas que viven con un ritmo más acelerado en grandes urbes. Existen cientos de estudios médicos de cómo la presión de vida mantenida durante tiempo conlleva trastornos que van desde la crisis coronaria a las úlceras, desde colitis a periodos de asma y desde el insomnio a todo tipo de infecciones. Manejar el estrés requiere tomarse las cosas con filosofía y encontrar el ritmo adecuado en el vivir.
Otro de los elementos importantísimos en la salud es la nutrición. No nos nutrimos solamente de alimento sólido, también es importante una buena hidratación, una respiración plena y un contacto suficiente con el sol y la naturaleza. En cuanto a la comida que masticamos, es necesario una alimentación poco calórica para no sobrecargar nuestra capacidad digestiva y favorecer así de esta manera la eliminación. Culturas orientales hablan de comer sólo hasta el 80% y terminar de comer con una buena sensación de satisfacción y ligereza.
Una dieta que tenga abundante fruta, verdura y cereal y que sea moderada en proteínas, sin abusar de los lácteos, nos da energía más que suficiente sin sobrecargar el hígado o el intestino. Para las personas con insuficiencia cardiaca, además hay que evitar lo más posible la sal, el azúcar y las grasas pues es necesario regular la presión arterial y el colesterol en sangre. Comer de forma frugal y a la vez sabroso es posible. Incluso, una o dos veces al año, unos pocos días de ayuno o semi-ayuno puede ayudarnos a regenerar y descansar todo nuestro sistema digestivo.
Un tercer elemento en la salud es el ejercicio moderado. Estas personas centenarias se han mantenido activas ya sea cultivando su huerto, cocinando o haciendo recorridos a pie diariamente. En la fisiología, lo que no se mueve termina por atrofiarse y mover la cintura escapular y pélvica, flexionar ampliamente la columna o mantener una actividad manual son verdaderamente necesarias tanto para la fisiología, la respiración o la circulación.
Limpieza y purificación
No podemos olvidarnos de una higiene en profundidad. A menudo la higiene que adoptamos convencionalmente es escasa y superficial. El Yoga habla de que es necesario no solamente limpiar nuestra piel sino también las mucosas internas. Por ejemplo, la limpieza nasal con agua y sal arrastra gran cantidad de mucosidades, descongestiona la nariz y estimula vía refleja la mucosa pituitaria. El raspado de la lengua elimina toda la capa blanquecina que refleja una sobrecarga de las funciones hepáticas y digestivas, a la vez que limpia las pupilas gustativas para saborear mejor los alimentos.
Por otro lado, un ejercicio muy estimulante que hacemos en Yoga es la movilización en vacío respiratorio de todo el abdomen para facilitar el peristaltismo, tipo hipopresivo. Incluso una hidroterapia de colón realizado con el control de un médico, o una simple lavativa en casa que podemos hacernos nosotros pueden ayudarnos a eliminar gases y restos adheridos del intestino. Pero, más allá de estas u otras técnicas, lo importante es comprender la importancia de una purificación en profundidad de las toxinas acumuladas en nuestro cuerpo.
El Yoga es partidario de una simplicidad de vida. Tenemos un concepto en la filosofía oriental para expresar la importancia de tomar sólo lo necesario para vivir. Esto implica cuestionar nuestra codicia o avaricia, nuestra gula o envidia, en definitiva nuestras emociones desenfrenadas que nos abocan a una vida excesiva. Al simplificar nuestra vida lo que obtenemos es tiempo, un tiempo precioso para estar con nuestros seres queridos, para realizar las actividades que deseamos o simplemente un tiempo para contemplar, reflexionar, pasear, leer o descansar.
Pero, por último, si tuviéramos que remarcar lo verdaderamente importante en una vida sana y longeva, diríamos que todo lo anterior no tendría la suficiente fuerza si no hubiera una fuerte voluntad de vivir; si no tuviéramos una actitud resiliente ante los reveses de la vida; si no aceptáramos la vida como se presenta, con una actitud de curiosidad y aprendizaje continuo. La vida no tendría brillo si no respondiéramos con un agradecimiento profundo todo lo que recibimos, y si no fuéramos lo suficientemente generosos para compartir nuestra felicidad y celebrar juntos, con amigos, familiares y conocidos, el don de vivir el momento presente.
Julián Peragón (Arjuna). Antropólogo, escritor y formador en Yoga y meditación
Director de la escuela Yoga Síntesis