En el hatha yoga el cuerpo es solo un medio a través del cual entrar en un estado de no-mente y conciencia profunda. Entrar en el cuerpo para trascenderlo, en una alquimia donde lo material queda divinizado, y cada movimiento, cada respiración (energía que fluye a través de nuestro interior) queda armonizada y cada pensamiento silenciado en la quietud y la conciencia plena. Escribe José Manuel Martínez Sánchez.
El cuerpo deja de ser algo material y se convierte en un mundo infinito e inenarrable de encuentros con el ser y su sacralidad. Los sentidos son antorchas que evaporan los condicionamientos mentales a través de la práctica energética y liberadora del cuerpo, absorbido por el flujo sereno de la respiración.
En la infinitud del espacio interior, el cuerpo, ya trascendido, desvela esa dimensión expandida que nos compone y las limitaciones de la mente quedan superadas al entrar en otra experiencia más allá del lenguaje, más cercana al corazón y al sentir.
El cuerpo es el templo pero no es el fin; es el medio, el vehículo a través del cual hacemos el viaje para llegar al silencio interior, al descubrimiento y realización de la luz del ser. El cuerpo consciente nos abre las puertas a esa dimensión de trascendencia donde verdaderamente somos libres y reales.
Más allá de las palabras, más allá de los condicionamientos, de los apegos a lo material, a lo superfluo, a lo innecesario, más allá de todo eso, se desvela nuestra esencia, sagrada y materialmente tocada, espiritual y sentida… Por eso el cuerpo es la puerta a lo sagrado y la respiración es el mantra que trasciende la mente, la acalla y la libera.
La respiración llena el corazón con su silencioso canto, llenándolo de paz y dicha, de gozosa quietud. Y el ser queda perfectamente encontrado, en esa dimensión, sin palabras posibles para describirlas, pero saboreada, sentida, realizada.
La esencia de la enseñanza es la práctica. La meditación es la práctica que te trae la comprensión.
Hablar sobre la naturaleza del ser corresponde a un nivel racional e incluso intuitivo que puede despejar ciertas dudas y ayudar a abrir la mente. Se puede obtener cierta comprensión, pero la práctica de la meditación, del silencio interior, es el puente a la comprensión real.
Si respiras conscientemente y en cada respiración sientes tu ser, eso es meditación pura y te traerá una comprensión profunda.
La respiración es como un mantra. Un mantra natural, orgánico. Es como el susurro del silencio diciendo “Yo Soy”; pero sin palabras, vibrando desde tu esencia, vibrando desde el corazón.
En tu respiración consciente está el ser, ahí se desvela la verdad y es la puerta secreta que hay que transitar para lograr la unión con lo real.
La práctica del silencio, la escucha profunda de tu ser, se puede cultivar a través de la presencia de la respiración. Ese es el compromiso real desde donde rendirse al ser a través del silencio interior. Tan sencillo pero tan difícil en este mundo de apariencias, distracciones y apego al ego y al pensamiento, a las identificaciones con los objetos mentales.
La respiración consciente te lleva de la mano a tu núcleo de quietud y presencia. Observa y siente tu respiración y siente y descubre así tu Ser Real. Entrarás en otra dimensión que se transformará en tu verdadero hogar cuando la comprensión de tu esencia se instale en ti a cada segundo así como a cada segundo respiras y eres.
Respira y sé consciente de Ser.
José Manuel Martínez Sánchez es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia. Máster en Psicología Humanista. Profesor-Máster de Yoga por la Escuela Internacional de Yoga y especializado en Yoga Restaurativo y en Meditación por esta misma escuela. Director y Profesor del centro de Yoga Prana en Albacete.
Ha escrito diversos libros, entre los que cabe destacar: Meditación esencial, Buscando la paz interior