Vinyasa yoga es mucho más que práctica en movimiento o encadenamiento de series. En la tradición del Yoga se vive como una práctica espiritual y transformadora que apunta al centro de nuestro ser. Denis Criado nos lo descubre en su libro Danza del amor… Es una entrevista YogaenRed.
Fue una sorpresa para una gran cantidad de practicantes conocer la profundidad que subyace en el Vinyasa Yoga, una práctica que aparenta solo ser más intensa y dinámica de lo habitual, y que gracias al último libro de Denis Criado hemos descubierto en todo su potencial transformador.
En YogaenRed teníamos muchas ganas de que Denis nos hablara sobre las claves de ese libro, Danza del amor (editado por Kairós), y de la profunda belleza transformadora del Vinyasa Yoga.
Denis Criado es profesor de yoga y meditación. Durante quince años pasó largas estancias en ashrams en Estados Unidos e India, recibiendo en 2011 la transmisión en el linaje de Paramahamsa Yogananda. Es doctor en Estudios de la conciencia (San Francisco) y graduado en Teología oriental por la Universidad de Cambridge (Inglaterra). Actualmente Denis imparte cursos y retiros a nivel nacional e internacional. Es autor también del libro Cuerpo consciente.
Pregunta: ¿Cuál ha sido tu propósito al escribir Danza del amor?
Respuesta: El propósito ha sido el de compartir y concebir la práctica de Vinyasa Yoga como una práctica holística, sagrada e íntima con todas las capas del ser. Lo cual permite la fluidez y la unión desde nuestro cuerpo físico, energético y el espíritu, también conocido como alma o consciencia pura. Así fue entendido desde sus orígenes y transmitido por los linajes de generación en generación, principalmente el de Krishnamacharya.
Vinyasa Yoga no es una práctica gimnástica o actividad fitness o de alto cardio. Lo es a nivel físico, pero se convierte en una meditación en movimiento, de unión, para purificar el karma y ser más luz, más conscientes y espontáneos en nuestra vida, si se práctica como propone la tradición del Yoga.
Más allá de los beneficios biológicos que ofrece esta ancestral práctica, ofrece también beneficios espirituales. Y en Danza del Amor se subrayan las claves para que se den los dos en la práctica, ya que están estrechamente interrelacionados.
P: ¿El yoga nació como una danza?
R: Se dice que Patanjali fue no sólo un gran yogui y buen conocedor del ayurveda, sino que también fue un bailarín de las danzas clásicas hindués. Sea cierto o no, solo con que demos unos pasos sencillos en estado meditativo eso se puede convertir en una danza un movimiento, porque hay ausencia de mente y conexión interna.
Cuando nos absorbemos en las sensaciones generadas por la práctica de Vinyasa, entramos en un estado meditativo, en ausencia de la mente, y un ‘algo más’ nos guía, como explico en el libro. Ese movimiento se convierte en belleza, en algo mágico, y ahí podríamos decir que es una danza como enseña la tradición. Vinyasa Yoga es una danza sagrada donde la energía (Shakti) y la consciencia pura (Shiva) hacen su baile del amor a través de las posturas, a través de movimientos fluidos.
P: ¿Cómo se aprende a amar y por qué no acertamos a aprender?
R: Según Patanjali y la filosofía práctica y tántrica del Yoga, aprendemos a amar cuando purificamos el karma instalado en nuestro cuerpo, porque los bloqueos (granthis, y chitta vrittis) hacen que nuestro cuerpo sea más rígido, menos fluido, y mentalmente seamos menos espontáneos. Nos rechazamos a nosotros mismos y rechazamos a los demás.
Cuando desbloqueamos el cuerpo con una práctica como la que ofrece el Vinyasa, gracias a varios elementos clave de la práctica, empezamos a ser más creativos, más presentes en el aquí y ahora, nos resulta más fácil conectar con nuestro corazón y con el corazón de los demás. Somos más espontáneos, reconocemos más fácilmente la intuición a través de los nervios sensoriales que nos hablan a través del cuerpo y entonces nos resulta más sencillo conectar con nuestro entorno. Hay grandes maestros de la tradición que dicen que eso es justo aprender a amar.
P: ¿Cómo se relacionan la danza, el amor y las relaciones con los demás, el yoga y la vida fuera de la esterilla?
R: Como mencionaba anteriormente, si nuestro cuerpo está rígido, seremos rígidos en la vida. Pero si con la práctica constante y disciplinada empezamos a soltar las rigideces del cuerpo, soltaremos también los ‘tendrías’ y ‘deberías’ de la vida cotidiana. Seremos más flexibles a nivel mental porque nuestro cuerpo será más flexible, más fluido.
El Yoga transforma la vida justo por este hecho. Si me limito a aceptar mi cuerpo tal como es en la práctica, aceptaré mi vida tal como es, y entonces tanto la práctica como la vida no evolucionan. Eso está bien, y es un gran paso aceptarse tal como uno es. Sin embargo, si acepto mi cuerpo hoy tal como es y realizo una práctica de Vinyasa que realmente lo purifique, será cuestión de tiempo ver cambios tanto en el cuerpo como en la mente, y claramente en la vida.
El Yoga no sólo acepta cualquier cuerpo y mente, sino que acepta hoy el cuerpo y mente tal como son y al mismo tiempo los transforma. La meta es el camino, pero en el hay camino hay cambio constante. Y eso se ve con los frutos de la práctica y en la vida.
P: ¿Qué te gustaría que conociera o se aprendiera tras la lectura de esta obra?
R: Que, más allá de los estilos de Vinyasa Yoga que hay, su esencia radica en aquello que está presente en los linajes de Yoga cuando se enseña. Te transforma, purifica tu cuerpo y tu corazón, y eso tiene grandes consecuencias que mejoran la vida. Estamos más sueltos, deshacemos formas rígidas de pensar, dejamos de defender opiniones o malgastar la energía en reclamar esto o aquello, etc.
Soltamos, nos permitimos aterrizar en este momento de forma más abierta, más receptiva, más fluida y entonces con más aceptación con lo que toca vivir mientras avanzamos en nuestra práctica y nuestros cambios de vida. Ese conocimiento es el que se enseña en la tradición.
All mismo tiempo en el libro tiendo puentes con la ciencia para que el lector tenga una visión más global. Yoga fue y es concebido como una práctica espiritual de transformación holística del ser humano. Así lo entendió Patanjali y los grandes yoguis que vinieron a Occidente y nos dejaron esta gran práctica transformadora.
El Vinyasa Yoga claramente apunta a ese espíritu transformador. No es una práctica para solo sentirse bien como cualquier otro ejercicio que podamos encontrar en el gimnasio o en rehabilitación. Vinyasa apunta al centro de nuestro ser y su cambio constante, y Danza del Amor ha querido transmitir justo eso.
Ver más sobre el libro: https://www.yogaenred.com/2022/01/21/libros-danza-del-amor-el-fluir-del-vinyasa-yoga-de-denis-criado/