Nada más reparador que practicar yoga tras un largo día de trabajo. Si estás iniciándote y llevas gafas, es posible que pienses que esto supone una limitación y un reto… Pues puede que un poco sí, pero mucho más fácil de superar de lo que imaginas. Escribe Virginia Duque.
Aunque muchas personas han decidido usar lentillas de color natural online para vencer este desafío, no todas las personas pueden optar por ellas, tal como nos comentan profesionales de la vista como Vision Direct. ¿Qué consejos se pueden poner en práctica para practicar yoga cuando necesitamos gafas, sin morir en el intento?
Utilizar lentillas
Las lentillas convencionales y graduables son una opción muy válida si no puedes prescindir de las gafas cuando practicas yoga. Hay muchas opciones y ofertas en el mercado, y es la solución perfecta si solo las aguantas durante unas horas.
Ahora bien, como acabamos de mencionar, quizás no todas las personas puedan decantarse por hacer esta elección ya sea por alergias, por incomodidad u otros factores.
¿Qué más opciones hay, entonces?
Escoge otra montura
Si la montura de tus gafas es pesada y gruesa, es mucho más probable que se caiga en cuanto hagas un movimiento fuera de lo común. Por ello se recomienda elegir una montura más deportiva, fina y flexible que se adapte mejor a la cara y que no se caigan tan fácilmente.
Tensa las patillas
Una manera de evitar que las gafas se caigan es tensando las patillas para que se ajusten con más fuerza al rostro y así no se muevan con tanta facilidad. Claro, asegúrate de que no te aprietan demasiado, porque si no estarías incómoda/o practicando ciertos movimientos, e incluso podría provocarte dolor de cabeza.
Pon una correa
Si tienes miedo de que se rompan al caerse o de que se vayan por donde no deben, puedes asegurarlas con una correa, de modo que siempre se queden colgadas en tu cuello. De hecho, hay atletas profesionales que compiten con gafas y consiguen que se mantengan intactas gracias a una correa como esta.
Elige una rutina adecuada
Otro consejo que puedes llevar a cabo es limitar los movimientos que hacen que la cabeza se mantenga boca abajo para así evitar que las gafas estén siempre por el suelo. Habla con tu profesor de yoga del problema para que te acerque a movimientos más factibles para ti en los que no debas prescindir de las gafas.
Olvida las gafas
Es otra idea, más radical, sí, pero puede que tu pérdida de agudeza visual permita dejarlas en tu taquilla o en tu bolso mientras haces tu sesión de yoga. Si es así, concéntrate, respira y olvídate de ellas. ¡Problema resuelto!
Sea cual sea la opción que elijas, no permitas que las gafas sean una molestia o una excusa para no practicar yoga.