Ser inteligente en yoga no es intentar hacer la postura que he visto en Google o en las redes sociales, cuando mi actual condición física me lo impide. La alineación correcta es más simple y gira en torno a tres conceptos base: atención, concentración y respiración. Escribe Alejandro Torres.
Desde la postura de la tabla o gato-vaca, ubica tus manos abiertas debajo de tus hombros y tus rodillas el ancho de tus caderas. Con los dedos de tus pies y tus manos empuja el piso elevando tus caderas. Intenta llevar el pecho a los muslos, alargando y estirando toda tu columna. Tus brazos y manos mantenlas rectas con los dedos separados. Alarga tu cuello, así activarás tus piernas y brazos. Poco a poco lleva tus talones hacia el piso, presiona con tus manos y lleva los glúteos hacia arriba. Mantén cinco respiraciones…
Si has practicado yoga, habrás escuchado de tu instructor/a algo similar, mientras camina a tu lado y al de tus compañeros/as de sala, e incluso hace algunos ajustes a tu asana con sus manos para buscar la postura ¨perfecta¨, en el caso expuesto Adho Mukha Svanasana (perro mirando hacia abajo).
En varios manuales y libros se menciona a B. K. S Iyengar como el introductor del término «alineación» en la práctica del yoga, que es aplicada en su método de enseñanza y aprendizaje.
Por otro lado, tenemos a Paul Grilley, creador del Yin Yoga, quien destaca la diversidad de los cuerpos humanos, mencionando que no debe haber reglas fijas en la alineación, ya que cada persona es diferente. Por ende, es el/la practicante quien debe adaptar este concepto a sus habilidades y condiciones físicas; así logrará el equilibrio mental, físico, emocional y espiritual que le permita avanzar en su proceso.
Sigamos la enseñanza de uno de los yogasutras, que dice: «la postura se domina mediante esfuerzo inteligente¨. Es en esta palabra donde me quiero detener, ya que es la clave para comprender la alineación y ¨la perfección del asana¨.
Esfuerzo inteligente
Ser inteligente en la práctica de yoga no es copiar la postura que he visto en Google o en las redes sociales para intentar hacerla, cuando mi actual condición física me lo impide. Ni ubicarme en la sala de práctica y comenzar a mirar a mis compañeros más aventajados y querer hacer lo mismo que hacen ellos, cuando llevo solo un mes practicando. Ni seguir al instructor/a y querer hacerlo igual que lo hace él o ella. Ni practicar por mi cuenta con un vídeo de Youtube y seguir instrucciones sin adaptar todo a mis habilidades. Ni dejar que mi profesor corrija mi postura hasta el punto de sentir dolor y no avisar de que ya no sientes placer con la práctica. Es decir, no es ser inteligente practicar yoga cuando te autolesionas o dejas que las comparaciones guíen tu entrenamiento.
Ser inteligente en la práctica del yoga es tratarte con amor, con respeto y disfrutar de lo que estás haciendo en el momento, de tus movimientos, de tu respiración, de lo que pasa en tu mente, de las sensaciones que llegan a ti, de la energía que un grupo de personas vibrando bonito pueden entregarte y hacerte sentir desde tu esencia.
La alineación, desde nuestro sentir y aplicación, es bastante más simple y gira en torno a tres conceptos base: atención, concentración y respiración. Juntos te permiten sentir tu cuerpo, su rango de movimiento, el máximo que puede dar sin dolor. Toda postura en donde logres tener tu atención, concentración y fluir con tu respiración, disminuirá cualquier posibilidad de lesión y mejorará tu avance con seguridad.
Recordemos que el cuerpo es solo una herramienta, no es el fin en sí mismo, tal como lo realizó Swami Vivekananda, a quien se le considera como el introductor del yoga en el mundo occidental. Se cuenta que él cuando dio su primera clase sorprendentemente no enseñó ninguna postura.
Dedícate a sentir el yoga que vive en ti y disfruta del bienestar que éste te entregará.
Alejandro Torres Retamal. Director Centro DIBI – Bienestar y Desarrollo Humano Integral. Formador de Instructores/as de Yoga y Mindfulness. Gestión Emocional – Coaching – PNL
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