A medida que avanza la edad aumentan algunas manifestaciones inherentes a un proceso tan normal como la vida misma. Es usual que afloren pensamientos, sentimientos y emociones de compleja asimilación. También aquellos relativos a inspiraciones y aspiraciones de mayor profundidad espiritual. Escribe Elsa Beatriz Acevedo.
Es el deseo de unirse con el infinito en búsqueda de mayores y más profundos vínculos el que induce a los mayores a cambiar viejos patrones de vida, en especial aquellos que les ataban al mundo del estrés sostenido, que afecta tanto al desarrollo de una vida sana, tranquila y feliz.
Por tal razón muchos buscan formas diversas de adaptarse a la realidad, esa de la cual algunos desean escapar y otros no aceptan. Es precisamente en esta búsqueda cuando se empieza a hacer patente y hasta necesario alcanzar estados de salud integral meditativos.
Sin lugar a dudas es en medio del silencio interior en donde descansan los mejores estados sanadores y reconciliadores que todos anhelamos. Ya la lucha por lograr la quietud y el control mental no es motivo de angustia, ansiedad ni estrés, porque todo va llegando por sí solo a medida que la vida avanza y la edad aumenta.
Todo cambia; la vida y, lo más importante, la actitud frente a la misma. Al mismo tiempo sobreviene un gran interés en profundizar en la sabiduría aprendida y heredada, al paso que se observan profundos cambios, físicos, mentales, conceptuales y apreciativos sobre el mundo y el mismo ser.
La comprensión, aceptación y manejo de numerosos aspectos en materia de salud, enfermedad, muerte, soledad, amor, compasión y solidaridad cambian totalmente, dando paso a una visión más serena y calmada frente a todo ello.
Y en medio de esta cascada de cambios aparecen numerosas opciones… El yoga y su sabiduría infinita forma parte de ellas, al ser muy recomendable para la salud integral y la mejor calidad de vida. El simple hecho de aprender a respirar correctamente representa un factor muy favorable practicado sin esfuerzo, porque vivir es respirar y respiramos para vivir.
Los beneficios del yoga y las tradiciones meditativas
El yoga, la relajación y sus estados meditativos sumergen en el oasis de la calma, estabilidad, serenidad y equilibrio. Esta forma de vida cambia y fortalece las conexiones mente-cuerpo con infinitos beneficios, a tal punto que se recomiendan como terapias de apoyo a la medicina tradicional.
Pero no se trata solo de sentarnos a esperar a ver qué pasa; escuchar nuestro cuerpo y nuestra mente es uno de los procesos de mayor complejidad y debe necesariamente pasar por varias etapas para dejar ir miedos, inseguridades, tristezas y angustias que afectan la salud integral.
El resultado es fluir con la vida y dejar que la misma fluya a través nuestro, aprendiendo a transformar las experiencias y momentos difíciles en valiosas experiencias de aprendizaje, navegando tranquilos en medio de las turbulencias.
Definitivamente, el yoga y sus aprendizajes nos enseñan el valor de vivir en la quietud, la salud y la paz en momentos de iluminación contemplativa, tan escasos en la convulsionada vida actual.
De la misma manera conocer nuestro cuerpo y sus emociones nos permite soltar ataduras, fluir y dejar fluir en plenitud lo que se vive y se siente en cada etapa de nuestras vidas.
Elsa Beatriz Acevedo Pineda. Investigadora sobre Ciencia, Yoga y Salud Integral.
Asociación Colombiana de Periodismo Científico
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