Me he lesionado algunas veces y me acostumbré a vivir con dolor hasta que, en el viaje de explorar, investigar y probar, descubrí que la panacea no era la práctica de yoga, sino la práctica inteligente. Ésta, junto con el entrenamiento de fuerza, son una combinación perfecta, aunque muchos no aprovechen el equilibrio general que se ofrecen entre sí. Escribe Nita Miralles.
El yoga es una actividad única gracias a que se trabaja la flexibilidad y alivia el estrés a través de la respiración. Esto, junto con el desarrollo muscular que te aporta el entrenamiento de fuerza, te brinda un cuerpo equilibrado, que tiene un impacto directo sobre mente, cuerpo y alma.
Incluir la fuerza de forma consciente con ejercicios específicos dentro o aparte de tu práctica sólo podrá traerte una cosa: beneficios.
A veces se escucha que practicar así te saca del plano espiritual y del flow. Realmente, lo que te saca del flow es lesionarte por dogmatismo.
Practicar yoga o cualquier actividad de forma inteligente conlleva tomar consciencia de cuáles son nuestros puntos débiles –dónde sentimos dolor, qué zonas solemos lesionarnos, qué tendemos a evitar o no nos gusta a hacer– y realizar ejercicios específicos para que esos puntos débiles dejen de serlo.
Para ello podemos usar “la movilidad”, además de aprovechar el impacto tan positivo y rápido que tiene hacer ejercicios de fuerza (a veces, con peso) para evitar lesiones, mejorar compensaciones y desequilibrios físicos.
La práctica de yoga junto con el entrenamiento de fuerza son una combinación perfecta, aunque muchos no aprovechan el equilibrio general que se ofrecen entre sí.
En la práctica de yoga en sí misma podemos desarrollar más fuerza estando más tiempo en una postura de forma activa, que es lo que se llama “isométricos”.
La práctica de posturas junto con una respiración nasal hace de la disciplina del yoga una herramienta única. Además, de forma colateral no sólo afecta a tu mente sino también a tu cuerpo, pero hemos de admitir y aceptar que tiene algunas carencias que pueden ser compensadas por el entrenamiento de fuerza.
Por ejemplo, sabemos que la calidad y la cantidad de masa muscular son dos variables muy importantes de cara a mejorar la calidad de vida y la esperanza de ésta, y sin embargo el yoga es una disciplina que tiene baja capacidad para generar masa muscular.
Unir la fuerza de los grupos musculares con la intención funcional eficaz
Desarrollar fuerza en los hombros y el pecho puede estabilizar tu chaturanga y ayudarlo a lograr equilibrios sobre brazos más avanzados, por ejemplo, así como evitar lesiones por el desequilibrio que se produce al realizar mucho más empuje que tirón (más pushing que pulling).
Las sentadillas y el peso muerto fortalecen tus piernas y tu core, reforzando tu práctica en general.
Ejercicios que requieran potencia desarrollan las fibras musculares de contracción rápida, aumentando su velocidad y potencia en el yoga.
El yoga es excelente para desarrollar la fuerza uniforme en todo el cuerpo, y el entrenamiento específico de fuerza brinda seguridad y sostenibilidad.
El trabajo de fuerza de forma aislada se queda claramente a medias, pero las asanas de yoga también tienen carencias, como por ejemplo el tirar (pull) que no existe en la práctica una vez desarrollada la fuerza.
El entrenamiento de fuerza habilita a tus músculos para trabajar correctamente, pero solo de manera aislada muchas veces. El yoga te reconecta con tus patrones de movimiento naturales, lo que te permite emplear mejor tus músculos en movimientos más compuestos y complejos. El yoga también desarrolla las fibras musculares de contracción lenta, lo que aumentará tu resistencia en otras actividades.
Una fusión ventajosa
Algunas posturas de yoga requieren un cierto nivel de fuerza bruta y otras pueden beneficiarse enormemente de la estabilidad y resistencia muscular. Todo lo cual se puede mejorar mediante el entrenamiento de fuerza y movilidad.
Ciertamente se puede ver la fusión exitosa de yoga y entrenamiento de fuerza: un cuerpo de yoga tan estético como saludable, tan fuerte como flexible, lo cual repercutirá en una menor probabilidad de lesiones e incluso eliminarás dolores o molestias que no sabías de dónde procedían.
Nos queda otro elemento a entender, que es el de la fuerza funcional.
No se trata de ganar fuerza por ganar fuerza, o levantar peso por levantar peso. Lo que queremos es un cuerpo funcional para la vida, es decir, usar la movilidad (entendida en este caso como el equilibrio ideal entre fuerza y flexibilidad) para cualquier cosa; ya sea correr para que no se te escape el autobús, empujar tu coche averiado en la autovía, escalar unas rocas o traer la compra a casa sin dolor en la espalda.
En conclusión, una práctica combinada de yoga y entrenamiento de fuerza maximizará la fuerza de manera uniforme en todo el cuerpo, te permitirá tener un cuerpo más funcional, deshacerte de dolores, prevenir lesiones, y consecuentemente vivir más en paz.
Mi Templum
Por último, quiero compartir este nuevo proyecto Mi Templum para construir, cultivar y sostener tu templo, un lugar en el que en vez de quejas y dolor sea un espacio de alegría donde quieres vivir toda tu vida.
Es un proyecto muy especial ya que reúne de una forma holística los ingredientes que requerimos para nuestro camino de transformación y crecimiento. Encontrarás un programa de movilidad, de fuerza, y de filosofía; donde además de clases grabadas, tendrás directos para resolver dudas y talleres sobre el dolor, el sistema nervioso y mucho más.
Nita Miralles es profesora de yoga / info@elreinodenita.com
www.mitemplum.com
https://www.instagram.com/reinodenita/
@reinodenita