Pratyahara, el gran olvidado del Yoga

2021-08-05

En efecto, Pratyahara es el aspecto del Ashtanga Yoga (junto con Samadhi) más olvidado o desconocido, casi ausente en cualquier libro o texto de yoga y prácticamente ajeno para la mayoría de practicantes e incluso para muchos profesores. Escribe Juan Ortiz.

Se habla mucho de asanas, pranayama, meditación, relajación… pero apenas se comenta sobre pratyahara. Se olvida o no se tiene en cuenta la importancia de este quinto miembro del sistema Yoga tal como lo recopiló, sistematizó y ordenó Patanjali.

Su importancia es tal que sin experimentar Pratyahara no se puede acceder al Sanyama (proceso superior y trascendental del sistema Yoga y de la propia evolución y desarrollo humano); es la llave que permite tender puentes entre lo humano de nuestra naturaleza y el Ser o lo Esencial que realmente somos.

Pratyahara se traduce como interiorización, recogimiento o control de los sentidos, y no es posible ningún tipo de cambio o transformación auténticas sino se logra esta absorción interior que nos permite liberarnos de los interminables estímulos externos que percibimos a través de los sentidos, las ventanas que nos abren al mundo exterior.

Pratyahara no se trata de ningún tipo de evasión, represión o mortificación  de los sentidos, sino el control y el uso adecuado de todo aquello que vamos recibiendo del mundo en torno.

Los sentidos son un regalo de la evolución y una bendición para nuestra experiencia vital, y cumplen una función vital en nuestra existencia; eso está muy claro. Pero es necesario un trabajo serio y consistente que nos libre de la esclavitud de los sentidos, aprendiendo a manejar mejor nuestras experiencias vitales.

También debemos ser conscientes de que no se puede avanzar en la propia realidad existencial sin que logremos acceder a los fabulosos tesoros y potenciales internos, y para ello es necesario cierto recogimiento y capacidad de interiorización, libres de las distracciones y múltiples engaños de la realidad y sus efectos distorsionantes.Y esto es Pratyahara o, como yo lo llamo, Pratyahara interno.

Pratyahara externo

Pero también se puede hablar de un Pratyahara externo, que es un concepto no habitual en la interpretación habitual de Pratyahara pero no menos importante y que, al mismo tiempo, complementa el trabajo yóguico. Pratyahara externo significa abrir bien los sentidos y dejar que nos entren los estímulos adecuados para saborear y aprehender la vida en todo su esplendor y dimensión ilimitada y bella; pero esta apertura debe ser consciente y manejada con ecuanimidad y equilibrio.

Los dos (Pratyahara interno y Pratyahara externo) están perfectamente unidos y son parte del proceso individual de autodesarrollo: es necesario apertura a la vida en todas sus manifestaciones y, al mismo tiempo, apertura al misterio interior, que es posible con recogimiento y profundidad y con auténtica serenidad.

En cierta medida todas las técnicas y medios del yoga ya conllevan un trabajo de pratyahara y recogimiento, pero además existen métodos específicos de pratyahara para el practicante que desee emprenderlos.

Técnicas de Pratyahara

Existen muchas técnicas o posibilidades para trabajar y profundizar en pratyahara. De hecho, todas las herramientas del yoga y de todas las aportaciones culturales de la humanidad incluyen, en alguna medida, la experiencia de introversión y recogimiento que son esenciales para todo avance o desarrollo armónico de la vida humana.

Vamos a señalar y explicar solo una técnica para que los lectores puedan practicar:

Sanmukhi Mudra o Yoni Mudra

Sentados en postura de meditación, tapamos los orificios del rostro con las dos manos de la siguiente manera: los pulgares de las dos manos cierran el orificio de los oídos, los índices presionan ligeramente y se colocan sobre los ojos cerrados, los dedos medios presionan ligeramente cada uno su correspondiente aleta nasal para bloquear parcialmente la respiración nasal (no bloquear del todo y dejar pasar algo de aire para que el ejercicio no sea incómodo), los dedos anulares se colocan por encima del labio superior, los dos meñiques por debajo del labio inferior.

Se mantiene de 1 a 3 minutos, y cuando haya más experiencia en la práctica de la técnica, se podrá aumentar más el tiempo de duración del ejercicio. Transcurrido ese tiempo, se bajan las manos y se medita un instante sobre los efectos y el estado inducido por este poderoso mudra; si se desea, se puede repetir alguna vez más pero sin abusar excesivamente, especialmente si no se tiene mucha experiencia en la práctica de estas técnicas.

Aunque parezca una técnica sencilla y muy asequible, en realidad es una herramienta poderosa que produce un estado de profunda conexión interior y abre la posibilidad de experimentar estados de conciencia y recogimiento profundos.

Algunas personas sienten rechazo por esta técnica pues les produce cierto agobio y, a veces, miedos irracionales.

Por lo demás, tiene innumerables ventajas y beneficios:

  • –Calma y tranquiliza la mente y el sistema nervioso.
  • –Elimina el bullicio ,las prisas ,el estrés y las excesivas y frecuentes obsesiones psíquicas.
  • –Interioriza y recoge hondamente los sentidos y la mente.
  • –Produce un centramiento de la propia energía individual y supera la dispersión y agitación nerviosa.
  • –Nos coloca en un estado adecuado para que emerja naturalmente el estado de Dharana (Concentración)y Dhyana (Meditación).

“Entra tan dentro, tan dentro de ti,
que nada pueda molestarte o afectarte.
Y luego… tienes que ser capaz
de salir y proyectarte al mundo.
Siempre de una manera constructiva.
renovada y nueva.
Y eso es Pratyahara.”

Juan Ortiz. Fundador y director de Escuela de Yoga Dhyana (Murcia).

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