Conversamos con Swami Satyananda Saraswati sobre la figura de Swami Papa Ramdas, el yogui peregrino devoto de Ram, cuyo diario de viajes a través de los centros sagrados de la India acaba de publicarse en ediciones Advaitavidya.
Swami Satyananda Saraswati es gran conocedor del formidable bhakti yogui que fue Swami Ramdas, cuyo libro El peregrinaje de un yogui ha sido editado recientemente por Ediciones Advaitavidya. Para situarnos diremos que esta obra es la fascinante historia de cómo el joven Vittal Rao, nacido en 1884, abandonó el mundo por amor a Ram (el Señor Supremo, que habita en cada átomo de cada ser, que es el Alma de todo y de todos) y, tomando el nombre de Ramdas, viajó por toda la India, moviéndose por los grandes lugares sagrados del hinduismo, desde los grandes Kshetras y Tirthas del Sur de India, como Rameshwaran, Tirupati y Chidambaram, hasta las santas cumbres himaláyicas, pasando por Varanasi, Mathura y Vrindavan, y muchos otros lugares de peregrinación. La lectura de este diario ya merece la pena solamente por ser guiado, de la mano de este gran sabio, por todos estos centros de enorme sacralidad.
Pregunta: Swami Satyananda Saraswati, ¿qué puede decirnos del proceso yóguico de Swami (Papa) Ramdas?
Respuesta: Swami Ramdas era un yogui quien, como muchas otras personas, pasó por una intensa crisis en la que se dio cuenta de que nada tenía sentido en su vida. Afortunadamente para él, en ese momento recibió una iniciación que le abrió a un nuevo espacio, generando un gran cambio en su interior. A partir de ahí empezaron años y años de búsqueda, de práctica, de repetición del nombre divino, de meditación, de buscar la compañía de mahatmas que le pudieran guiar e inspirar. Finalmente, después del encuentro con Ramana Maharshi y de recluirse en una cueva en la montaña sagrada de Arunachala, quedó plenamente establecido en la Conciencia suprema.
P: ¿Cuál sería la enseñanza más importante de Papa Ramdas?
R: Papa Ramdas veía a Ram en todo. Ocurriese lo que le ocurriese en su vida, él veía únicamente la acción de Rama. Durante su peregrinaje, si alguien le daba ropa para taparse porque hacía frío, él veía que era Ram quien se la había dado para abrigarle; si alguien se la robaba, él veía que era Ram quien se la había quitado porque en ese momento tenía que pasar frío. Si subía en un tren y el revisor era amable con él y le dejaba viajar sin billete, era porque Ram quería que viajase rápido; si el revisor le echaba, era porque Ram quería hacerle bajar en ese preciso lugar. Ramdas estaba plenamente establecido en santosha, el contentamiento total, así vivió sosteniendo esta visión aunque no fueran situaciones fáciles. A la vez, estaba completamente inmerso en la repetición del mantra; esta fue su sadhana, su práctica espiritual.
P: ¿Por qué es tan importante la iniciación en el mantra?
R: La iniciación en el mantra es fundamental porque es como un segundo nacimiento.Por eso a los brahmanes que han sido iniciados en el gayatri mantra se les llama “nacidos dos veces”. La iniciación tuvo en Papa Ramdas un impacto tan fuerte que la repetición constante del mantra de om sri ram jay jay ram se convirtió en el pilar más importante de su sadhana.
P: Como ha dicho, Ramdas nunca volvió de su peregrinaje, renunció a todo, ¿significa eso que la renuncia es el único camino?
R: Para nada. El mismo Papa Ramdas también dijo: “Mientras llevas a cabo los deberes de tu vida, siéntete como un instrumento en las manos de la divinidad”. En lugar de decir “yo, yo, yo”, nos anima a sentirnos como un instrumento que hace el trabajo de la divinidad, que estamos cumpliendo con su propósito de traer armonía a este mundo, sin sentir ningún logro como nuestro. Es lo mismo que hacen los grandes mahatmas: podrían estar retirados en su propia dicha, pero actúan de forma desinteresada, sin propósito egóico, entregándose constantemente, dando enseñanza y actuando para el beneficio de todos los seres.
P: ¿Tenemos que pensar en Ram como en una divinidad con nombre y forma?
R: No. Ramdas utilizaba el nombre de Ram en sentido trascendente, como la divinidad que está más allá de todo nombre y forma pero que también es totalmente inmanente, se refería al Absoluto. Papa Ramdas hacía énfasis en que, bajo cualquier nombre con el que uno se dirigiese a esa divinidad (ya fuese Krishna, Shiva, la Devi, Ram o el atman), uno debía amarla más que a cualquier otra cosa.
Pero nunca podemos reducir la divinidad al nombre, ni describir la experiencia de la divinidad porque la mente es conceptual, limitada, está en el tiempo, el espacio, la causa y el efecto. Toda descripción, todo nombre es solo una indicación, porque la palabra implica siempre una idea, mientras que lo divino es trascendente, y es en esta Consciencia trascendente en lo que debemos meditar.
P: ¿Qué podemos aprender de Swami Ramdas para recorrer el camino del yoga?
R: Papa Ramdas decía que el primer paso indispensable en el camino espiritual es tener una intensa aspiración. Tenemos el condicionamiento de una sociedad en la que nada es intenso pero todo es abundante: mucha información, muchos libros, mucha música, etc., pero ¿cuántas de esas cosas vivimos con intensidad? Hemos de ser intensos en nuestra práctica yóguica, en nuestra determinación, en nuestra fuerte aspiración al infinito, a lo trascendente, a lo real, a lo que Somos. Esto requiere de vairagya (desapego) porque nuestro mundo mental limitado se va a caer para que emerja otro mundo mucho más luminoso, con menos conceptos, desapegado del personaje efímero y asentado en una Consciencia siempre existente. A la vez, actuando en este plano de existencia con total excelencia porque lo trascendente existe en lo inmanente y sacralizando cada instante de nuestra vida, si no sería una mera especulación.
Ediciones Advaitavidya publica el libro de Papa Ramdas Peregrinaje de un yogui. Una traducción al español del fascinante peregrinaje que realizó este gran mahatma por la Índia en la que describe, él mismo, su iniciación, su aspiración y su entrega absoluta a la repetición del mantra hasta fundirse completamente en la dicha de la Conciencia.
Este volumen incluye el prólogo de Swami Satyananda Saraswati. Más información en: https://advaitavidya.org/es/