Han sido muchos los que en las últimas décadas han levantado la voz previniendo de la adulteración, degradación o incluso prostitución a las que el yoga iba a ser sometido. Y ha habido voces de una extraordinaria solvencia en el campo del yoga y del orientalismo. Escribe Ramiro Calle.
Occidente ha contado con orientalistas de extraordinarios conocimientos teóricos y prácticos y que hasta donde han podido han velado por la sabiduría oriental. No cabe duda de que cuando una Enseñanza comienza a ser distorsionada y mercantilizada, al final nada queda de la esencia de esa verdadera Enseñanza. Así ha sucedido con el yoga, el tantra, el zen, el vedanta, y, sin ir tan lejos, con el cristianismo.
Cuando yo llegué al yoga, o el yoga, por fortuna, llegó a mi, allá por el 1960, había autores serios que trataban de contrarrestar una corriente pseudoyóguica, si bien nadie hubiera podido pensar entonces, ni siquiera el más intuitivo, que el yoga pudiera ser adulterado hasta tal grado y que los ávidos y desaprensivos lo convirtieran en un espectáculo circense lo fragmentarían hasta lo más esperpéntico.
Cuando he ido a París para, entre otras cosas, adquirir magníficos libros de orientalismo y visitar museos de arte asiático como orientalismo como el Guimet o el Cernuscci, me he alojado a menudo a dos manzanas de la que fuera la residencia del pensador y escritor René Guénon, al que comencé a leer con entusiasmo desde muy joven. En 1938 declaró:
«Cuidado con los charlatanes que buscan sacar provecho de cualquier idea inspirada más o menos vagamente en el yoga para fines que no tienen nada absolutamente de espiritual. Una advertencia así no es ciertamente inútil».
Y en 1948, clarividentemente, aseveró: «Demasiadas iniciativas más o menos charlatanescas se esconden hoy bajo el nombre usurpado de yoga, empresas que además deben su éxito exclusivamente a la completa ignorancia en que se encuentran la inmensa mayoría de los occidentales frente a las cosas de la India y podríamos decir que frente a las cosas de Oriente en general».
La entrada de un marketing hipócrita, desmesuradamente ávido y perverso en el mundo del «yoga» ha sido una verdadera catástrofe. En el campo de la espiritualidad, y tomándola como pretexto, siempre han abundado los caraduras, pero, y como indica acertadamente mi entrañable amigo y editor Agustín Pániker, moviéndose tanto dinero en el terreno del yoga, han aumentado muy considerablemente. Esas empresas y «monopolios» del «yoga» que quieren adueñarse del mercado «yóguico» por un impúdico afán de conseguir dólares o euros, enfangan más la situación. Y como me decía el catedrático Pío Filippani Ronconi -una indiscutible autoridad en el orientalismo-, la gente está ciega y no se da cuenta de que, al apoyar a estos falsarios, están fortaleciendo al enemigo.
Es de esperar que algún día se «queme» la moda del «yoga» circense o yoguismo, y las personas con un verdadero sentido de búsqueda, pongan lo mejor de su empeño para conectar con la verdadera Enseñanza. No se trata de morir siendo el más flexible, sino el más evolucionado que se pueda y más sabio.
Nota:
Tras sesenta años en la senda del yoga y más de cincuenta impartiendo enseñanzas, he escrito el libro El milagro del yoga (Editorial Kairós) para tratar de mostrar lo más esencial de esta gema que es la disciplina yóguica y que, como dice Mircea Eliade, es el «eje espiritual de la India» pero que lo es también sin duda de todo Oriente. Soy autor de una treintena de obras sobre yoga en sus distintas modalidades, pero en El milagro del yoga he tratado de enfocar lo mejor que me ha sido dado lo que muchos, intencionadamente y para su provecho, desenfocan. Hay en nuestro país un notable número de profesores íntegros y que no deben cejar en su noble intención de velar por el verdadero yoga e impartirlo con el rigor deseado. Volviendo a Pío Filippani Ronconi, que ya desencarnó hace años, él me indicaba que en un futuro seguramente Occidente le devolvería a la India, saneada, la verdadera Enseñanza.
Ramiro Calle
Más de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines.
En su canal Youtube podéis visionar gratuitamente los documentales Viaje a los adentros, Ramiro Calle, El Ramiro más íntimo y Sadhaka, la senda del yoga. Asimismo decenas de clases de hatha-yoga y meditación a partir de sus conferencias, talleres y seminarios. https://www.youtube.com/results?search_query=ramiro+calle
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