Para la mayoría de nosotros, estos meses pasados han supuesto un paréntesis. Un paréntesis que nos ha permitido desacelerar el ritmo de nuestra vida, observar hacia dónde nos estábamos encaminando y revisar, incluso, nuestras prioridades vitales. Escribe Escuela de Yoga Mahashakti.
Es momentos así, es completamente lógico que hagamos balance de cómo estamos y veamos más claro que nunca que necesitamos introducir cambios en nuestro día a día. Quizás nos hemos dado cuenta de que hemos afrontado la situación de confinamiento con mucho miedo, rebeldía o ansiedad; puede que nos hayamos sorprendido a nosotros mismos perdiendo los nervios en más de una ocasión, o puede que nos haya superado la pereza y nos hayamos visto arrastrados por la falta de motivación.
En cualquier caso, es probable que muchos de nosotros hayamos constatado que hay ámbitos o esferas de nuestra vida que precisan ser revisadas, mejoradas o modificadas por completo. Por ello, en esta época del año y en esas circunstancias en las que nos encontramos, hay tantas personas buscando información sobre nuevas formaciones, talleres especializados y cursos. En ocasiones, lo que se persigue no es tanto obtener otro título o cambiar el rumbo profesional, sino más bien ahondar en el propio desarrollo personal, ampliar nuestro bienestar y aprender a vivir con mayor consciencia.
Por esta razón, hay muchas Escuelas de Yoga que planteamos las formaciones desde una doble vertiente. Por un lado, están dirigidas a gente que quiera formarse como profesor o profesora de yoga, obtener su certificación y empezar a impartir clases. Por otro, están pensadas también para todos aquellos que, no estando interesados en dedicarse profesionalmente al yoga, quieran iniciarse y profundizar en este método. De hecho, gran parte de nuestros alumnos comienzan el proceso formativo sin tener la intención de abrir grupos o dar clases, aunque, con el tiempo, algunos acaban sintiendo el gusanillo y se animan a ello.
Sea cual sea la motivación para iniciar un nuevo camino formativo, conviene tener en cuenta varias cosas. En primer lugar, hace falta tener una motivación fuerte, una aspiración que nos impulse a transformarnos interiormente, sin pausa y sin pereza. Además, es imprescindible que estemos dispuestos a reconocer no sólo nuestras partes oscuras, sino también las más luminosas, esas que en el Yoga Integral tanto invocamos. Por último, es fundamental que estemos dispuestos a comprometernos seriamente, ya que el camino del yoga necesita rigor y disciplina para dar sus frutos. Lejos de ser una varita mágica que todo lo cura, es un método muy estudiado que consta de una serie de pasos y exige esfuerzo, compromiso y constancia.
Por tanto, si a raíz de estos meses de paréntesis obligado, si a raíz de esta situación de parón que hemos vivido, sientes la llamada de la transformación personal, si estás dispuesto a comenzar un sendero luminoso y tienes ganas de trabajar a fondo contigo mismo, no descartes iniciar una Formación de Profesores de Yoga. Tanto si tienes intención de ser profe como si no, es una excelente manera de aprender y descubrir que, más allá de los velos de la mente y de los sentidos, hay una realidad mucho más benévola y hermosa de la que imaginas.
Escuela de Yoga Mahashakti.
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Más información sobre la Formación de Profesores/as de Yoga Integral: https://www.escuelamahashakti.com/formacion-de-profesores-de-yoga-integral/