Es fácil colgar en las redes sesiones de yoga grabadas o charlas más o menos improvisadas. Pero profesionalizar un programa a largo plazo lleva su tiempo, y es previsible que las personas de mirada clara puedan darse cuenta de ello… Escribe María Mireth.
A todos nos ha pillado por sorpresa esta situación. Muchas personas no somos partidarias de ofrecer yoga online y estamos aprendiendo nuevas formas de adaptar nuestro centro educativo. Pero siento que no es tiempo de pararse a criticar o comparar nuestros diversos enfoques. Hay quien decide cerrar y no dar ningún servicio ante una situación de orden mayor, con la esperanza de recuperar la actividad a la vuelta, y hay quien prefiere hacer una readaptación hasta ver que va pasando. Todo depende de los gustos y circunstancias de cada persona, y estará bien la dirección que cada cual tome y los resultados que recoja.
A mi parecer, todo en su justa medida puede estar bien. En este tiempo, ofrecer eventos solidarios es necesario, pero eso no es incompatible con dar a entender el valor de la enseñanza y de los cursos. Ya hemos visto que conseguir y mantener cierto estado centrado, de apertura, resolución de frustraciones y disciplina no llega de la noche a la mañana solo por ponerse a practicar durante la cuarentena. Lo esencial es la labor docente, la dirección que damos a nuestras instrucciones y los programas evolutivos con evaluación de calidad.
Impulsar la creatividad en estos tiempos
Os dejo varias líneas de trabajo posibles:
1. Introducir en nuestra cultura empresarial más RSC (Responsabilidad Social Corporativa), como forma de relacionarnos en la vida laboral, en este caso ofreciendo yoga a los empleados en cursos online o facilitando con bonos para ir a centros. Esta es una posibilidad de ofrecer más alegría, participación, profundidad y de incentivar la colaboración entre empresas en beneficio de psicofísico de las personas.
2. Es importante escuchar las necesidades de los alumnos, reafirmarnos en la idea de que nuestra labor de enseñar las técnicas del yoga es un servicio dirigido a cada persona. Tenemos que preguntar a nuestros alumnos cómo están, hacerles preguntas sobre sus necesidades y motivaciones e introducirlas en las sesiones. Además, hay que ser conscientes cuando exigen cosas que poco tienen que ver con el yoga y sí con el mundo superficial del consumo en el que vivimos, y saber dirigirlo.
Es esencial que sepamos hacer entender a nuestro/as alumno/as el valor de lo que estamos aportando, y que quizás no responda a sus expectativas y no tiene por qué ser malo, ya que el docente es el que conoce las indicaciones y el orden del camino. Hacerles ver que sus necesidades de distracción, de novedad o sus carencias nunca podrán ser solventadas por otras personas, más que por ellos/as mismo/as, y que eso nos ayuda en la comprensión entre las personas, lejos del ritmo vertiginoso que roba la sensatez y el sentido de comunidad, en valor de la docencia.
3. Apostar por la calidad en la actividad e-learning. Hacer nuevos programas incorporando novedades es importante, pero no tenemos por qué hacerlo deprisa y corriendo por miedo o precipitación. Crear un portal nuevo de e-learning lleva su tiempo: definir los pasos, valorar los recursos y posibilidades, adaptar los programas a unos objetivos, cuidar la calidad de los resultados… Es fácil colgar en las redes sesiones grabadas o charlas más o menos improvisadas. Pero profesionalizar la enseñanza a largo plazo lleva su tiempo, y es previsible que las personas de mirada clara puedan darse cuenta de ello.
4. Crear un plan de acción. Aunar tu experiencia con el pensamiento creativo, combinar la mente abierta con la motivación de proponer algo nuevo, es una energía muy poderosa. Comparte tus nuevas propuestas con personas de confianza, con tus maestros, con alumnos avanzados, con amigos, antes de presentarlas «oficialmente», y que te digan sus impresiones. Crear un plan de acción siempre tiene que nacer de esa preciosa inteligencia de ser que se mueve contigo, con otros y en los sistemas.
María Mineth. Profesora de Yoga y Diseñadora. Formadora de Yoga Somático.