En esta sección Javier Ruiz Calderón ofrece respuestas a nuestras dudas sobre el yoga, su filosofía y sus técnicas desde una visión de la tradición yóguica actualizada y crítica. Todos estamos invitados a escribir a Javier a info@yogaenred.com planteando nuestras dudas o incertidumbres.
Pregunta: ¿Qué dice la filosofía del yoga sobre la muerte?
Respuesta: Como siempre recuerdo, hay muchas filosofías del yoga; pero prácticamente todas ellas están de acuerdo en lo que piensan sobre la muerte. El capítulo segundo de la Bhagavad Guita, en que Krishna le explica a Árjuna por qué tiene que cumplir su deber (dharma) de luchar por la justicia, expone muy dramática y bellamente estas ideas.
Lo primero es recordar que nuestra esencia más profunda, que aspiramos a conocer mediante la práctica del yoga, no nace ni muere. Es eterna, intemporal e inmutable. Nuestro ser más profundo, que es el verdadero ser de todas las cosas, es la Realidad absoluta, la Conciencia pura, infinita, indivisible y perfecta. ¿Entonces no somos este individuo que creemos ser? Podríamos decir que no somos solo este individuo. Esta persona que escribe estas palabras es una apariencia, una manifestación mía, igual que lo es todo este universo; pero Yo no estoy limitado a este ser humano. Comprender o percibir directamente eso es alcanzar la inmortalidad (Ámrita): esa es la meta del yoga. Como dice el célebre mantra: ir «de lo irreal a lo Real, de la oscuridad a la Luz, de la muerte a la Inmortalidad»; y, así, encontrar la Paz.
Ahora bien: aunque en realidad seamos el Yo Supremo (el Paramatman) inmortal, mientras no somos conscientes de nuestra verdadera naturaleza y nos seguimos identificando con el yo limitado (el jivatman), creemos que nosotros y nuestros seres queridos vamos a morir, y eso nos puede asustar o entristecer. Por eso, después de exponer lo anterior Krishna nos recuerda que para todo lo que nace, la muerte es inevitable; que un carácter común a todas las cosas y seres limitados es que al principio no existen, después existen un tiempo y después dejan de existir.
¿Por qué entristecerse, pues, ante lo que no se puede cambiar? La actitud sabia ante ello es la de aceptación. Rebelarse contra lo inevitable solo produce sufrimiento. El yogui cultiva la cualidad de santosha, el contento o ecuanimidad interior ante los pares de opuestos como el placer y el dolor, la alabanza y la crítica, el frío y el calor. Y toda la práctica del yoga nos va adiestrando en esta actitud ecuánime y serena, sáttvica, que al final desemboca en la Conciencia Absoluta, en la Inmortalidad. Recordemos la gran definición del yoga que da Krishna poco después: «el yoga es la ecuanimidad» (samatva).
Podríamos ampliar la reflexión refiriéndonos ahora a la reencarnación y la ley del karma, pero me parece que los dos puntos anteriores son los más importantes. Un abrazo a toda la comunidad del yoga en este retiro forzoso que nos hemos encontrado. ¡Om namah Shivaya (saludo a lo Infinito en cada uno de vosotros)!
Javier Ruiz Calderón (Shánkara) es doctor en filosofía especializado en pensamiento indio y filosofía de la religión. Es profesor en la Universidad Comillas (Madrid) y discípulo de Amma. Lleva cuarenta años estudiando y practicando yoga, vedanta y meditación. Enseña esas disciplinas, así como sánscrito y canto védico, y ha publicado seis libros y docenas de artículos sobre esos temas (www.jruizcalderon.com).
Actividades en curso (solo a distancia de momento): Clases de Filosofía y meditación; seminario Estudio de la Bhagavad Gītā; curso Introducción al advaita vedānta. Próximamente: cursillo de verano de Introducción al sánscrito. (info@jruizcalderon.com)