Nada ni nadie puede evitar que nos contagiemos de este virus si nos topamos con él de frente (los profesores y practicantes de yoga también enfermamos, no somos dioses), pero seguramente tengamos una recuperación más rápida y favorable si somos practicantes de pranayama. Escribe Víctor de Miguel.
Nos están tocando pasar tiempos de incertidumbre, de miedo, desconfianza, distanciamiento; tiempos de querernos más, tiempos de cuidarnos más a nosotros mismos y a los demás, tiempos de hablar con gente con la que no hablábamos hace años, tiempos de aprender a cocinar…
Cuando todo esto empezó, o cuando ya había empezado y nos quisimos dar cuenta, pudimos leer y escuchar a expertos asesorándonos cómo debíamos comportarnos ante el coronavirus y sus daños colaterales. La gran mayoría coincidía en que debíamos fortalecer nuestro sistema inmunológico dando recomendaciones como el hacer algo de ejercicio, comer saludablemente, dormir las horas necesarias, reírnos todo lo posible, reducir el estrés, etc. Pero en ningún lado escuché o leí que respirásemos de una forma correcta.
La correcta respiración es uno de los mejores hábitos que podemos tener para fortalecer el sistema inmunológico. Solamente con la respiración abdominal ya estamos mejorando y fortaleciendo nuestro sistema inmunológico. Entre los beneficios que podemos enumerar en esta respiración abdominal o diafragmática serían los siguientes:
1.- Disminuye de manera notable la frecuencia eléctrica del cerebro en varios hertzios. Esto, dicho en otras palabras más entendibles, se podría traducir como que «rebaja» nuestros pensamientos, y a menos pensamientos, menos preocupaciones. Cuando estamos estresados nuestro nivel de ondas cerebrales se incrementa.
2.- La respiración abdominal también ayuda a disminuir el nivel de cortisol, hormona que segregamos cuando nos encontramos en situaciones de estrés.
3.- Ayuda igualmente a equilibrar el sistema nervioso autónomo.
4.- Ayuda a retardar el envejecimiento segregando la hormona del crecimiento.
5.- Mejora la calidad del sueño.
6.- Aumenta la liberación de serotonina (regula los estados de ánimo) y otras endorfinas (hormona del placer, felicidad, etc.) que mejoran nuestros estados de buen humor y las sensaciones de bienestar.
7.- La respiración abdominal activa nuestro sistema nervioso parasimpático, que es el que nos ayuda a volver a estados de calma después de situaciones estresantes.
Si observamos estos beneficios y los comparamos con los consejos dados por los expertos, ya sólo con la respiración estaríamos cubriendo gran parte de dichas recomendaciones; nos faltaría únicamente cubrir el consejo de una alimentación saludable.
Hace días leí en un artículo de Estados Unidos un comentario que decía que los practicantes de yoga seríamos unos privilegiados ante este covid-19 porque estamos acostumbrados a trabajar con unos patrones respiratorios diferentes al resto de personas que no practican yoga. Yo incluiría a practicantes de Tai Chi, Chi Kung, etc, que sí trabajan de una manera determinada la manera de respirar.
Estos patrones respiratorios nos ayudan a tener unos pulmones fuertes, un aparato respiratorio en buen estado.
Nada ni nadie puede evitar que nos contagiemos de este virus si nos topamos con él de frente (los profesores y practicantes de yoga también enfermamos, no somos dioses), pero seguramente si enfermamos tengamos una recuperación más rápida y favorable.
Curioso me parece que haya afectado más gravemente a la tercera edad y en mucha menos medida a los menores. Si nos atenemos a la respiración y sabemos que los menores son los que mejor respiran y los mayores los que peor, podemos sacar conclusiones aunque no seamos médicos. Recuerdo las palabras de un profesor que decía que según vamos envejeciendo y no hacemos ejercicio, nos vamos encorvando, dificultando así el poder hacer una respiración correcta, al atrofiarse los músculos pectorales; todo lo contario a los jóvenes, siempre con el pecho “abierto”.
El coronavirus afecta directamente a nuestros pulmones encharcándolos de flema y dificultando nuestra respiración. Tenemos “armas” suficientes con las técnicas de pranayama que trabajamos en yoga para ayudar a mantener en un estado óptimo todo nuestro aparato respiratorio.
Sólo daría un consejo de práctica: la respiración yóguica completa y el trabajo y práctica con vuestros profesores de yoga; ellos os guiarán en las diferentes técnicas de Pranayama.
Víctor de Miguel es profesor de yoga y fundador y organizador del Madrid Yoga Congress.