Ser Profesor de Yoga

2020-02-03

Este artículo analiza la oportunidad y la responsabilidad que tenemos todos los que nos ocupamos de una forma u otra de expandir la enseñanza del yoga, de recuperar sus fundamentos mediante la adecuada formación de las próximas generaciones de profesores de yoga. Escribe Fernando Arroyo.

Kavaalya

El Yoga en la actualidad

El yoga se originó hace 15.000 años en India y su efectividad como proceso orientado al bienestar ha hecho que perdure hasta nuestros días. El yoga está ahí simplemente porque funciona. Y hoy, aunque en los países occidentales se enseña de una forma completamente distorsionada, continúa expandiéndose.

Yoga es una palabra que está adquiriendo una importancia que no deja de crecer. Parece que todo el mundo hace yoga, de forma que incluso el que no lo practica piensa que debería hacerlo. Cualquiera que no sepa nada de yoga al ser preguntado diría que tiene un impacto positivo en el cuerpo y la mente. Esta fama creciente ha hecho que la demanda de clases de yoga suba sin parar y que la apertura de centros prolifere en todos los países.

El problema es que la calidad del yoga que se imparte está decayendo a un ritmo frenético, porque la demanda es mayor que la oferta, y eso hace que profesores de educación física, profesionales del baile, entrenadores de gimnasios o practicantes de pilates, etc, cambien de actividad por la de profesores de yoga.

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Las raíces del yoga

El crecimiento en sí no debe ser motivo de preocupación, pero sí la pérdida de los fundamentos, y no por el hecho cultural, sino porque sin ellos no funciona y se convierte en una moda que pasará antes o después. El yoga sin sus raíces no merece llamarse así.

El yoga es mucho más que posturas de yoga. En India se entiende de forma natural que las posturas o asanas de yoga son una parte más de un proceso orientado al crecimiento humano. Un indio no entiende el aspecto físico de la técnica del yoga sin el complemento de la meditación y la filosofía; para él el Yoga es prácticamente una forma de vida. De hecho Yoga significa unión, y es realmente la vía para lograr que los diferentes aspectos de la existencia sintonicen y trabajen conjuntamente con el objetivo de que la vida se exprese con todo su potencial a través de cada uno de nosotros.

La degradación de la enseñanza de yoga en occidente, donde se está convirtiendo en una forma más de fitness, hace que sea de vital importancia recuperar las raíces, los fundamentos de esta fantástica técnica milenaria. Venir a la India a estudiar yoga es algo más que una experiencia extraordinaria, es ahora casi una obligación para todos aquellos que aman el yoga.

Nuestra obsesión en los centros Kavaalya de formación de profesor de yoga en Goa (India) es asegurarnos de mantener esta esencia a través de un excelente equipo de profesores nativos. Solo profesores que aman el yoga pueden transmitir su espíritu sin comprometerlo por la necesidad de tener un cierto enfoque comercial.

Es necesario entender que todo lo que perdura a lo largo del tiempo tiene que tener unos fundamentos sólidos. Por eso Hatha Yoga y Ashtanga Vinyasa Yoga se experimentan en igual medida durante las clases, ya que representan la raíz de cualquier otra práctica creada recientemente, como Vinyasa Flow Yoga, Bikram Yoga, Kundalini Yoga o Power Yoga. Nada que objetar a estos nuevos estilos, únicamente que priorizan aspectos superficiales y que, como siempre pasa, las novedades que no tienen raíces profundas vienen con la misma facilidad con la que se van. Mientras que si los fundamentos son firmes, aprender una técnica nueva sucede con naturalidad, no es posible quedarse desfasado.

Enseñar posturas de yoga sin complementarlo con clases de Meditación, Pranayama, Filosofía, Principios de alimentación Ayurvédica y Anatomía, significa no entender lo que conlleva tener una vida equilibrada. Muy importante también en el proceso de formar a un futuro profesor de yoga es enseñar a dirigir una clase de forma efectiva, y eso necesita de un tipo de entrenamiento que sólo instructores con ciertas habilidades son capaces de transmitir. Enseñar a enseñar es una tarea que solo puede realizar eficazmente un auténtico Maestro de Yoga.

Fernando Arroyo es director de Kavaalya