Brrr… en pleno invierno nos apetece quedarnos en la madriguera. Sin embargo, el Ayurveda nos ayuda a comprender lo maravillosa y necesaria que es esta estación. En el artículo de este mes te explico cómo hay dos inviernos distintos y comparto contigo las ayurtips más valiosas para esta temporada. Escribe Zaira Leal.
Sí, lo que más me apetece es estar en mi madriguera, disfrutando de contemplar el paisaje desde el espacio cálido y acogedor del hogar, y no salir hasta que vuelva a brillar fuerte el sol.
El invierno es la estación para recogerse en uno mismo tanto simbólicamente como en la rutina diaria, eso permite el descanso después de la agitación del verano y del otoño, el silencio, la reflexión y la posibilidad de sostener nuestro propio espacio. Es la estación que se corresponde con la fase de la luna nueva, y sus características se aplican a estos meses oscuros e introspectivos. Uno de los aspectos fascinantes de esta relación es que el invierno nos permite nutrir cada célula y todos nuestros sueños, a mí me encanta pensar que estoy en una crisálida que te permite eclosionar cuando llega la primavera.
En el artículo del pasado septiembre “La fase menguante del ciclo anual” describía Ritucharya como la práctica ayurvédica de armonizar nuestro estilo de vida con los ciclos de la Naturaleza. Es interesante saber que en ayurveda se observan seis estaciones y no cuatro, como hacemos en Occidente, y se distingue entre el invierno temprano, hemanta, que comienza a mediados de noviembre y termina a mediados de enero, y el invierno tardío o shishira, desde mediados de enero hasta mediados de marzo.
La diferencia esencial entre los dos “rtus” se debe al movimiento del sol, ya que mientras que en hemanta el movimiento del sol es hacia el sur del horizonte, en shishira el sol asciende hacia el norte. Los rtus del invierno comparten las características generales del dosha kapha: el frío, la pesadez y el aumento de la humedad.
El frío concentra el calor en el centro del cuerpo más que en la periferia causando un incremento en agni, el fuego digestivo, que hace que sintamos más hambre. Intuitivamente, al comienzo del invierno las células piden más alimento para protegerse y prepararse de cara a la temporada.
Hacia el final del invierno existe el riesgo de haber acumulado excesivo dosha kapha y de manera natural iniciamos la transición hacia la primavera, nuestro cuerpo nos empieza a pedir comidas más ligeras, más actividad y movimiento en el exterior. Contrario a lo que generalmente se piensa, esta es la temporada en que el cuerpo se encuentra más estable y fuerte. Además, al ser las noches más largas, nos permiten descansar y reparar los tejidos en profundidad. De modo que, si seguimos las recomendaciones ayurvédicas para un invierno feliz, disfrutaremos a tope durante los próximos meses, llegando a la primavera vigorizados y plenos.
Las ayurtips para el invierno no son cuento de viejas
Sí, muchas cosas que leerás a continuación te las decía tu abuela porque funcionan:
La dieta debe ser más rica y abundante ya que el cuerpo necesita una aporte calórico y nutritivo mayor. No tengas miedo a comer más pues tu capacidad digestiva es también mayor y podrás metabolizar mejor. Ahora sí, puesto que en invierno hay un incremento de kapha, debemos centrarnos en una dieta que pacifique kapha sin que llegue a incrementar vata (el frío, la sequedad y la inestabilidad). Digamos que mientras sí queremos seguir alimentándonos con comidas untuosas, ricas y más grasas que en verano, tampoco debemos pasarnos pues es entonces cuando nos quejaremos de acumulación de moco, de los kilos de más y de sensaciones de letargia en la mente.
Por otro lado, si no le damos al cuerpo lo que necesita y abusamos de alimentos secos y fríos, aumentarán las cualidades de vata en el sistema generando inestabilidad, posible ansiedad y sentimientos de insatisfacción. En general, queremos tomar comidas calientes, cremosas, ligeramente aceitadas y especiadas con generosidad.
Date rienda suelta con todo lo que veas fresco y vivo en tu tienda eco favorita. Come sin límite todas las verduras de temporada, ahora están especialmente buenas las coles, las crucíferas, las verduras de hoja verde como las espinacas, el cale o las acelgas. Es momento de tubérculos y de disfrutar a tope de los cítricos invernales.
- Cereales y granos cremosos como la crema de avena o de arroz son perfectos para desayunar.
- Las frutas de temporada en compotas resultan muy reconfortantes.
- El kitchari con verduras lo podemos disfrutar en cualquiera de las tres comidas principales.
- Cocina bien las legumbres, a fuego lento y con cariño, que estén bien especiadas. Vata debe tomarlas con una cucharadita extra de aceite de oliva o de ghee.
- Si tomas lácteos, deben ser reducidos durante el invierno, aunque todos podemos disfrutar de leches vegetales especiadas.
- Los germinados son fantásticos en esta estación ya que te aportan vida es su estado puro y tienen un alto contenido de micronutrientes minerales y proteínicos.
- Evita o reduce: los fritos, las comidas excesivamente grasas, los alimentos fríos, las bebidas frías o gasesosas, las sobras.
Intenta cenar a una hora lo más cercana a la puesta del sol posible y no te acuestes hasta que hayan transcurrido al menos dos horas.
Mantén tu cuerpo caliente y su temperatura estable. En la medida de lo posible, utiliza ropa cálida y hecha con fibras naturales como la lana, la alpaca o la seda. Abriga el pecho y la cabeza cuando salgas a la calle, el pecho es la zona del cuerpo donde se acumula kapha dosha y desestabilizarlo con cambios bruscos de temperatura puede hacernos más susceptibles a los desequilibrios del sistema respiratorio típicos del invierno.
Durante el día toma baños de sol, preferiblemente al mediodía, y asegúrate de que tu espalda recibe la luz solar del invierno. Durante la tarde-noche, siéntate junto al fuego y expón la parte delantera de tu cuerpo a sus llamas transformadoras.
El auto-Abhyanga diario es uno de los grandes aliados del invierno. En mi libro Yoga en la cocina, de Ediciones Urano, explico cómo se hace, también puedes leer varios artículos sobre este masaje regenerador en mi blog personal en zairalealyoga.com/blog
Haz ejercicio todos los días, sacúdete la pereza de encima, abrígate y sal a pasear enérgicamente.
Tu práctica de yoga asana debe ser vigorizante y expansiva. Trabaja vinyasas que despierten el poder de la respiración y el movimiento conscientes, juega con diferentes variaciones de saludos al sol, dales relevancia a las posturas de pie, incrementa la pulsación de spanda en tu práctica, atrévete con formas posturales que fortalecen la parte superior del cuerpo como son las inversiones o los equilibrios sobre manos. Además, dales un énfasis extra a las extensiones de columna y no te saltes la relajación consciente o shavasana.
Los pranayamas recomendados para el otoño son muy favorecedores en el invierno también, pero bhastrika, la respiración del fuelle, es especialmente buena ahora porque contrarresta los efectos del invierno, elimina toxicidad del sistema respiratorio, estimula el sistema inmunológico y aumenta la fuerza vital. Practícala entre uno y tres minutos antes de iniciar tu rutina de asana.
Medita, contempla, disfruta del silencio y de los momentos en los que no hagas nada. Asegúrate de que dedicas tiempo a relacionarte con personas que te nutran y a quienes nutras. Que tu presencia en el exterior no esté dominada por las prisas o el estrés y date tiempo extra para moverte al ritmo de la naturaleza.
¡Qué maravilla poder vivir el invierno conscientemente! Espero que lo disfrutes tanto como yo.
Aham prema
Zaira Leal es autora de Una fiesta para el alma y de Yoga en la cocina, Ed. Urano. Se considera yoguini desde la cuna y empezó a enseñar yoga en el año 2000. zaira@zairalealyoga.com / T +34 636814338
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