Alcanzar el Radja yoga a través del Hatha yoga

2019-09-20

Según el Hatha Yoga Pradipika, texto clásico del siglo XV, uno de los objetivos del Hatha yoga es alcanzar el Radja yoga. Cada profesor tiene una forma de trabajar distinta, porque cada uno “utiliza” el Hatha yoga para un objetivo diferente, ni mejor ni peor, aunque al final lo que viene a suceder es que sobrevenga la finalidad última del Yoga: el despertar de la consciencia. Escribe Natalia López.

 “No se puede perfeccionar el Hatha yoga sin la práctica del Radja yoga, y viceversa;
por tanto, se han de practicar los dos hasta que se obtenga la perfección en Radja yoga”. Hatha Yoga Pradipika, II, 76

 

Si en verdad es Yoga, el fin será el mismo: la consciencia de ser. Por este motivo existen tantos estilos y ramas del yoga, así como profesores, cada uno con su forma diferente de enseñar y transmitir. Está en el alumno decidir la dirección y al profesor que mejor le pueda guiar en la rama que mejor se adapte a su carácter y personalidad.

En nuestro caminar proponemos que el alumno se direccione hacia la práctica de la meditación en silencio y quietud, es decir: el Radja yoga, pues para nosotros es la forma más idónea en la que la mente, después de traspasar las diferentes envolturas, llega a la esencia. Y no existe mejor preparación para este tipo de yoga que la práctica del Hatha yoga.

Al principio, es más que posible que se necesite de unas técnicas concretas para traspasar mencionadas envolturas y permitir que la mente se aquiete. Cuando las naturales turbulencias mentales se aquietan es posible percibir la esencia de ser, objetivo común de la práctica del Yoga, sea cual sea la rama elegida.

Una vez recorrido este singular sendero durante un tiempo más o menos largo y con la ayuda del profesor, el alumno estará preparado para realizar el camino en solitario y así poder profundizar en la práctica en soledad; aunque como él mismo descubrirá necesitará de vez en cuando compartir los frutos obtenidos con la energía de un grupo.

El proceso

En cada clase, los alumnos llegan desarbolados, muy mentales, después de todo lo acaecido durante el día o la semana. Gracias a la práctica del Hatha yoga tal energía mental es distribuida a los centros o chakras que conforman la anatomía energética de cuerpo. La consciencia corporal que aparece a través de los asanas realiza su labor y, al final, el alumno comprende que nadie hay que haga el trabajo, sino que es hecho de modo impersonal.

Al finalizar la práctica de asana característica del Hatha yoga, cuerpo y mente quedan preparados para que en la relajación se distribuya la energía activada durante toda la clase y se absorban todos los beneficios de la práctica, quedando un estado de sutil equilibrio entre las energías vitales y mentales que componen al ser humano.

Si la práctica se ha realizado convenientemente por parte del alumno y del profesor, que ha debido de ser capaz de llevar al alumno hasta este punto, después de salir de shavasana, la postura de relajación, a la mente se la puede observar aquietada, que no parada. Este es el momento idóneo para practicar un pranayama equilibrante, pues al realizarlo la mente queda dispuesta a retirarse del todo y permitir la entrada a un proceso interno muy profundo. Este es el momento en el que el alumno está preparado para la Meditación. De este modo, los pasos que el sabio Patanjali indicara -asana, pranayama, dharana– han sido dados. Ahora nos queda dhyana, la meditación inducida a través del Radja yoga.

Después del tiempo de meditación más o menos largo, dependiendo de la experiencia del grupo, se está preparado y disponible para retornar al mundo exterior de un modo fresco y renovado. La práctica de la clase ha finalizado, pero el Yoga continúa al poder recordar el estado de conexión con el Ser a través de la experiencia vivida en la Meditación.

Incorporar e integrar la meditación en nuestras vidas permite ser más conscientes de uno mismo, al tiempo que se realizan las actividades a lo largo de la jornada. Llevar la meditación a cada momento de nuestra existencia es observar y tomar consciencia de que en cada parcela de nuestra vida somos actores y que, como escribió Calderón de la Barca, “La vida es sueño”.

Natalia López es profesora de Yoga de “Silencio Interior – Escuela de Silencio”.

Comienzo de las clases semanales: jueves, 3 de octubre del 2019.

Lugar: Espacio Alma Madrid. Calle Montera nº 24 planta tercera, letra L
Horario: jueves de 18h a 20 h.
Telefono de contacto: Natalia 616 036 577

natalia@silenciointerior.net / www.silenciointerior.net