Chile es el segundo país OCDE con la tasa más alta obesidad: el 34% de la población sobre 15 años presenta esta enfermedad. Eve Crowley, representante de la FAO en Chile, advierte: «Estamos ante un panorama nutricional crítico. El sobrepeso y la obesidad están deteriorando el bienestar de la población chilena y aumentando el riesgo de enfermedades no transmisibles, como infartos, diabetes y ciertos tipos de cáncer». La generalidad del resto del mundo no es diferente a esta realidad. Escribe Alejandro Torres.
Al momento de pasar por situaciones estresantes, sentir emociones fuertes como la tristeza o ira, la mayoría de las personas se refugian en la comida. Solo obsérvate cuando estás por hacer algo fuera de tu zona de confort, algo que tenga relevancia en tu vida: tu defensa del título, un viaje…; algo que sea un shock a tus emociones: el fallecimiento de un ser querido, la separación de tu pareja, enfermedad grave…
Todo lo anterior tiene dos componentes comunes y relacionadas con el cambio, adversidad e incertidumbre. Siempre tendremos estos estresores; lo que debemos controlar es nuestra respuesta automática ante los mismos, para lo cual la atención plena ayuda y mucho. Pero ¿cómo?
Como hemos escrito en otros artículos, la atención plena (mindfulness) tiene bases budistas, y uno de los principios del budismo es que todo, absolutamente todo, es impermanente. Entender esto es fundamental para aceptar los cambios, las adversidades y la incertidumbre.
Control de los automatismos
La práctica basada en la atención plena nos permite, a través de técnicas como el escaneo corporal, reaprendizaje en el respirar, movimientos corporales, por ejemplo, redirigir la atención hacía nosotros mismos, reconociendo nuestros pensamientos, sentimientos y sensaciones relacionadas con el cuerpo, permitiéndonos detener las reacciones automáticas, como «el comer sin sentido¨.
Hay otra variable que también importa en esta pandemia de la obesidad y el sobrepeso. La comida existe independiente de la época del año, es decir, frutas de invierno las encontramos en verano; frutos de verano hay en invierno, etc. Qué decir de la sobreexplotación de la carne, en que la industria de la explotación animal produce más de la que se consume (no profundizaremos en este último punto, ya que es un tema delicado y que posiblemente expongamos en otro artículo). Importante es que con la atención plena identificamos las sensaciones de saciedad de nuestro organismo, dejando de comer en exceso y sin hambre.
Independiente de lo expuesto arriba, la obesidad es prevenible; cambiar estilos de vida es posible y los nuevos hábitos más saludables son adquiribles. La práctica de atención plena puede reducir grasa abdominal y mejorar los hábitos alimenticios; inclusive consciente e inconscientemente te hace preferir platos saludables antes que los dañinos o menos saludables. Aumenta la actividad física y la hace más sostenible en el tiempo, y además disminuye la angustia psicológica de las personas obesas o con problemas de peso.
Practica regularmente
Los logros de la práctica de la atención plena mantienen en la persona que la practica un enfoque abierto, aceptado y presente en la vida diaria, y al mismo tiempo de aceptación de su cuerpo real sin juzgarlo, para desde ahí transformar, sin luchar ni compararse, sino avanzando con las potencialidades y limitaciones propias de cada uno.
Como sabes, puedes practicar la atención plena de manera formal e informal, por escasos minutos al día, un par de días a la semana, para ir introduciéndola a tu vida y de apoco ir avanzando hasta pasar más tiempo, más días.
Disfruta de tu vida de manera atenta, sin juicios y aceptando la impermanencia de tus circunstancias actuales; si son adversas, pasarán; si estás en la incertidumbre, ya llegará la certidumbre y el equilibrio como un río logra su cauce.
Muévete, vive y disfruta.
Alejandro Torres Retamal. Director & Instructor de CEYH
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