El yoga nace como una técnica espiritual para la Liberación, pero también como un método de saludable de control psicosomático y de evolución consciente, sirviéndose de técnicas experimentadas y verificadas a lo largo de milenios. Escribe Ramiro Calle.
Sin apego al cuerpo, se trata de mantenerlo hasta donde sea posible y sabiendo que decaerá inexorablemente en las mejores condiciones posibles, pues así también será más fácil meditar y efectuar el trabajo interior. Por eso el cuerpo se conoce como «el templo del Divino» y el hatha-yogui se sirve del trabajo consciente sobre el mismo para unificar las energías, pacificar las emociones, elevar el dintel de la consciencia, entrenar metódicamente la atención y reorientar con sabiduría la mente. Hablamos, obviamente, del verdadero hatha-yoga y no de los yoga puramente gimnásticos. Pero eso no quiere decir que el hatha-yogui que realmente se entrena con motivación firme y de manera asidua no consiga una flexibilidad envidiable sobre su cuerpo, del mismo modo que un violinista será mucho más excelente si se ejercita varias horas en lugar de veinte minutos.
Cualquier persona con un mínimo de información sabe que el hatha-yoga no es barato contorsionismo ni acrobacia, pero de acuerdo a cómo y cuánto se adiestre, el practicante obtendrá un grado mayor o menor de perfeccionamiento, pudiendo controlar su cuerpo y su mente, así como sus energías, más o menos de acuerdo a la intensidad de la práctica. Cada uno irá efectuando las posturas hasta donde pueda, y quien más practique, más las perfeccionará, pues en toda disciplina la clave del éxito es la práctica persistente y que los resultados son dependientes del esfuerzo bien desarrollado, que le llevó a Buda a decir: «Esperadlo todo de vosotros mismos».
Antigua es la sentencia: «La flexibilidad es vida y la rigidez la muerte». No hace falta ser muy sesudo para comprender esta aseveración; de hecho, con el avance de la edad se va encogiendo el músculo y la persona se va tornando más rígida, pero ello puede prevenir mediante los estiramientos conseguidos con las posturas de yoga. He conocido muchos profesores de hatha-yoga que tienen una llamativa flexibilidad, pero en absoluto se jactan o envanecen de ella, pues les ha venido dada como resultado de una práctica intensa, lo cual es de admirar, y además sin por ello rendir culto al cuerpo ni exhibirse. No ha sido buscada la flexibilidad ni la fortaleza muscular, sino que han venido dadas como la consecuencia de un trabajo serio sobre la corporeidad, pues al hacerlo no solo favorecemos el cuerpo, sino que unificamos las energías y activamos la consciencia.
El hatha-yoga entiende la salud de un modo integral, o sea, abarcando el cuerpo, las energías, el sistema emocional y la mente. Y el verdadero hatha-yogui al trabajar sobre su cuerpo lo hace siempre implicando la mente y así logrando una perfecta sintonía de cuerpo y mente.
Me inspiro a menudo en las palabras del gran místico Kabir cuando les decía a sus discípulos: «Miradme a mí; soy un esclavo de mi propia intensidad. Y hasta que decline por completo, podemos convertir el cuerpo en nuestra fortaleza inexpugnable, sabiendo que habrá que soltarlo como uno se desprende de un vestido cuando está raído. En este cuerpo en el que estamos secuestrados, también, como decía Ramakrishna, hay joyas que podemos encontrar si las buscamos. Entonces el cuerpo ya no es solo un medio para experimentar dolor o placer, sino que se convierte en una preciosa herramienta de autorrealización. Es la tercera vía: la del cuerpo para llegar a la mente y encontrar paz interior, y no solo para sentir placer o displacer.
Ramiro Calle
Más de 50 años lleva Ramiro Calle impartiendo clases de yoga. Comenzó dando clases a domicilio y creó una academia de yoga por correspondencia para todo España y América Latina. En enero de l971 abrió su Centro de Yoga Shadak, por el que ya han pasado más de medio millón de personas. Entre sus 250 obras publicadas hay más de medio centenar dedicadas al yoga y disciplinas afines. Ha hecho del yoga el propósito y sentido de su vida, habiendo viajado en un centenar de ocasiones a la India, la patria del yoga.
Mira la página de Facebook de Ramiro Calle:
https://www.facebook.com/pages/Ramiro-ACalle/118531418198874