El Camino de Santiago es una experiencia yóguica completa. Nos ofrece tantas enseñanzas sobre nosotros mismos que se puede comparar al camino del yoga. Y además es, sobre todo, una gran vivencia de la meditación en movimiento. Escribe Susanna García.
Tengo 100 kilómetros por delante y pienso: no sé si voy a poder. Tengo buena salud, no soy una gran deportista, pero la práctica de yoga hace que tenga un cuerpo ágil y una muy buena respiración. Pero temo llegar reventada a la siguiente etapa y con ampollas en los pies. Empiezo a andar, un paso, otro, y luego otro…
Voy entrando despacito en la naturaleza y a medida que camino inmersa en ella voy sintiendo una tranquilidad interna grande. Puedo percibir los colores cada vez con más nitidez y los sonidos se van clarificando en mis oídos. Me siento parte de la naturaleza, fundida en ella. De repente, veo pasar casi corriendo a otro peregrino y me percato de que no me importa llegar a ninguna parte y que estoy disfrutando de cada paso.
Mi compañera va delante pero no quiero correr y perderme toda esta sinfonía de belleza que emerje a mi alrededor. Por unos instantes entro en silencio conmigo, y ya no necesito nada más. Tengo un objetivo pero no corro para alcanzarlo.
Al terminar el viaje salgo del Camino de Santiago renovada y sorprendida. Seis días han bastando para poner en orden mi mente y sentirme muy muy en paz. Luego siento que me gustaría compartir esta experiencia con más personas, mostrarles que lo importante no es llegar a la siguiente etapa, sino vivir cada momento intensamente. Del deseo de compartir esta experiencia nace Santiyoga.
La práctica de la meditación en el Camino de Santiago es importante porque es la manera de ahondar en lo esencial, de no perdernos nada de nada. Si aprendemos a parar, haremos del Camino un viaje extraordinario. ¡Te lo aseguro!
La caminata es ya de por sí una meditación en movimiento, si somos capaces de dejar el reloj externo y escuchar nuestro propio ritmo. El Camino de Santiago es una muy buena ocasión para hacerlo. Enseñaremos varias técnicas a lo largo de los días para ir entrando despacito en ese estado de meditación. Si no estamos acostumbrados a meditar será bueno que alguien nos guíe en nuestros primeros pasos, y si somos ya meditadores, entraremos con más facilidad en los ejercicios que iremos proponiendo.
Quiero recalcar que muchas personas creen que la meditación es dejar la mente en blanco y que por tanto esto no es para ellas, porque no van a poder hacerlo. Pero nada más alejado de la realidad. La función de la mente es pensar, y está diseñada para ello. Lo que sí es importante es la cantidad y calidad de los pensamientos, por lo que la meditación actuaría como una escoba: limpiando y despejando la «suciedad» mental.
La meditación es el cultivo del ahora; eso es lo que nos aporta. Ser consciente de lo que está pasando en el instante presente, sea bueno o malo, sólo observándonos sin juzgar. El pasado no volverá y el futuro es solo posibilidad. Cultiva el presente como lo que es, un regalo, y tendrás una vida bien vivida. Así lo descubrirás, en todo su esplendor, en el Camino de Santiago.
Susanna Garcia es creadora de Santiyoga.
Mira toda la información aquí: https://www.santi-yoga.es/
T +(34) 654834033 | infosantiyoga@gmail.com
Las personas que te van a guiar estos días son Susanna Garcia, Circe Fabiola Inzunza y Claudia López Albán, psicóloga y coach, profesoras de yoga y de relajación consciente. Tres profesionales ampliamente cualificadas y con gran experiencia en sus respectivos campos. Les une el interés por un trato humano y cercano. Su deseo es acompañarte y guiarte en tus primeros pasos por caminos no andados, y sobre todo hacer que te sientas acompañada/ o y cuidada/a.