Darshana significa «poder tener una vista», como cuando las nubes se abren dando paso a todo lo que estaba oculto bajo ellas. Ese es el poder de las escrituras y sus enseñanzas: permitirnos ver más allá, estirar nuestra visión. Escribe Susana García Blanco.
La Proa, en Roraima, Venezuela, es uno de los lugares más impresionantes que jamás he visto. El camino para llegar hasta arriba es arduo y normalmente está envuelto en nubes, pero aún así decidimos ir. Cuando llegamos, como era lo esperado, no se veía nada. Casi no veías a un metro de distancia. Pero una vez allí, como por arte de magia, las nubes se abrieron rápidamente dando paso a esa vista increíble sobre los territorios de Venezuela, Brasil y la Guayana. Recuerdo esa sensación con total claridad. Fue un gran regalo. Es la misma sensación que se describe en muchos de los textos del yoga: la de percibir tu naturaleza esencial a través de las nubes de la ignorancia. Nubes que reciben distintos nombres y sutilezas dependiendo de la tradición en la que nos enfoquemos. En la tradición del Tantra esas nubes se llaman malas, y la sensación experimentada al ser capaz de ver a través cit-ananda: consciencia y dicha.
El nombre que recibe la filosofía en India es darshana: visión. Se refiere a una visión particular del Universo, a un entendimiento de las reglas, mecanismos y energías que lo rigen. Pero también, como en una definición que encontré por casualidad en Internet, darshana significa «poder tener una vista», como cuando las nubes se abren dando paso a todo lo que estaba oculto bajo ellas. Ese es el poder de las escrituras y sus enseñanzas. Permitirnos ver más allá, estirar nuestra visión.
Vivimos un momento de gran expansión del yoga. Es muy emocionante ver como más y más personas incluyen la práctica de yoga en sus vidas. El riesgo, por otra parte, cuando algo llega a las masas, es que de alguna forma se adultere. Vemos imágenes de gente practicando yoga o meditación en un montón de anuncios publicitarios. Hay un bombardeo de imágenes en las redes sociales, algunas veces utilizadas con intenciones un tanto discutibles. La mayoría de la gente entiende el yoga como un práctica de estiramientos para conseguir más flexibilidad, o de ejercicio físico, o como un conjunto de técnicas de relajación. Aunque todas estas prácticas forman parte del conjunto de lo que es el yoga, representan una mínima parte de una tradición milenaria cuyo objetivo no es solamente transformar tu cuerpo en uno más atlético y sentirte mejor. Reducir el yoga a eso no es sólo un error sino una falta de respeto a la tradición.
Hace miles de años, los rishis, en profundos estados de meditación, recibían información que aún en nuestros días es compleja y en absoluto fácil de entender. Para mí esto es algo impactante, esa búsqueda tan profunda en el interior del ser y de la consciencia. Estas enseñanzas se recopilaron en los Vedas, en forma de himnos, rituales, mantras,… y durante milenios fueron evolucionando en India, regalándonos diferentes darshanas, diferentes formas de entender el Universo y, en consecuencia, diferentes de practicar yoga. De hecho ni siquiera es posible dar una única definición de «Yoga»: puede tener significados muy distintos dependiendo de la tradición en la que nos centremos.
Es por eso que, mientras nuestra sociedad se involucra más en sus prácticas, siento que es de vital importancia comenzar a tener una cierta «cultura general» sobre el yoga. No sólo desde el punto de vista de conocimiento de la tradición, que me parece suficientemente interesante, sino desde un punto de vista práctico, para hacer que nuestras prácticas sean lo más efectivas posibles.
La cultura yóguica
En la Bhagavad Gita (16.24) Krishna le dice a Arjuna: «Por tanto deja que las escrituras te guíen. Entiende sus enseñanzas y actúa de acuerdo a ellas»
Es importante conocer la tradición. Una tradición que aunque esotérica es puramente científica: métodos de exploración de la mente y de los niveles de consciencia cuyos resultados están probados generación tras generación. Esa es la ventaja de la transmisión oral: sólo lo que es efectivo sobrevive.
Es importante conocer en qué escuela en particular se anclan las prácticas que haces y cuáles son los efectos que buscan. ¿Sabías por ejemplo…
- que hay prácticas específicas para renunciantes que buscan que se disuelvan todas las conexiones que tenemos con lo material?
- que hay otras prácticas específicas para no renunciantes y que están totalmente adaptadas para la vida de un ser humano del siglo XXI cuya intención sea vivir en sociedad y manifestar en el mundo material?
- que los mantras tienen el poder de transformar tu realidad interior y también tu realidad exterior?
- que la definición del yoga en los Yoga Sutras de Patanjali no es «unión», como popularmente se define el yoga, sino «separación»?
Si estás interesado en una visión más precise, más completa del yoga y su evolución a través de la historia, estos temas y muchos otros los exploraremos en un taller que he titulado «Darshana: una visión del Universo», en el que exploraremos la historia del Yoga y sus filosofías, y también diferentes prácticas del yoga, con gran enfoque en la práctica de asana en la Inmersión de Anusara yoga.
Susana García Blanco se describe como yoguini, surfera, viajera, estudiante apasionada de la vida. “Siempre asombrada ante la fuerza creativa del corazón humano (hrdaya shakti), mi misión es guiar a los estudiantes hacia ese lugar interior de amor, sabiduría y poder. Mis clases son un lugar para la transformación donde les ayudo a encontrar sus límites, con mucho amor y conciencia, con secuencias estructuradas e instrucciones precisas, y trayendo a ellas mi pasión por la filosofía, la mitología y las posibilidades terapéuticas del yoga. Con base entre Marruecos y España, enseño intensivos, Inmersiones y Formaciones de Profesores y ofrece retiros de yoga y surf en Marruecos”.
Es la primera Profesora Certificada de Anusara® Yoga en España (2006), Yoga Alliance E-RYT 500®, asesora en el proceso de Certificación de profesores de la ASHY y Formadora Avanzada de Profesores de Anusara yoga. Su compromiso con el despertar de lo Femenino y la conexión con la Diosa le han llevado a estudiar en la escuela Urban Priestess con Sianna Sherman and Ashley Turner, y a llevar a cabo círculos de mujeres para despertar la energía de hermandad entre mujeres y potenciar su desarrollo personal.
info@rasalilayoga.com