Vivimos exteriorizados y alienados por el exterior, pero el descubrimiento del Ser requiere dejar de buscar la felicidad en los objetos para ir a la consciencia misma. Escribe María Mineth.
En tiempos remotos, Sankara le propuso a un rey que tenía como discípulo que considerase todas las cosas, incluso su poder y su voluntad como reflejos de él y de todas las cosas. Esta investigación constante es la que mantienen aquellas personas que sienten un fuerte impuso de reconocer su Ser en vida.
Empecemos por conocernos a nosotras y nosotros mismos responsabilizándonos de nuestro cuerpo.
Cuando practicamos yoga a veces la persona, si no es bien guiada, realiza una practica en la superficie poniendo su felicidad en la sensación de bienestar, en evadirse un tiempo de su agitada vida, en construir la asanas a costa de tirar del cuerpo, divertirse o tal vez escuchar interesantes cosas con las que discutir con otros. Si se hace esto, no se está integrando el trabajo; parece que la persona hace yoga en la sala pero su experiencia de ver la vida y su vida en sí no se transforman. Y es que no es el yoga el que transforma, sino el propio trabajo interior que ha de realizar la persona; de aquí la autorrealización que llega de la propia práctica y el tiempo que uno se ofrece. Dejando de practicar bajo la facultad de la mente hacia la cualidad de consciencia esto se despierta.
Cuando la persona profundiza comienza a plantearse la realidad de sus pensamientos, de lo que siente, de sus decisiones, de sus relaciones y de dónde nacen… descubriendo otras posibilidades que tal vez la preparen para acceder a un campo silencioso y que siempre ha estado bajo lo aparente.
No un silencio opuesto al ruido sino un silencio con una frecuencia mayor que la inteligencia mental o biológico-corporal, que trae comprensión de lo que es, en una nueva realidad ante las posibilidades anteriores de reacción o represión y que nos permite relacionarnos en profundidad.
Camino desde el cuerpo
Y la forma más sencilla de iniciarse en este camino es desde el cuerpo y lo que nos han contado de él frente a lo que descubrimos planteándonos la realidad de nuestros músculos, de la fuerza, de la gravedad; cómo al cambiar la posición del cuerpo cambia nuestra visión del exterior; cómo el espacio que se genera en las articulaciones y la relajación visceral cambia nuestro peso; cómo sentir los líquidos del cuerpo desplazarse nos abre a la fluidez; así cómo la reconexión de las áreas dormidas despierta el cerebro y la integridad, preparando al cuerpo de vuelta a su ser interior. Si se percibe la conciencia en el interior, es mucho más sencillo percibir el exterior desde la conciencia.
Conectando el cuerpo en toda su diversidad a la diversidad de la vida.
Aceptándonos, aceptando la vida y aceptando al otro, en un estado de rendición que nos impulsa desde lo que es a movernos en la realidad de forma espontánea e inteligente sin necesidad de pensar tanto. Ver lo que es nos llevará a saber qué hacer y cómo hacerlo.
Cuando el cuerpo no percibe la realidad no podemos hacerlo; hacemos cosas pero no avanzamos, ya que no hemos aprendido a pensar y tomamos decisiones bajo el pensamiento habitual que por regla general nos trae conflicto, pues tomamos elecciones opuestas e incoherentes que mantienen esa inercia sin darnos cuenta.
El yoga verdadero es saber relacionarnos en la vida con su diversidad.
Todos desde niños hemos experimentado esta profunda conexión interior, pero en la ignorancia; en algún momento de la vida perdemos la conexión interior en el camino. Si volvemos a reconectar y somos conscientes de ser conciencia y reconocerlo, vamos a poder compartirlo de forma natural.
Educación Orgánica
Aquí lo hacemos con Educación Orgánica: es un yoga basado en Hatha Vinyasa y la inteligencia neurofisiológica del organismo y sus interconexiones entre cuerpo-mente-consciencia a la luz de los estudios de los últimos años sobre Somática.
–En un primer paso, hacemos un enfoque orgánico para la autoregulación corporal para generar salud, tiempo en la vida para contemplar y parar, así como energía para practicar e investigar. Le llamamos el «El Orden del Cuerpo».
–Una vez colmada la concienciación sobre cómo sentimos el cuerpo, comienza a integrarse, sosteniendo cada vez más vida y afrontando la realidad, abriendo los ojos hacia dentro y hacia fuera en una mirada silenciosa de interconexión con todo, en una vida creativa, amorosa y de paz incondicional a cada instante. Le llamamos «El Orden de la Vida», al cual vamos teniendo accesos de reconocimiento en nuestra evolución y vulnerabilidad humana.
Formación en Yoga Somático
En la Formación hemos querido conservar el carácter íntimo y recogido de un grupo reducido donde poder hacer un acompañamiento por tres años a los estudiantes.
En la antigüedad el yoga se enseñaba de maestro a discípulos, y este sistema tras popularizarse en Occidente se perdió. Queremos mantener esta cercanía con nuestros estudiantes por medio de invitarlos a descubrir su propio Esquema Orgánico: cada persona es única y está en su particular momento, no podemos generalizar en las enseñanzas Por ello la Formación se realiza cada dos años con personas con este impulso de descubrimiento de la belleza, si se da.
Volviendo a la vida.
María Mineth, Directora del instituto Nacional de Yoga Somático. Barcelona y Murcia.