Tócame, tócame

2017-11-27

Las correcciones son imprescindibles para mantener nuestra práctica en un entorno seguro. Si somos conscientes de la asana y de todas las partes del cuerpo implicadas, entonces podemos autocorregirnos. Compartimos por su interés esta entrada del estupendo blog El Reino de Nita, que te recomendamos.

Nita

El último artículo (¿Por qué me tocas?) abría la puerta al por qué de la necesidad de ajustes y asistencia en las práctica de asana. Ahora vengo con un asunto un poco más técnico y que, por supuesto, no deja de tener mi toque personal ligado a mi visión y experiencia tanto como estudiante como profesora.

El maestro tiene que ver a cada ser como un todo, no solo la parte física.

La transformación que puede ocurrir a través de los ajustes llega a las capas más profundas de nuestro ser, ayudando a expandir las nociones limitadas que a menudo tenemos sobre nosotros mismos.

Así como un doctor no puede hacerse una cirugía, un yogi no puede ajustarse a sí mismo. Para ello, necesitamos confiar en alguien que nos retroalimente (feedback) y ayude a mejorar nuestra práctica. La práctica no va de “cuán flexible¨ eres o cuántas asanas eres capaz de realizar, sino de cómo y para qué las realizas, puesto que el yogi trata de crear y mantener la energía, no de absorberla. Después de la práctica de yoga-asana, debes sentirte revitalizado, no cansado.

Ashtanga Vinyasa podría ser entendido como una danza. Es una práctica que requiere un flujo constante de una postura a otra, si es posible sin detenerse, ahí es donde Vinyasa tiene un papel principal.Sirviendocomo transición sin permanecer estático. Vinyasa debe hacerse, modificado si es necesario dado que es importante mantener el cuerpo caliente y en movimiento.

En la primera serie de Ashtanga se hacen hasta 60 vinyasas. Imagina 60 repeticiones mal realizadas seis días a la semana, en una práctica que es para toda la vida.

Todos los ingredientes para lesionarse: repetición + movimiento + no supervisión.

Precisión, estabilidad, equilibrio, fuerza y alineación son los elementos que el yoga mezcla para tener una práctica saludable y en continúo desarrollo.

El flujo constante junto con la alineación es una cuestión clave. Es como definimos la precisión, fusionando la alineación con el movimiento persistente.

Definamos y revisemos varios conceptos para que nos entendamos. Tal vez los llamas de otro modo, pero eso no es importante, lo esencial es que le pongamos un nombre a la definición de la acción.

Corrección Alineación

Cualidades que pertenecen a la asana, lo cual incluye movimientos precisos y posiciones que aseguran el beneficio óptimo, reduciendo el riesgo de lesionarse. Las correcciones no son una opción, son imprescindibles para mantener nuestra práctica en un entorno seguro. Si somos conscientes de la asana y de todas las partes del cuerpo implicadas, entonces podemos corregirnos a nosotros mismos.

¿Cómo corregir a un estudiante?

Una corrección, la mayoría de las veces, es una alteración en la postura del cuerpo. Es una acción sutil.

En general:

  • A través de movimientos breves y suaves, tocando gentilmente.
  • Señanlando la parte del cuerpo.
  • Indicando verbalmente si necesita cambiar de posición, activar o relajar un miembro específico del cuerpo, articulación o músculo.
  • Escuchar la respiración, y si es necesario corregirla guiando verbalmente.

Las correcciones son imprescindibles, pero una corrección excesiva puede causar una sensación de frustración o fracaso en el alumno. Sé compasivo y consciente de los sentimientos que pueden surgir.

Ajustar

Asistir para que la persona que recibe el ajuste no solo pueda profundizar en la asana, sino también  la consciencia corporal, redescubrir la intención, y descodificar la información que recibe.

Ajustes y asistencia son el acto de verbalizar instrucciones, estirar, presionar mover a un estudiante mientras está en una postura de yoga. Se refiere a un cambio más profundo en una pose. Observando el lenguaje corporal, el profesor debe ser lo más preciso posible sabiendo cuándo y dónde presionar, girar, estirar o tocar.
Con el ajuste fomentamos la conciencia del cuerpo ofreciendo un mayor y mejor rango de movimiento.

¿Cómo asistir a un estudiante o hacer un ajuste?

Hay que tener en cuenta colocas la parte del cuerpo que utilices para ajustar esa particular asana, la intensidad de la presión con la que se hace, y recordar mantener una buena postura para no dañarte a ti mismo, segurándote de que el estudiante está sintiéndolo en las zonas donde esa asana está diseñada a hacer efecto.

De la teoría a la acción

  • Acércate gentilmente
  • Verifica con la frecuencia necesaria si el estudiante se siente incómodo o siente presión, asegúrate de que no siente dolor, especialmente en las articulaciones o partes delicadas como la columna o el cuello.
  • Estate atento a los gestos y reacciones. Tanto la respiración como la expresión del estudiante pueden servirte de indicativos para saber cómo éste se siente durante el ajuste.
  • En algunos casos, guía al estudiante en la inhalación y exhalación mientras das el ajuste. Y no olvides, sincronizar tu respiración con la del estudiante.
  • Confía en tu destreza. Utiliza movimientos consistentes que dirijan con determinación al estudiante hacia la máxima expresión de la asana, lo cual varia de una persona a otra.
  • No cambies tus manos de posición demasiado rápido, se gentil y consistente. Podría confundir al alumno.
  • No uses excesiva fuerza. En el momento que sientas resistencia es el momento de detenerte. Comunícate.
  • Es útil, preguntar al alumno si quiere más o menos intensidad, en vez e preguntar si ¨se siente bien¨. Es más efectivo hacer preguntas específicas que den lugar a respuestas concisas.
  • Una vez que termines el ajuste, cuidadosamente retírate sin romper la estabilidad, así el estudiante podrá mantener el ajuste recibido.
  • El tiempo invertido cambiará según la postura, la necesidad y las circunstancias del alumno. En el estilo Mysore se suele estar de tres a cinco respiraciones, y si la postura se hace en dos lados del cuerpo, es importante ajustar ambos lados en igual forma y tiempo.
  • Experimenta y sé creativo. Tu sentido común junto con tu conocimiento te permitirán crear tu propia posición cómoda y efectiva para alcanzar el ajuste óptimo.
  • Asistencia customizada: el mejor ajuste es el que está calibrado de forma particular, basado en la apreciación de las necesidades y condiciones del estudiante.
  • Como guía, ayudas ajustar la mente del alumno usando el drishti, recordando dónde enfocar la mirada.
  • Ritmo moderado. A veces menos es más. Vigila tus niveles de energía.
  • Y finalmente pregúntate: ¿Estoy concentrado-a en el alumno o pensando en algo distinto?, ¿estoy preparado-a para de forma segura y efectiva realizar el ajuste que quiero dar?

Estas son pautas generales para ajustar y asistir, sin embargo, es posible que no se apliquen en ciertos casos. Hay varias opciones, diferentes técnicas, al final tú decides cuál es la mejor para el estudiante dependiendo de las necesidades, limitaciones, así como de nuestra capacidad, fortaleza y conocimiento.

Como profesora, creo que el ego no debería conquistarnos en esas delicadas situaciones, no permitir que la arrogancia nos maneje a nosotros mismos y pensar que conocemos mejor el cuerpo de alguien que ellos mismos. Es posible que conozcas la asana mejor que algunos de tus estudiantes, pero ciertamente no hemos vivido en sus cuerpos tanto tiempo como lo han hecho ellos.

La conclusión es: nunca presiones cuando un estudiante dice o notas que es suficiente.

Tocar puede ser un problema para algunas personas; en el supuesto de que el alumno sea nuevo, es posible que desees pedir permiso la primera vez, si es posible antes de que comience la clase.

Sin embargo, si estás en un programa Mysore está implícito que va a ser tocado.

Como guías, permite al alumno practicar lo que su cuerpo pueda hacer. Si consideras que su cuerpo no permite practicar una pose, no debes alentarle a que la realice.

Por otra parte, no crear una actitud dependiente del estudiante hacia el maestro, enseñando autosuficiencia para que los estudiantes puedan aprender a cuidarse a sí mismos.

La sensación que el alumno sentirá se encuentra entre el confort y la incomodidad moderada. El objetivo es ayudar al alumno a sumergirse en elmundo interior a través del cuerpo físico. Siempre lo veo como una colaboración para el aprendizaje mutuo entre profesor y alumno, y definitivamente supone posibilidades infinitas de crecimiento.

Y recuerda: “Hay circunstancias para ajustar y no ajustar”.

¨El profesor asiste la mente, la respiración y el cuerpo. Ajustando la mente concentrándola en la respiración que mueve el cuerpo¨ John Scott

Buena suerte, y disfruta de tus ajustes

PS: si estás interesad@ en qué de un taller de Ajustes en tu espacio contáctame.

Nita Miralles es profesora de yoga certificada por Yoga Alliance E-RYT 200hr. Continua formación con profesores certificados & autorizados viajando alrededor del mundo (John Scott, Rolf Naujokat, Nea Ferrier, Roee Weiss, PJ and Larisa Heffernan, Kirsten Berg & Mitchell Gold ). Estudiante anual de KPJAYI desde el 2015.

Lee el artículo original AQUÍ .

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