Arcano nº 13: Halasana, la Muerte

2017-06-19

El sentido del ásana toca la esencia del origen mágico del Yoga. Igual que los arcanos del Tarot, los ásanas cuentan mucho más de lo que muestran. Durante 22 semanas iremos presentando los arcanos y su correspondencia con ásanas, a fin reflexionar sobre la geometría sagrada de nuestro cuerpo y su lenguaje oculto. Escribe esta serie Carmen Viejo.

MuerteArcano

Palabra clave: “Transformación”

“Bendito es aquel que, habiendo visto estos ritos, toma el camino bajo la tierra, conoce el final de la vida, así como su divino comienzo”. (Pindarus. Misterios eleusinos)

Este arcano eriza los pelos de cualquier mortal. Su aspecto, entre aterrador y caricaturesco, parece querer recordar las palabras de Dante en su viaje al inframundo: “Perded toda esperanza al traspasarme”.

Pero el iniciado lo traspasará, y perderá la esperanza para volver a reencontrarla, porque el arcano de la Muerte exige esa pérdida para lograr la gran transformación. El cambio, la transformación, es la única forma posible de perduración. Y la gran lección es conocer la naturaleza de ese cambio.

El número 13 ha sido un número temido, porque la transformación da miedo. También ha sido un número venerado. Jesucristo era el 13, sumado a sus 12 apóstoles. Tras el doce, podemos hacer un salto cuántico de conciencia en el trece: se dice que se necesitan a trece personas para conseguir una molécula cuántica de transformación.

Esta transformación requiere la muerte de todo aquello que ya cumplió su misión y no va a ser útil para el nuevo ciclo. Hay que remover la tierra y este arcano se presenta con una guadaña para segar lo superfluo y preparar el barbecho para la nueva cosecha.

El Ave Fénix, capaz de regenerarse de sus propias cenizas, Escorpión y su planeta Marte, son aliados también de este arcano que habla de la necesidad de cerrar ciclos para poder seguir avanzando.

Correspondencia en ásanas

En Pada Prasarana Vakra Trikonasana, con la pierna derecha delante flexionada y la otra estirada detrás, el torso se gira hacia la izquierda mientras la mano izquierda posa en el suelo y el brazo derecho asciende por el lateral. Ello provoca una renovación de energías que prepara la muerte simbólica que se va a escenificar. Se equilibra la torsión con el otro lado.

Naukasana, “Postura de la Barca”, hace referencia al viaje postrero con el barquero que presta el servicio de cruzar a la otra orilla. Esta postura a ras de tierra, requiere de la voluntad y fuerza interna del practicante para elevar brazos y piernas. Una fuerza interna acumulada en vida que permita la elevación sobre las miserias pasadas al cerrar el ciclo.

Vrischikasana, “Postura del Escorpión”, toma el nombre de este animal que ha estado asociado a la muerte desde antiguo, como guardián del inframundo, capaz de entrar y salir indemne, capaz de sondear los misterios más profundos, capaz de las máximas pasiones y de su dominio. A nadie deja indiferente su significado ni esta postura impresionante, a la que se puede acceder (siempre que se domine la postura de la cabeza, Shirshasana), utilizando el apoyo de una pared. De Vrischikasana dice Manuel Morata: “Permite superar la aprehensión y los estados de decaimiento, asumiendo con decisión y valor las situaciones de la vida”.

Halasana, “Postura del Arado”, ha representado en diferentes culturas el encuentro del ser humano con el más allá. Si la observamos con este significado, podremos sacar alguna conclusión de esa “vuelta sobre sí mismo” que implica su ejecución, en un estado, por otro lado, de inversión. Su nombre, el arado, hace referencia además a esa herramienta necesaria para renovar la tierra al final del ciclo y prepararla para la nueva cosecha.

Y cómo no, Shavasana, la “Postura de Relajación o postura del muriente”, tiene que estar presente en este arcano. Si se crea con atención, desde la posición de sentados, tumbándose con conciencia al tiempo que se sitúa cada parte del cuerpo en su lugar, al extenderse totalmente se entra directamente en ese estado poderoso de relajación e interiorización. Entonces, esta postura entregará su tesoro oculto en una apariencia inerte. Shavasana, cuando se realiza al final de una buena sesión, concediéndole el tiempo y cuidado suficiente, ofrece al practicante la experiencia de la muerte consciente, renovadora, luminosa, en paz, y claramente en continuidad con la vida. Sintiendo concluida la obra (si no de la vida, al menos de cada etapa, y en este caso, de esta sesión), podremos sonreír y decir, como el abuelo de la película “The education of Little Tree” en su lecho de muerte: “Ha estado bien; la próxima vez estará mejor”.

Nota: Estudio y efectos de Pada Prasarana Vakra Trikonasana, Naukasana, Halasana y Shavasana en páginas 183, 127, 155 y 45 de Yoga. Teoría, práctica y metodología aplicada, y de Vrischikasana en página 365 de Yoga. Ampliación, ambos de Manuel Morata.

 

Carmen Viejo Heredero (Ahimsa). Profesora de Yoga, licenciada en Ciencias de la Información y titulada por la Yoga Vedanta Academy (Escuela de Sivananda) y por la Asociación Española de Practicantes de Yoga (Escuela Manuel Morata).

Información: ahimsayogandalucia@yahoo.es

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