Consultorio de Yoga Terapéutico/ Esguince

2017-04-27

Hace tres semanas me hice un esguince de tobillo con rotura de nivel 2. Me gustaría saber qué asanas puedo hacer para recuperar la flexibilidad del pie, cuánto tiempo más o menos me llevará y si quedaré bien. El traumatólogo me dijo que de no ser por el yoga hubiera sido una rotura de tibia y peroné… Mª del Carmen Fernández.

Esguince 2

Lo primero que se requiere es prudencia y paciencia. Es conveniente respetar los tiempos que el cuerpo necesita para reparar los tejidos afectados. Hay que tener en cuenta que hasta alrededor del quinto día no se empieza a reparar la lesión (anteriormente el cuerpo ha realizado los preparativos para poder llevarla a cabo), y este proceso de reparación puede durar de dos a cuatro semanas.

Durante este tiempo, el tejido de reparación depositado es muy tierno, con lo que la realización de ejercicios o asanas que pongan en tensión su estructura puede re-lesionar la zona, retrasar la recuperación e incluso cronificarla. Así pues, es recomendable evitar el medio loto y, por supuesto el loto, ya que la posición del pie y tobillo hace que se tensen los ligamentos laterales externos poniendo en compromiso la lesión.

A partir de la segunda a cuarta semana el tejido cicatricial irá endureciéndose y siendo capaz de absorber de manera cada vez más competente las tensiones mecánicas (proceso que puede durar meses, incluso superar el año, según la lesión). Así pues, deberá actuarse con progresividad en cuanto a la puesta en tensión de los ligamentos en asanas como las que acabamos de mencionar. Comentar que a partir de la segunda a cuarta semana puede resultar incluso interesante poner en tensión estos ligamentos para ayudar a la labor del fisioterapeuta y estimular la adecuada orientación de las nuevas fibras de colágenos en el espacio cicatricial. No obstante, se tendrá que evitar el dolor para asegurarnos de no estar sobreestirando la cicatriz y estimulando la cronificación de la lesión.

Limitación del movimiento

Es característica también la limitación del movimiento. Usualmente el movimiento que se ve afectado es el de flexión dorsal del tobillo, el de acercar el empeine a la tibia y peroné. Podemos también ayudar al fisioterapeuta en su cometido, a partir de la cuarta semana aproximadamente y siempre que no haya dolor, realizando asanas que coloquen el pie en esta posición, como por ejemplo Malasana. Si no se tiene suficiente flexión dorsal para mantener la postura puede uno sujetarse a un mueble u objeto o bien, colocar suficientes mantas entre el suelo y las nalgas para poder descansar cómodamente sobre ellas. Con el paso del tiempo, la fibrosis y adherencias del tejido conectivo irán cediendo y permitiendo cada vez mayor amplitud del movimiento.

Recuperar la propiocepción

Otro aspecto importante a tener en cuenta es el de la propiocepción, es decir, la capacidad de responder de manera ágil ante los movimientos bruscos y potencialmente lesivos del tobillo. Cuando se produce un esguince, el sistema propioceptivo del tobillo y del pie pierde facultades: es como si se “durmiera” de manera que, ante un movimiento peligroso, por ejemplo un traspié, los músculos responsables de reequilibrar con rapidez el tobillo reaccionan con lentitud, de manera que el tobillo queda expuesto mucho más fácilmente a lesionarse. O bien, ante un movimiento que no debería ser a priori agresivo, como bajar unas escaleras, puede ocurrir que los músculos no reaccionen a tiempo para estabilizar el tobillo en el momento en que el talón entra en contacto con el siguiente escalón y se nos tuerza el pie provocándonos un nuevo esguince.

Esguince 3Posturas de equilibrio

Para estimular la propiocepción (la capacidad del tobillo/pie de reequilibrarse), es muy recomendable hacer posturas de equilibrio como el Árbol (Vrikasana) sobre el pie afectado. En este tipo de posturas, los músculos del pie y pierna baja incrementan muy significativamente su actividad, desencadenando una gran multitud de micromovimientos para garantizar la estabilidad del tobillo y del cuerpo en esta postura. El resultado es un entrenamiento excelente de la capacidad propioceptiva de la región afectada.

El yoga evitó un mal mayor

Tal y como ya te avanzaba el traumatólogo, la práctica de yoga probablemente te benefició debido a que, en el momento de la lesión, tus músculos reaccionaron con rapidez y buena coordinación gracias al entrenamiento propioceptivo. Debido a la elevada intensidad mecánica del mal gesto que hiciste, la reacción muscular no pudo contrarrestarla enteramente, y te lesionaste. Pero también es probable que, si no tuvieras un buen entrenamiento propioceptivo gracias al yoga, podrías haber llegado a tener un esguince grado III o la fractura del peroné y/o tibia.

Si te interesa obtener un vídeo gratuito de Yoga Terapéutico, accede a: www.yoga-terapeutico.com

Si deseas que los expertos en la adaptación del yoga a las diferentes patologías, lesiones y alteraciones biomecánicas, Álex y Or, respondan a tus dudas, escribe un mail con tu pregunta a: info@yoga-terapeutico.com

Álex Monasterio y Or Haleluiya

Álex Monasterio es fisioterapéuta, ostópata y posturólogo con amplia experiencia en el ámbito asistencial y docente. Ha sido profesor en la Universidad Ramon Llull en Barcelona de Fisioterapia durante más de una década y ha trabajado en el Hospital Sant Pau unos cinco años como terapeuta (a parte de tener su consulta privada desde hace 20 años donde ve casos de todo tipo). Es el autor del libro Columna Sana (traducido también al ruso).

Lleva casi 20 años enseñado anatomía, fisiología y patología a profesores de yoga, debe ser uno de los primeros en España, y sin duda tiene mucho que aportar a la hora de enseñar los más que 40 procesos patológicos que se estudian en la formación que imparte conjuntamente con Or, además de cómo abordarlos todos ellos con terapia a través del movimiento.

Or Haleluiya es profesora de Yoga, acupuntora, máster en psicología (UAB). Presidenta de la Asociación Española de Yoga Terapéutico. Or empezó su práctica a los 22 años en el método Iyengar intensivamente durante siete años, viajando extensamente para poder estudiar con profesores conocidos mundialmente en este método. Se ha certificando en Anusara yoga, Yoga Reconstituyente y Yoga Terapéutico. Or ha hecho un par de cursos de disección humana en la Universidades en Londres y Escocia. Es escritora regular de artículos en diferentes revistas internacionales.

Las clases de Or son excepcionales por su maestría al refinar la práctica de yoga según las habilidades y necesidades biomecánicas de las personas. También tiene una habilidad original de contar historias de la mitología india relacionadas con el tema biomecánico estudiado en sus clases que conmueven y conectan con el corazón.